Didier Fleury, Ecomobility: ‘La ayuda que cada uno pueda brindar va a ser clave en la reactivación’
Como muchos otros negocios de venta al público, la empresa de motor eléctricas Ecomobilitygreenworld Santander ha tenido que cerrar durante el Estado de Alarma, al no considerarse una actividad esencial, pero las dos personas que llevan el concesionario (Quino y Carlos) se han prestado, sin ningún ánimo de lucro, para que comercios y restaurantes puedan atender necesidades básicas de algunas personas.
El promotor de Ecomobility, Didier Fleury, un ejecutivo con una larga experiencia en gestión de multinacionales, ha tenido que paralizar sus viajes y, confinado desde su casa en la costa de Piélagos, sostiene que las afectaciones de esta crisis van a ser muy distintas según los sectores, como ya se está viendo a lo largo de estas semanas.
Fleury considera probable que, una vez concluido el confinamiento, “cambien algunas costumbres de la vida diaria, al menos durante unos meses, como el viajar a cualquier lugar por 20 euros”. Otras, en su opinión se quedarán para siempre, “como la prevención frente a los futuros riesgos para la salud”.
En cuanto al horizonte que les espera a las empresas, advierte que “el coste de supervivencia va a ser alto y la ayuda que cada uno pueda brindar –material o no– va a ser clave en las primeras semanas de la reactivación”.
El empresario de origen francés y asentado en Cantabria recuerda que la crisis financiera de 2008 provocó ese mismo año unos 22 millones de parados en todo el mundo, “y ahora estamos hablando de diez veces más”.
Su empresa de motos eléctricas ha tenido una evolución rápida en los pocos meses que tiene de vida en Cantabria. Se creó con la idea de que el mundo requiere transportes particulares más sostenibles, y esta experiencia ha venido a confirmarlo. Después de este parón forzoso, cree que “desde nuestra humilde aportación”, sus vehículos eléctricos “pueden jugar un papel en Cantabria, al permitir un distanciamiento social adecuado, ayudar el medio ambiente y ofrecer una solución muy económica, apenas 50 céntimos de gasto por cada 100 kilómetros”.
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