CC.OO. anticipa que Alcoa seguirá cerrando en España: «No le vale ni aunque se le regale la electricidad»

CC.OO. de Industria cree que la multinacional estadounidense Alcoa seguirá desinvirtiendo en España, tras plantear el despido de 534 trabajadores de la planta de aluminio primario de San Cibrao (Lugo) y vender el pasado año sus plantas en A Coruña y Avilés (Asturias): «No le vale ni aunque se le regale la electricidad», ha dicho en el Congreso su secretario general, Agustín Martín.

«Solamente le queda la alúmina y creo que todavía no ha terminado el recorrido de desinversión de plantas que compró a industrias públicas españolas», ha manifestado durante su comparecencia ante la Comisión de Industria, Comercio y Turismo de la Cámara Baja, a la que ha acudido para dar cuenta de la situación de la industria con la crisis del coronavirus.

En su intervención, también ha pedido actuar sobre el precio de la electricidad que debe asumir la industria, poniendo en cuestión la eficacia de las medidas que prepara el Gobierno, en forma de un estatuto para las empresas electrointensivas o avales públicos para los contratos energéticos a largo plazo, los conocidos como PPAs.

«A Alcoa ya no le vale ni aunque se le regale la electricidad. Es una decisión de grupo. Estuve reunido con el presidente de Alcoa hace una semana y aunque se le regale la electricidad no va a seguir operando. Es una decisión de grupo», ha dicho.

Para Martín, la decisión de esta multinacional de cerrar la planta es «fruto de diez años de amenaza continua» y de un «proceso de desmantelamiento» y de ausencia de inversiones. «Alcoa ha dilapidado todo. No ha invertido ni un solo duro, no ha hecho ni una sola inversión como han hecho otras empresas para ponerla en una posición más preeminente en el mercado», ha criticado, acusando a esta empresa de «aprovecharse años y años» a través de un «chantaje».

A su juicio, la empresa no va a abandonar el mercado del aluminio en España, sino que intervendrá desde sus instalaciones en Arabia Saudí. En este sentido, ha criticado los problemas de competitividad que genera la ausencia de mecanismos para compensar los costes de la industria europea para reducir sus emisiones, y ha reclamado aplicar aranceles que compensen los menores costes que tiene producir de forma más contaminante en otros países.