Crece el interés de las empresas cántabras por la exportación
Conseguir que las empresas cántabras aprendan a asomarse al exterior sin vértigo es una de las muchas estrategias que se han llevado a cabo para impulsar nuestra economía pero, para medir la eficacia de las políticas puestas en práctica, nada mejor que fijarse en el número de empresas que se apoyan de una forma sostenida en la exportación. Unos datos positivos, aunque indican el mucho camino que queda por recorrer.
El pasado ejercicio se cerró con el mayor número alcanzado nunca de empresas que exportan regularmente, tal y como lo mide el ICEX: ya son 320 las empresas cántabras que hacen de la venta en el exterior una práctica habitual, 38 más que hace seis años, cuando el colapso de la demanda interna provocado por la crisis convirtió vender fuera en una necesidad vital.
La recuperación del mercado nacional puede ser lo que explique que, si bien el número de empresas que exportan regularmente ha ido siempre al alza, el de aquellas que solo lo hacen puntualmente está descendiendo en los últimos años, y de las 1.242 empresas que exportaron en Cantabria en 2013 –la cifra más alta históricamente–, se ha pasado a 1.087 en los once primeros meses del pasado año.
También el volumen de negocio se ha resentido y de los 2.457 millones de euros exportados en 2013 se ha pasado a 2.176 millones entre enero y noviembre del pasado año.
Aun así el recurso a la exportación ha dejado de ser algo excepcional para entrar a formar parte de las estrategias de muchas empresas cántabras y el interés por los programas de ayudas a la internacionalización que se vienen aplicando desde organismos como Sodercan, no deja de crecer. Así, los 96 solicitantes de ayudas para exportar que acudieron a esta empresa pública en 2015 se convirtieron el pasado año en 161. No obstante, el dato más llamativo es que cerca de 90 de esas empresas jamás habían mostrado hasta ahora interés por salir al exterior.
Lo que los empresarios piden
Las reuniones que los responsables del área de internacionalización de Sodercan ha mantenido con los empresarios cántabros para conocer sus necesidades en este campo y explicarles el Plan que han diseñado para 2017 han servido para establecer cuáles son las prioridades de las empresas y el papel que debe jugar este organismo.
Uno de los aspectos en los que más se ha insistido es en la necesidad de flexibilizar la normativa en las ayudas públicas a la contratación de técnicos en comercio exterior. Sodercan subvenciona generosamente estos contratos, ya que cubre hasta el 70% de los costes durante dos años, pero la empresa debe asumir la obligación de contratar indefinidamente y es aquí donde muchas se muestran reticentes a dotarse de unos recursos humanos que suponen un compromiso de gasto futuro, aunque resulten esenciales si la exportación se convierte en una práctica habitual de la empresa.
Cambiar esa resistencia a crear un departamento propio de comercio exterior puede llevar tiempo. De momento, lo que las empresas han pedido y Sodercan se ha comprometido a estudiar, es que se pueda acudir a esas ayudas si el técnico se ha contratado antes de solicitarlas; o que el técnico pueda ser sustituido por otro sin perder la subvención concedida.
También han pedido más ayudas para prospección comercial. Sodercan ya subvenciona los viajes para buscar nuevos mercados, incluso la asistencia a una misión comercial con otras entidades pero algunos empresarios quieren que se fomenten otras iniciativas que van más allá de las misiones conjuntas. Hasta ahora, Sodercan subvenciona con hasta 30.000 euros por empresa aspectos que incluyen desde la asistencia a ferias con stand o los gastos de homologación y registro de marcas hasta la realización de videos y folletos en otros idiomas.
Sin saber todavía los recursos con que van a contar para 2017, a la espera de que se aprueben los Presupuestos generales de la Comunidad, desde el área de Internacionalización de Sodercan se confía en que se le asignen entre 3,5 y cuatro millones de euros.
Además, el Gobierno cántabro quiere reforzar su apoyo a las empresas que tienen sus centros de producción o de transformación en la comunidad autónoma y generan empleo, frente a otras que puedan estar produciendo fuera. “Son las empresas que están manteniendo la economía de esta región”, señala Raquel Manzanares, coordinadora del área de proyectos internacionales en Sodercan. “Son empresas familiares que tienen casi cien trabajadores y que hacen esfuerzos de internacionalización las que merecen más ayuda”. Porque uno de los aspectos que se deben valorar a la hora de apoyar con recursos públicos es la eficacia de esos recursos. “Hay que ayudar a las que se inician –explica Manzanares– aunque el rendimiento de las subvenciones a empresas de cierto tamaño que ya están exportando es mucho mayor”.
Fomentar los consorcios
Uno de los grandes handicaps de las empresas cántabras a la hora de abrirse paso en el exterior es su pequeño tamaño. Y esa limitación se puede abordar de dos maneras: fomentando las agrupaciones para exportar conjuntamente, o dando prioridad a mercados más próximos y accesibles, que no exigen grandes costes logísticos.
