NJ Ayuk: Las vidas africanas también importan. Las decisiones en materia de política energética deberían considerar sus necesidades
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Mientras los países africanos productores de petróleo y gas se enfrentan al devastador impacto de la Covid-19 en la demanda, dos grupos internacionales parecen estar celebrándolo
A principios de este mes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Agencia Internacional de Energía (AIE) describieron los bajos precios del petróleo causados por la pandemia como una «oportunidad de oro» para que los gobiernos eliminen gradualmente el apoyo a los combustibles fósiles y marquen el comienzo en una era basada en fuentes de energía renovables.
«Subsidiar los combustibles fósiles es un uso ineficiente del dinero público y sirve para empeorar las emisiones de efecto invernadero y la contaminación del aire», dijo el secretario general de la OCDE, Angel Gurría, en un comunicado conjunto de la OCDE y la AIE. «Si bien nuestra principal preocupación hoy debe ser apoyar a las economías y sociedades durante la crisis de Covid-19, debemos aprovechar esta oportunidad para reformar los subsidios y utilizar los fondos públicos de la manera que mejor beneficie a las personas y al planeta».
«Yo diría que la OCDE y la AIE no saben necesariamente qué es lo mejor para las personas que viven en este planeta. Presionar a los gobiernos para que dejen de apoyar los combustibles fósiles ciertamente no sería bueno para las empresas o empresarios africanos del sector del petróleo y gas que se esfuerzan por construir un futuro mejor. Y podría ser francamente perjudicial para las comunidades que buscan desarrollar infraestructuras de generación de gas a energía para conseguir una fuente de electricidad fiable», añade.
Con demasiada frecuencia, la discusión sobre el cambio climático, y el llamamiento a dejar los combustibles fósiles en el subsuelo, es en gran medida una narración occidental. No incluye en la ecuación el factor de las necesidades de los africanos de bajos ingresos que podrían aprovecharse de los muchos beneficios de un enfoque estratégico para las operaciones de petróleo y gas en África: reducción de la pobreza energética, creación de empleo y oportunidades para los emprendedores, por nombrar algunos.
Irónicamente, se está recomendando una política que podría poner en peligro la capacidad de los africanos de obtener esos beneficios al mismo tiempo que los manifestantes en todo Estados Unidos piden igualdad en algunas de las mismas áreas. Aunque la violencia policial contra las personas de color está en el centro de las protestas, una respuesta a la horrible muerte de un hombre negro, George Floyd, después de que un oficial de policía blanco aplastase su cuello con la rodilla durante casi nueve minutos, las protestas también apuntan a las desigualdades sociales y económicas entre razas en América.
«Si bien no quiero explotar la muerte de George Floyd, sí veo paralelismos entre las disparidades raciales en Estados Unidos y la lucha de los africanos cuyas vidas podrían mejorar a través del petróleo y el gas. Siempre veo un patrón común de ignorar las voces negras y africanas», aclara NJ Ayuk.
Con demasiada frecuencia en Estados Unidos, el valor de las vidas de los negros no fue tomado en consideración hasta que la muerte de George Floyd forzó el tema a primera plana, y con razón. Y en el escenario global, la OCDE y la AIE están rechazando las voces de muchos africanos que quieren y necesitan que prospere la industria del petróleo y el gas del continente. Aconsejaría a estas organizaciones que no ignoren las necesidades de las personas pobres en los países africanos.
«Tal como están las cosas, los empresarios africanos del sector de la energía, el sector energético africano y los africanos que se preocupan por la pobreza energética nos vemos obligados a decir: No puedo respirar, Es hora de quitarnos las rodillas del cuello».
Los peligros de la pobreza energética
Considerando el impacto de la pobreza energética. Aproximadamente 840 millones de africanos, en su mayoría en países subsaharianos, no tienen acceso a la electricidad. Cientos de millones tienen una conexión a la red eléctrica poco fiable o limitada, en el mejor de los casos.
Incluso durante los «tiempos de normalidad», la pobreza energética es peligrosa. Se estima que la contaminación del aire de los hogares creada por la quema de biomasa, incluidos los desechos de madera y animales, para cocinar y calentar hogares causa alrededor de 4 millones de muertes al año. ¿Qué impacto tendrá esto durante la pandemia? Para las mujeres obligadas a abandonar sus hogares para obtener y preparar alimentos, refugiarse en el hogar es casi imposible. ¿Qué pasa con aquellos que necesitan ser hospitalizados? Solo el 28 por ciento de las instalaciones de atención médica de África subsahariana tiene acceso a energía fiable. Los médicos y las enfermeras ni siquiera pueden contar con tener las luces encendidas, y mucho menos con la capacidad de tratar a los pacientes con equipos que requieren alto consumo de electricidad, o almacenar sangre, medicamentos o vacunas. Todo esto pone en peligro la vida de cientos de miles de africanos.
Esto es lo que hace que las iniciativas de gas a energía sean tan importantes: es esencial que los países africanos usen sus vastas reservas de gas natural para la generación de energía. Y ya se está avanzando en ese frente. Hoy, alrededor de 13 países africanos usan gas natural producido en el país o traído de otros países africanos, y hay muchas razones para creer que esta tendencia crecerá.
