Concluye la Autovía del Agua
Una de las obras públicas más ambiciosas de las ejecutadas en Cantabria en los últimos años, ha llegado por fin a su término. El pasado mes se concluyó la construcción de los tramos pendientes de la Autovía del Agua, una tubería de 145 kilómetros de longitud que permite conectar todas las cuencas hidrográficas de la región y transvasar agua desde Unquera hasta Castro Urdiales. Con ella se asegura el abastecimiento a toda la franja costera, donde reside el 80% de la población de la comunidad autónoma.
Las obras que han completado la Autovía del Agua han sido la finalización del tramo Cicero-Colindres y las conexiones con Santander, Camargo y Bezana, que han supuesto una inversión de 21,3 millones de euros. El Ministerio de Medio Ambiente incluyó la pasada legislatura las tres conexiones en el proyecto e incorporó fondos europeos para su financiación.
La conexión de la Autovía del Agua con Santander ha supuesto la renovación de la arteria principal de abastecimiento de la capital desde la depuradora de El Tojo, en Camargo, de tres kilómetros de longitud.
Para la conexión con Bezana ha sido necesaria la construcción de una tubería de casi cinco kilómetros de longitud, que conecta la Autovía del Agua con el nuevo depósito de ese municipio, situado en el alto de Maoño. La obra de Camargo ha consistido en la construcción de una tubería de 1,2 kilómetros desde la Autovía del Agua hasta el depósito de Revilla.
El tramo Cicero-Colindres es el que más dificultades ha presentado, por atravesar un espacio protegido.
Ha requerido una nueva conducción de ocho kilómetros de longitud que comienza en la Ría de La Saca y termina en el depósito de Colindres, donde se conecta con el tramo oriental de la Autovía del Agua y con el Plan Asón.
Una obra diseñada en 2004
La vicepresidenta y consejera de Medio Ambiente, Eva Díaz Tezanos, ha definido la Autovía del Agua como un «reto técnico y presupuestario». La obra se diseñó en 2004, durante el primer Gobierno de coalición PRC-PSOE; y el Gobierno de Rodríguez Zapatero la declaró iniciativa de interés general, lo que ha permitido su cofinanciación por parte del Estado pese a ser una infraestructura de competencia autonómica.
Esta gran obra de ingeniería, que viene a solucionar un problema crónico en Cantabria como era la escasez de agua, se complementa con el Bitrasvase del Ebro que proporciona agua en época de sequía. De hecho, esta conexión ha estado bombeando agua desde el pantano del Ebro a Santander desde el mes de julio hasta hasta principios de noviembre, cuando la llegada de la lluvia ha permitido que el Pas recuperase el caudal mínimo necesario para retomar la captación de agua de este río.