La creación de consorcios es una de las vías por las que más decididamente apuesta el Gobierno cántabro. Ya se han formado dos, en la industria agroalimentaria y en el metal, y se explora la posibilidad de nuevas agrupaciones en otros campos. En el área de alimentación, el consorcio Santander Fine Food, que comenzó con siete empresas asociadas, ya tiene diez, al haberse incorporado Destilería Siderit, Café Dromedario y Horno San José, con lo que abarca gran parte de las líneas de negocio en ese mercado.
Santander Global Metal, por su parte, reune a diez de las más importantes empresas cántabras del sector metal-mecánico, que se han asociado para crear una ‘macroempresa’ capaz de competir en la captación de grandes proyectos en el mercado de la energía, industrial y de obra civil.
Desde Sodercan se apoyó también la creación de un tercer consorcio en gestión portuaria, con la participación del Instituto de Hidráulica, Apia XXI y MCValnera, pero un impedimento legal con una de las empresas lo ha impedido, aunque no se descarta que en un futuro pueda formarse.
Otro área en el que sería aconsejable crear una agrupación de empresas es el de las TIC. Pero todavía no se han dado pasos concretos, porque se trata de un sector muy amplio y es imprescindible analizar qué subsector de las nuevas tecnologías cuenta con más posibilidades.
Mientras se intentan añadir nuevos cluster a los ya creados, las firmas exportadoras le han pedido a Sodercan que también potencie la unión de quienes operan a través de un mismo canal de ventas. No se trataría en este caso de juntar empresas sectoriales sino complementarias, que cubrirían las necesidades de un mismo cliente, como puede ser una gran cadena de distribución.
Una de las peticiones de ayudas planteadas por las empresas va dirigida a aprovechar el gran potencial de los mercados en internet. El marketing digital es una realidad al alza y las compañías locales quieren saber cómo introducirse en las plataformas de venta electrónica que ya existen (los market places) y que se van a multiplicar en un futuro. Sodercan va a proporcionar ayudas para la asistencia técnica a quienes necesiten adecuar su página web y enseñarles a aprovechar las posibilidades comerciales que ofrece la red.
Brexit y proteccionismo
Las amenazas para el comercio exterior se han multiplicado en los últimos tiempos y aspectos como el Brexit o la deriva proteccionista que quiere imponer Donald Trump en Estados Unidos se han tenido en cuenta a la hora de diseñar las misiones comerciales y la red de agentes.
Por primera vez, Sodercan va a contar con un delegado comercial en Londres, un lugar tan cercano y tan habitual para las empresas exportadoras cántabras que no parecía requerir de ese apoyo. Sin embargo, las incertidumbres que se derivan de la desconexión del mercado británico de la Unión Europea aconsejan contar allí con un observador que pueda ayudar a las empresa a resolver sus dudas.
También la llegada de Trump al poder puede suponer consecuencias para el libre comercio que, al menos en el caso de Cantabria, no son vistas como algo negativo. La exportación de las empresas cántabras hacia Estados Unidos, concentrada en sectores como alimentación o metal-mecánico, no tienen un volumen significativo como para que nos afecte el establecimiento de aranceles. Por el contrario, podrían llegar a convertirse en una ventaja a la hora de penetrar en el mercado hispanoamericano, donde nuestros productos compiten con los estadounidenses. El establecimiento de barreras arancelarias para esos productos, como réplica a las medidas de Trump, nos otorgaría más posibilidades en aquellos mercados. “Yo creo que nos puede abrir la puerta de América Latina” –señala Raquel Manzanares– “y no lo veo como algo negativo, sino que creo que puede ser una oportunidad”, añade.
En cualquier caso, Hispanoamérica ya es, desde hace tiempo, uno de los grandes objetivos de las misiones comerciales que impulsa Sodercan. Entre los viajes organizados para las empresas que se van a programar para este año se barajan destinos como Chile, Méjico o Cuba. Pero también se van a cuidar otros más cercanos, como con Europa, aunque ya se concentran en el continente más del 70% de nuestras exportaciones. Es el caso de Alemania, donde se va a participar junto a ODECA con un stand de Cantabria en la feria alimentaria más importante del continente, Anuga, que se celebra en Colonia.
También se planean misiones comerciales a Irán, Dubai, Marruecos y Senegal, un país estratégico en el Africa subsahariana y políticamente estable. En el caso de Marruecos, la proximidad y su potencial de crecimiento hacen que resulte un destino óptimo para las empresas de Cantabria, y de prácticamente todos los sectores, desde la obra civil al suministro de bienes y servicios. Para Raquel Manzanares no hay duda: “En Marruecos hay grandes oportunidades si se hacen las cosas bien, y hay que estar allí”. Y en Tánger mejor que en Casablanca, tal y como han detectado los empresarios cántabros que están sobre el terreno, como Siec que ha ejecutado una obra en el complejo portuario Tanger Med. La coordinadora del área internacional de Sodercan reconoce que “lo que estamos descubriendo es que a veces nos hemos ido muy lejos en lugar de reforzar mercados más cercanos”.