Un negocio que pierde brillo

Cada vez es más improbable que antes de finalizar la legislatura estén implantados los proyectos industriales ofrecidos por las empresas concesionarias de los parques eólicos. El propio Gobierno da por sentado que, al menos varios de ellos, tardarán. Mientras tanto, en el mercado energético todo se mueve tan deprisa que algunos corren el riesgo de llegar demasiado tarde, como ocurrió con la fábrica de GFB, cuya apertura coincidió con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. En el sector de los paneles solares, la caída de los precios y el descenso de la demanda ya han obligado a cerrar algunas plantas de montaje. El biodiésel funciona en mínimos nada más arrancar y cada vez son más las factorías vinculadas a la fabricación de piezas de aerogenerador que están en regulación de empleo. Las nuevas energías han abierto las puertas de un nuevo negocio, pero da la impresión de que pueden volver a cerrarse.
La construcción de automóviles ha movido durante el siglo XX una buena parte de la industria mundial. Las energías limpias parecían destinadas a tomar el relevo en esta primera mitad del siglo XXI, pero en menos de una década, España se ha llenado de molinos eólicos y lo que era un mercado virgen empieza a ser un mercado maduro. En pocos años más será un mercado agotado y, como la vida útil de los aparatos es de 25 años, habrá que esperar hasta que se active la demanda de las reposiciones.
El escenario energético ha cambiado, sobre todo, desde que se convocó el concurso eólico de Cantabria, hace dos años. Bien es cierto que, como reconoce un empresario del sector con un proyecto anterior de biocombustibles, “las esperas a veces frustran un negocio y en otras ocasiones te dan el tiempo suficiente para rectificarlo, al comprobar que no era tal negocio”.
Green Fuel, una empresa nacida en Cantabria para la producción de biodiésel podría dar fe de esta teoría. Su primer proyecto estaba previsto para Reinosa. Una planta que debía construirse en el polígono de La Vega y que, al no encontrar suficiente apoyo del Gobierno cántabro, nunca se llevó a la práctica. Green Fuel optó entonces por Palencia, Extremadura (donde la iniciativa fue acogida con entusiasmo) y otras regiones españolas productoras de cereal, la materia prima que necesita.
José María del Val, promotor de Green Fuel, consiguió convertir la compañía en el puente de desembarco de Endesa y de la ingeniería Técnicas Reunidas, con la intención de alcanzar el liderazgo en este sector de los combustibles verdes, pero nada ha resultado como se esperaba.
De las cerca de medio centenar de plantas de biodiésel proyectadas en España hace cinco años, apenas la mitad han logrado pasar del papel y, de las que han llegado a levantarse, muchas están paradas por falta de rentabilidad. Es lo que le ha ocurrido con Green Fuel, que se ha visto obligada a detener la producción de la fábrica que construyó en Los Santos de Maimona (Badajoz), con una inversión de 30 millones de euros, sólo unos meses después de haberla inaugurado y cuando apenas había producido 6.000 toneladas, prácticamente un ensayo si se tiene en cuenta que puede hacer 110.000 toneladas al año a partir de soja y oleína de palma.
Green Fuel también ha dado carpetazo a los proyectos que tenía para levantar otras tres plantas de biodiésel en Los Barrios (Cádiz), Andorra y Guardo (Palencia), así como a la planta de almacenamiento y logística prevista en Algeciras donde iba a invertir cerca de 100 millones de euros.
Desde el sector aseguran que se pierde dinero al producir cada litro de biodiésel, por las condiciones fiscales españolas y por las subvenciones agrarias que abaratan el fabricado en Estados Unidos, de forma que para las mezclas con gasóleo convencional (hasta 5% de biocombustible), se está utilizando biodiésel fabricado fuera del país mientras las plantas españolas se ven obligadas a parar o a cerrar definitivamente.

Sobra capacidad en el eólico

En el mercado eólico las cosas están mejor, pero da muestras de agotamiento. El fabricante danés de palas de aerogenerador LM, que pretende abrir una planta en Cantabria, ha tenido que reducir su capacidad instalada en otras provincias españolas, y el proyecto de fabricación de paneles solares en Mataporquera tendrá que vérselas con una drástica caída de ventas en el mercado interno, que difícilmente volverá a tener momentos de gloria como los de 2007 y 2008.
Hay otros proyectos energéticos en la región no vinculados al Plan Eólico que pueden verse afectados por esta retracción del mercado. La autorización para que Sniace pueda construir su planta de bioetanol ha caducado, según la denuncia de un vecino, y tendrá que actualizarla si desea finalmente hacer la nueva fábrica.
Más que por los productos tradicionales, Sniace ha conseguido reflotarse gracias a la producción eléctrica de su planta de cogeneración, pero en lo que va de año las ventas de energía han bajado un 27% como consecuencia de la caída de los precios.
Solvay, a su vez, parece que está a punto de recibir la autorización definitiva para su planta de ciclo combinado de 400 Mw, que construirá en alianza con E.On, pero en estos momento la producción de electricidad con gas es un negocio a la baja, hasta el punto que las instalaciones existentes sólo están funcionando a la tercera parte de su capacidad, como consecuencia de la entrada masiva en la red de los kilovatios producidos por los aerogeneradores y las placas solares, que el sistema eléctrico ha de adquirir por obligación.
Incluso la posibilidad de utilizar los sondeos de sal agotados que Solvay tiene en Polanco como depósito de gas natural se enfrenta con incertidumbres. Aunque es cierto que España necesita almacenes que le garanticen el suministro en caso de un problema técnico o de un conflicto internacional, la apertura de un segundo gasoducto desde el Norte de África está causando muchos quebraderos de cabeza en el sector, dado que el bombeo es muy superior a las necesidades actuales del país y lo mismo ocurre con otros del entorno a los que se podría exportar.
El resultado es que, en energías, casi nada es hoy como parecía hace cinco años o, incluso, hace dos.

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Botón volver arriba
Escucha ahora