En Camerún, por ejemplo, Victoria Oil and Gas PLC ya proporciona gas doméstico para la generación de energía http://www.ecenglish.com/learnenglish/subject/Grammar, y su filial, Gaz du Cameroun (GDC), acordó proporcionar el gas del gobierno para una nueva estación de energía con el potencial para satisfacer la creciente demanda.
Y en Mozambique, la central eléctrica de Temane, también conocida como Mozambique Gas-to-Power, se está actualmente desarrollando, y se están implementando planes para la construcción de una segunda planta. Ambas dependerán de la base Rovuma de Mozambique para la materia prima.
«He escuchado llamamientos, incluidos algunos de la OCDE, para el desarrollo de soluciones de energía sostenible para satisfacer las necesidades de energía de África. Genial, vamos a por ello. Estoy totalmente a favor de las soluciones de energía renovable, pero los africanos no deberían verse obligados a tomar decisiones en este ámbito. La pobreza energética es un problema serio, y es un error hacer que sea más difícil para los países africanos utilizar un recurso natural fácilmente disponible para abordarlo».
Inversión – No Ayuda
Uno de los beneficios de las operaciones de petróleo y gas en África es que brindan oportunidades tanto para las empresas locales como para las extranjeras. Y a medida que las empresas extranjeras cumplen con las leyes de contenido local, invierten en las comunidades donde trabajan. África necesita esas inversiones, particularmente programas de capacitación y educación que empoderen a las personas para que tengan una mejor vida.
«Quiero ser claro: África no necesita programas sociales, incluso programas educativos, que vienen en forma de programas de ayuda. Además, ofrecer programas de ayuda a África para compensar la parada o la desaceleración de las operaciones de petróleo y gas no les hará ningún bien a los africanos. Traté de abordar esta idea recientemente durante un debate amistoso con el Prof. Patrick Bond, un hombre muy brillante y un distinguido profesor en la Escuela de Gobierno de la Universidad del Western Cape. Argumentó que África debería mantener todos sus recursos petroleros en el subsuelo para minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar un mayor cambio climático. Las naciones desarrolladas, continuó el profesor, deberían compensar a África por ese sacrificio, y África podría usar ese dinero para desarrollar otras oportunidades. No. Este no es el momento para que África pida más ayuda. África ha estado recibiendo ayuda durante casi seis décadas, ¿y qué bien ha hecho? Todavía no tenemos suficientes empleos», recalca Ayuk.
«La inversión crea oportunidades, lo que significa que los africanos no están recibiendo, lo están haciendo. Están aprendiendo, trabajando, construyendo, creciendo, decidiendo. Nosotros, como africanos, debemos ser responsables. Nuestros jóvenes deberían estar capacitados para construir una África de la que todos podamos estar orgullosos. Confiar en las mismas viejas políticas del pasado, depender de la ayuda, simplemente no nos va a llevar a dónde queremos llegar».
La verdad es que, cuál sea su posición acerca de la Revolución Americana del Esquisto, los africanos pueden aprender de ella. Una de las razones por las que tuvo éxito es porque tenía pequeñas empresas dispuestas a arriesgarse con una nueva tecnología. Trabajaron duro y, al final, aumentaron la producción. Estados Unidos se convirtió en el mayor productor de petróleo crudo del mundo. Esas compañías hicieron que sucediera algo extraordinario, y también las empresas africanas. «Necesitamos más empresarios dispuestos a aprovechar las oportunidades y, en algunos casos, cometer errores. Así es como crecemos y aprendemos. Necesitamos que los líderes gubernamentales cumplan con su parte creando un clima de negocios acogedor para los inversores extranjeros y estableciendo políticas de contenido local que generen oportunidades para asociaciones comerciales, empleos de calidad y oportunidades de aprendizaje para los africanos».
África es capaz de construir un futuro mejor, acabar con la pobreza energética, fortalecer la economía y mejorar la vida de los africanos de a pie. Si se es inteligente al respecto y se trabaja juntos con un propósito, los recursos de petróleo y gas pueden ayudar a alcanzar ese futuro.
Y es por eso que este es un momento para que la OCDE, la AIE o cualquier otra organización externa interfiera con los recursos naturales.
«No os Interpongáis en Nuestro Camino»
«Entiendo y respeto el compromiso de la OCDE y la AIE de prevenir el cambio climático. Pero cuando describen la posibilidad de dañar a un importante sector económico africano como una gran oportunidad, es que algo no va bien.
Cuando ponen en riesgo a compañías africanas independientes de petróleo y gas, están diciendo que sus objetivos son más importantes que los medios de vida y las aspiraciones africanas. Las instituciones estadounidenses están siendo criticadas por no reconocer que las vidas africanas importan y trabajar junto a las comunidades afroamericanas para crear un cambio positivo.Animo a la OCDE y a la AIE a adoptar un enfoque diferente.
Esta es una oportunidad para todos nosotros de unir fuerzas, adoptar un enfoque de equipo para hacer crecer el sector energético de África y hacerlo sin descartar el derecho de África a capitalizar sus propios recursos naturales», recalca Ayuk.
NJ Ayuk es presidente ejecutivo de la Cámara Africana de la Energía, CEO de la firma legal panafricana de derecho corporativo Centurion Law Group y autor de varios libros sobre la industria del petróleo y el gas en África, incluyendo Billones en Juego: El futuro de la energía africana y de cómo hacer negocios.
Fuente Comunicae
Source: Comunicae