Gomur crece a los cuarenta
El meridiano de los cuarenta años suele ser un paso simbólico hacia la madurez. También para las empresas, que en ese tiempo han acumulado experiencias y conocimientos suficientes como para asentarse con solidez o para cambiar de generación, con nuevos enfoques y nuevos ánimos.
La empresa de mantenimiento industrial Gomur, fundada a mediados de los 70 por José Manuel Gómez, había alcanzado a finales de los años noventa los 35 empleados. Hoy son ya 130. En estas cuatro décadas ha tenido que superar varios ciclos de bonanza y de crisis pero quizá lo más significativo sea haber crecido en los últimos cinco años, cuando más han arreciado los problemas para la industria. En este lustro ha pasado de facturar 5,5 millones de euros a los 7,5 millones actuales.
Para Rafael Gómez, que se puso al frente del grupo junto a su hermano José Manuel a finales de los noventa, la clave de está evolución se encierra en dos directrices: diversificación y flexibilidad para adaptarse al mercado.
Del sector naval al aeronáutico
El origen de Gomur se encuentra en la experiencia acumulada por su fundador como mecánico ajustador de Astander y Astilleros del Atlántico, las dos empresas cántabras de construcción naval. Convencido de que podía prestar desde fuera el mismo servicio de reparación y mantenimiento que venía realizando dentro de esos grandes astilleros, en 1974 se animó a crear su propia empresa. En esa primera etapa contaba con un socio y la compañía llevaba el nombre de Montajes Ibasa. Duró hasta el año 1989, cuando cesó y nació Montajes Gomur.
Los años ochenta fueron muy duros para el sector naval, y su reconversión a punto estuvo de llevarse por delante a Gomur que no tuvo más remedio que buscar clientela en otros sectores industriales. Un oportuno contrato con GSW, entonces Nueva Montaña Quijano, le abrió unas posibilidades que no ha dejado de explorar hasta hoy.
Al tomar el relevo de su padre en la gestión de Montajes Gomur, Rafael y José Manuel Gómez se marcaron dos objetivos: diversificar la empresa, para llegar al mayor número posible de industrias de Cantabria, y potenciar las instalaciones en el campo de la construcción mecánica, uno de los sectores con más demanda.
El primer objetivo se ha cumplido con creces y, si hace años el grueso de la facturación provenía de una sola empresa, ahora Gomur no solo tiene como clientes a casi todas las grandes industrias de Cantabria sino que colabora con la industria aeronáutica francesa de Toulouse.
Para alcanzar el segundo objetivo, levantó hace cinco años unas nuevas instalaciones en el polígono surgido en los antiguos terrenos de la fábrica de fertilizantes Cros. Unas amplias instalaciones de unos tres mil metros cuadrados, tres veces más grandes que su antigua nave de Guarnizo.
La sede de Maliaño cuenta con tres áreas de trabajo, destinadas a calderería, mecanizado y taller de montaje, que cubren toda la gama de necesidades que puedan surgir en el área de mantenimiento, pero la evolución de los servicios que presta ha crecido de tal manera que la compañía empieza a tener problemas de espacio.
Creciendo a pesar de la crisis
Para las empresas que, como Gomur, se dedican a la reparación y al mantenimiento de maquinaria, la crisis económica ha supuesto una difícil prueba. Cabría suponer que la falta de recursos de las industrias para renovar sus equipos se reflejaría en un aumento de los trabajos de mantenimiento pero ha ocurrido exactamente lo contrario. Por un lado, las empresas han dedicado parte de la plantilla que antes se ocupaba de tareas productivas a realizar trabajos simples de mantenimiento. Por otro, la caída de pedidos ha hecho innecesario poner a punto las líneas de producción con la frecuencia acostumbrada.
Además de que la competencia ha forzado a la baja los precios, lo que más han notado las empresas de mantenimiento es la fuerte disminución de las horas extras que facturaban en fines de semana, el momento que sus clientes solían aprovechar para hacer estas tareas sin interrumpir la producción, algo que ahora ya no ocurre.
Aunque la industria se haya visto gravemente afectada por la recesión económica, no todos los sectores la han sentido por igual. La amplia cartera de clientes y la gama de servicios que presta Gomur le han permitido compensar la disminución de la carga de trabajo que se ha producido en muchas industrias con el crecimiento en otras que operan a pleno rendimiento, como BSH o Nestlé.
También le ha ayudado su capacidad para realizar el mantenimiento predictivo de las máquinas, una innovación que le permite anticipar posibles fallos y alargar la vida útil de los equipos. El cliente de referencia en este campo es Solvay, donde Gomur mantiene de manera casi permanente un técnico haciendo análisis de vibraciones y termografías, para asegurarse del buen estado de las máquinas.
La aeronáutica, un nuevo mercado
El mantenimiento industrial ha pasado a ser sólo una de las facetas de este Grupo. El montaje y, sobre todo, la construcción mecánica han tenido un papel importante papel en el crecimiento de su facturación. Gomur está llevando a cabo la instalación de la maquinaria en la planta que Tubacex ha levantado en Marina de Cudeyo y también fabrica parte del pequeño utillaje que se empleará en el proceso de granallado de los tubos destinados a centrales térmicas de última generación que allí se van a tratar.
Otra de las grandes empresas con las que lleva colaborando desde hace tres años es Gamesa. En este caso, le proporciona el utillaje que necesita su planta de Pamplona para el transporte y montaje de los naceles, palas y otros componentes de aerogeneradores que fabrica, la mayoría de ellos de gran tamaño.
Pero donde Gomur ha encontrado un prometedor nicho de mercado es en el sector aeronáutico. Su especialización en herramientas de medianas y grandes dimensiones le ha abierto las puertas de la industria aeronáutica francesa.
La empresa cántabra empezó a asomarse al exterior en 2004 y esa aventura fue cobrando intensidad con la fabricación de utillajes, elementos mecano-soldados y componentes de máquinas para empresas de Francia y Bélgica, hasta llegar a introducirse en la industria aeronáutica de Toulouse, la ciudad de los aviones. En octubre, Gomur acudirá a la feria aeronáutica que se celebrará en la capital occitana.
Para afianzarse en este campo de los utillajes de gran tamaño, la empresa cántabra va a realizar una importante inversión que le permitirá adquirir una fresadora de columna móvil de doce metros de largo y tres de alto, que le dará autonomía en el mecanizado de grandes piezas, unos trabajos que hasta ahora se veía obligada a subcontratar. La nueva máquina estará operativa en noviembre y va a suponer una inversión de un millón y medio de euros, para la que contará con una ayuda del programa público Innpulsa, a través de la Dirección General de Industria.
Es una apuesta estratégica y una señal de que los cuarenta años de vida es una buena edad para seguir creciendo.