Tecnología de la luz para la salud

El de Fotónica es un grupo de investigación joven, nacido de los descubrimientos que posibilitaron su despegue como ciencia diferenciada y con unas inmensas posibilidades prácticas de aplicación: el hallazgo del láser y el desarrollo de la fibra óptica. En torno a estas tecnologías de la luz se creó en 1992 el Grupo de Ingeniería Fotónica de la UC, que ha desplegado tanto dinamismo que desde entonces ha llevado a cabo 112 proyectos, la mitad de ellos orientados a ayudar a empresas a mejorar sus procesos de fabricación o a crear nuevos productos. Y el Grupo, que comenzó con dos investigadores, está formado ahora por 26 personas.
La versatilidad de sus investigaciones, aplicables en múltiples sectores, explican esa amplia ejecutoria. Pero este equipo vive ahora un momento clave para la definición de su futuro, al apostar por la progresiva concentración de sus esfuerzos en el campo de la medicina y la salud. Una decisión que responde a la creciente demanda de investigaciones aplicadas procedentes de ese mundo, en el que el Grupo de Fotónica ya ha conseguido algunos éxitos, hasta el punto de formar parte del CIBER, el centro de investigaciones avanzadas del Instituto de Salud Carlos III.

Soluciones horizontales

Las tecnologías de la luz se han revelado como un instrumento con utilidad en infinidad de campos, y lo demuestra la diversidad de las empresas que han financiado y se han beneficiado de las aportaciones de este grupo de investigación.
“Las empresas con las que hemos trabajado –explica el responsable del Grupo de Ingeniería Fotónica, José Miguel López Higuera– se han dotado de unas tecnologías que otras empresas no tienen, y eso les da ventajas competitivas que les ha posibilitado ganar importantes contratos internacionales”. Es el caso de ENSA, con la que vienen colaborando desde hace años y para la que han desarrollado algunas tecnologías destinadas a supervisar sus procesos de fabricación que han marcado la diferencia en licitaciones internacionales. Para la empresa cántabra que equipa las centrales nucleares también han desarrollado sistemas que permiten controlar la calidad de la soldaduras en tiempo real, algo inédito en su sector. Esta misma tecnología ha encontrado un campo óptimo de aplicación en la industria de la automoción, y el grupo también ha colaborado con empresas como Gestamp.
Para Setelsa, una firma especializada en los controles de accesos, los investigadores de Fotónica han desarrollado una cámara termográfica inteligente, que puede tomar decisiones a partir de lo que registra. También el sector eólico se ha beneficiado de la investigaciones realizadas por el Grupo, que ha desarrollado para Aeroblade una patente con la que medir la elongación de las palas de los aerogeneradores. Incluso en sectores no tecnológicos, como la obra pública, han tenido aplicación las soluciones que aporta la fotónica, y así lo demuestra el sistema instalado en el viaducto de Las Navas para Apia XXI, que permite medir la dilatación en puntos críticos.
Esta diversidad de ejemplos explica el espíritu con el que se creó este grupo de investigación y que subraya López Higuera: “No tenemos un sector concreto de aplicación. Somos horizontales; buscamos problemas reales y focalizamos la investigación en esos problemas. De paso, cumplimos nuestra misión universitaria y devolvemos a la sociedad parte de lo que nos da”.

Las tecnologías de la luz en medicina

Una de las áreas que puede acabar cobrando un protagonismo especial, si se cumplen los planes de estos investigadores, es la salud. En este campo ya han obtenido varias patentes, como un sistema para discriminar el tejido tumoral del tejido sano, y están colaborando con diferentes especialistas en problemas como la detección de cáncer de piel, la caracterización del aneurisma de aorta o la mejora de las operaciones de próstata.
También están trabajando en un proyecto de ‘cama inteligente’, con sensores que pueden medir la actividad fisiológica y física del paciente; una aportación que puede ser clave para la detección de situaciones críticas, como la muerte súbita, permitiendo una rápida asistencia.
Otra de las líneas de investigación que el grupo quiere potenciar es la fabricación mediante láser de dispositivos o microestructuras que puedan servir de prótesis. Una técnica diferente –esculpir un material con láser– a lo que hacen las impresoras 3D de forma aditiva.
El envejecimiento activo es otro de los campos a los que el Grupo de Fotónica ha decidido prestar más atención, aplicando sus conocimientos a la consecución de técnicas de diagnóstico y de seguimiento de la evolución de los pacientes y a la mejora de la calidad de vida de las personas mayores.
En el amplio área de la salud, otra de las líneas estratégicas para este grupo investigador será la de la alimentación, desarrollando dispositivos ópticos, que no requieren contacto, para el control de la calidad y seguridad alimentaria.
Las posibilidades que se abren para el uso de la fotónica en todos estos campos ha impulsado al Grupo a tomar una decisión que va a marcar su actividad en los próximos años: “Hemos decidido focalizar un porcentaje muy grande de esfuerzo investigador, que podría llegar a ser la totalidad, a dar solución a problemas reales en el sector médico”, avanza López Higuera.
El hecho de que Cantabria disponga de un gran hospital como Valdecilla y de instituciones con grandes deseos de innovar es el contexto que justifica la decisión de reorientar la investigación hacia las aplicaciones de la luz en la medicina. Una decisión que se apoya también en el impulso que la fotónica va a recibir tras ser declarada por la Unión Europea como una de las cinco tecnologías claves para su desarrollo. Hasta tal punto que se calcula que en los próximos años los productos o servicios relacionados con la tecnología de la luz van a suponer el 10% del PIB europeo.

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