Nada es como parece
LOS AYUNTAMIENTOS, NI POR ACTIVA NI POR PASIVA.– El Gobierno puso en marcha en abril una línea del ICO para que pudiesen cobrar ya las empresas a las que los ayuntamientos les deben dinero. La iniciativa resolvía un gran problema, porque la demora de los ayuntamientos está poniendo contra las cuerdas a muchas compañías, pero el resultado ha sido prácticamente nulo. De los 3.000 millones avalados por el ICO, apenas se ha dispuesto un 3,5%. La culpa no es del ICO sino de los ayuntamientos, a los que se exigía que presentasen un detallado plan de saneamiento para explicar cómo devolverían luego el dinero adelantado por el organismo público y no se han tomado la molestia. Pero también de los bancos, que han llegado a cobrar hasta un 5% por hacer estas operaciones, a pesar de la garantía del avalista.
EL CEMENTO, BAJO SOSPECHA.– El sector español del cemento está en el punto de mira de los dos reguladores de la competencia, el español y el comunitario. Inspectores de estos organismos se han personado por sorpresa en varias empresas ante la sospecha de que existe un acuerdo de precios entre los distintos fabricantes. Extraña, y mucho, que en una situación de fuerte caída del consumo, hayan conseguido sostener los precios, algo que no ha ocurrido en otros países menos afectados por la crisis de la construcción.
MEJOR Y MAS BARATO.– Las auditorías se abaratan a pesar de que ahora se hacen más concienzudamente. La paradoja tiene su explicación. La guerra por ganar los concursos que se convocan está produciendo rebajas en los precios de hasta un 30% y hasta un 50% cuando el cliente es del sector público. En realidad, la rebaja es mayor, porque la reforma contable y el empeño por evitar los clamorosos errores pasados, hacen que las auditoras dediquen un 9% más de tiempo a cada encargo.
RYANAIR DESPLAZA A IBERIA.– Desde el pasado mes de agosto, y por primera vez en la navegación aérea española, Iberia no es la compañía que más pasajeros mueve en España. Ha sido desplazada por la aerolínea de bajo coste Ryanair, si bien es cierto que Iberia ha franquiciado parte de sus vuelos nacionales para concentrarse en los de más rendimiento. La posición de Ryanair podría llegar a ser realmente hegemónica si, como parece probable, alcanza un acuerdo con AENA para empezar a operar en el aeropuerto barcelonés de El Prat.
ALIVIO MUNICIPAL.– El Gobierno va a aceptar que los ayuntamiento puedan endeudarse hasta el 120% de sus ingresos corrientes, para aliviar sus penurias financieras. Eso sí, tendrán que presentar antes un plan de reequilibrio. La teoría es bien conocida, pero en la práctica no siempre se cumple, Ruiz Gallardón ya presentó en 2007 un plan de saneamiento a tres años para Madrid y, una vez concluido, su situación económica no sólo no ha mejorado sino que ha empeorado sustancialmente, al acumular la estratosférica deuda de 6.945 millones de euros, el 25% de toda la deuda municipal española.
LOS CENTROS COMERCIALES TAMBIÉN SUFREN.– La crisis no sólo ha frenado el mercado de la vivienda, sino también el de los centros comerciales. La caída del consumo ha afectado a todos ellos, sin excepción, y eso ha paralizado alrededor de 200 proyectos en España. El número no es pequeño si se tiene en cuenta que en todo el país hay 524. Los promotores también han ralentizado los que ya estaban en construcción y este año se abrirán la mitad de centros que en 2008.
MAS GENERACIÓN, MENOS CONSUMO.– En 2008, España exportó más electricidad a Francia de la que importó y aunque las cifras no son relevantes, es un vuelco significativo. Sobre todo si tenemos en cuenta que la demanda de energía eléctrica está disminuyendo, por primera vez desde que se recuerda. Las instalaciones de generación están creciendo muy rápido con la aportación de las de energías renovables mientras el consumo desciende. Algo parece que no cuadra y eso empieza a crear problemas en otros sectores, como las minas de carbón españolas, que no venden una tonelada, hasta el punto que Zapatero ha presionado a las eléctricas para que compren. A su vez, las eléctricas responden que tienen los almacenes repletos, porque ya casi no se recurre a las centrales de carbón, cuya producción es más cara, y, de comprar, lo harían en el extranjero, donde el carbón es mucho más barato.