Ir al trabajo en bicicleta
Cantabria ConBici intenta implantarlo en el PCTCAN, convenciendo a trabajadores y empresas, y cree que la nueva realidad lo impulsará
En Holanda hay más bicicletas que habitantes. El país cuenta con 17 millones de neerlandeses y 23 millones de bicis. El 71% de su población las utilizan con frecuencia, mientras que en España solo lo hace el 14%. Antes de la Covid-19, Cantabria ConBici ya venía impulsando una iniciativa para cambiar la dinámica y conseguir que los empleados de las empresas del PCTCAN sustituyesen el automóvil por los pedales. El objetivo es promover una vida saludable y reducir la contaminación y los problemas de aparcamiento en el recinto. La pandemia ha alimentado el interés por un mundo más natural, que puede ser pasajero, pero lo cierto es que han aparecido más bicicletas que nunca.
Los vehículos de motor, son, desde hace décadas, el principal medio de transporte de los españoles. Ofrecen rapidez, comodidad e independencia en los desplazamientos. Sin embargo, esta forma de movilidad, cuando se hace masiva, genera problemas de tráfico y contaminación.
El expresidente de la asociación Cantabria ConBici, Rafael Casuso –ahora encabezada por Raúl Reyes– está firmemente convencido de que la solución para las ciudades está en pedalear. Cantabria conBici quiere que esta opción sea cada vez más demandada en contraposición con el coche, y para ello ha completado una iniciativa, financiada por el Gobierno regional a través de la Consejería de Obras Públicas y la Dirección General de Urbanismo, para fomentar el uso de la bicicleta entre los trabajadores de las compañías instaladas en el Parque Científico y Tecnológico de Cantabria (PCTCAN). Un emplazamiento caótico en el que resulta muy complicado encontrar plazas de aparcamiento libres a partir de las 7:30 horas de la mañana y los coches suelen invadir las aceras.
Antes de poner en marcha este proyecto, Cantabria ConBici, se dirigió a medio millar de empleados de cinco empresas del Parque con la intención de analizar sus hábitos de movilidad, ubicar sus domicilios en un mapa y diseñar trayectos acondicionados para que puedan ir al trabajo en bicicleta.
La encuesta del colectivo, en la que han participado 300 trabajadores, se ha centrado en las compañías Consulting Informático de Cantabria (CIC), el Instituto de Hidráulica de Cantabria (IH), la Universidad Europea del Atlántico y Ámbar Telecomunicaciones y en la Consejería de Desarrollo Rural. Hay otras empresas próximas que de motu proprio se han interesado por este modelo de movilidad sostenible, como la proveedora de servicios en la nube Ingram Micro. Aunque el estado de alarma ha provocado que muchos trabajadores desempeñen su labor desde casa, parte de ellos se ven obligados a acudir de forma presencial a su puesto y según Casuso, algunos de los encuestados, como los empleados del IH, van en bicicleta a su centro de trabajo.
El ejemplo de Holanda
Holanda es el país europeo líder en ciclismo. Los datos son contundentes. La nación cuenta con 17 millones de habitantes y un parque de 23 millones de bicicletas y sus administraciones públicas están tan concienciadas con el uso de este medio de transporte que aún creen que los neerlandeses no usan la bicicleta lo suficiente, a pesar de que el 71% de la población las utiliza a diario o varias veces por semana, a diferencia de lo que ocurre en España, donde solo el 14% se sube a una bicicleta y casi siempre por motivos de ocio.
El proyecto, paso a paso
Cantabria ConBici no se fija objetivos tan ambiciosos pero sus integrantes están convencidos de que se pueden mejorar mucho los ratios de uso habitual, especialmente quienes trabajan en el Parque Científico y Tecnológico de Cantabria, que reúne unas condiciones muy propicias, por su proximidad a Santander y a núcleos muy poblados de Santa Cruz de Bezana, Astillero, Camargo o Piélagos.
Lo primero que hicieron fue reunirse con los responsables de las empresas para diseñar un plan ajustado a sus necesidades de movilidad. Después, se realizaron sesiones informativas y llevaron a cabo la encuesta. Con los datos obtenidos, elaboraron los trayectos para quienes se animen a ir en bici.
Conseguir que los empleados se decanten por las dos ruedas no es una utopía, en opinión de Rafa Casuso, sino una expectativa razonable. Según los datos de la encuesta, el 30,9% de los trabajadores tiene su domicilio a menos de cinco kilómetros y otro 31,8% a entre seis y diez kilómetros, unas distancias muy adecuadas para el uso de la bicicleta. Además, el 22,7% estaría dispuesto a dejar de utilizar el coche y otro 35,5% se lo plantea seriamente.
Una de las pocas actuaciones que tendrían que hacer las empresas en este sentido es favorecer las condiciones de sus instalaciones para fomentar el uso de las bicicletas.
También son necesarios algunos cambios en la vialidad pública. La Asociación se ha reunido en varias ocasiones con el concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Santander, César Díaz, y le ha planteado varias propuestas para dar prioridad al peatón sobre los vehículos de motor como las ‘Zonas 30’ para que los vehículos no circulen a más de 30 kilómetros por hora.
Otra de ellas es la implantación de varios ejes prioritarios como el de Valdecilla a Puerto Chico y otros con destino al PCTCAN (por el Paseo General Dávila y la Avenida de los Castros) y otra de las proposiciones es la creación de aparcamientos cerrados para bicicletas en distintos puntos de la ciudad. De esa forma, los santanderinos se evitarían el esfuerzo de subirlas a su domicilio.
Gracias al proyecto, se organizaron rutas guiadas para que los empleados conociesen los nuevos trazados. La primera de ellas coincidió con el inicio del estado de alarma y tuvo que aplazarse a otra fecha, de ahí que la intención de Cantabria ConBici sea continuar hacer más prácticas con los trabajdores para consolidar la iniciativa.
Una de las rutas comienza en el Intercambiador del Sardinero y pasa por la Avenida de los Castros y la calle Los Ciruelos, hasta llegar al PCTCAN. El otro trayecto empieza en el Alto Miranda y sigue por el Paseo del General Dávila, Cardenal Herrera Oria y Adarzo.
Un mito desmontado
Déspues de haber llevado a cabo el proyecto, la Asociación cree que ya ha podido “desmontar el mito” de que el turismo particular es el medio de transporte más rápido. El expresidente de Cantabria ConBici reconoce que “el trayecto directo parece más veloz en coche”, pero recuerda que hay que sumar los tiempos que se tarda en ir a por el vehículo, encontrar aparcamiento y llegar desde allí al puesto de trabajo, y todo el proceso inverso al acabar la jornada laboral. “Al final, no se ahorra tanto tiempo”, razona.
Los beneficios de la bicicleta son múltiples. Es el transporte más barato; no consume recursos naturales; no emite gases de efecto invernadero y tiene efectos benéficos sobre la salud, porque una manera de hacer frente al sedentarismo y de mejorar la calidad de vida de las personas.
Antes de acometer esta iniciativa, Cantabria ConBici llevó a cabo un proyecto piloto con la empresa Iteisa, de Santa Cruz de Bezana, gracias a la colaboración de su gerente, Jaime Gómez Obregón, y alguno de sus trabajadores ya se desplaza en bicicleta a la sede de la compañía.
David Pérez