Mirones también se quita de encima Socueva

Mirones ha ganado todas las elecciones a las que se ha presentado, primero en la hostelería y más tarde en la CEOE, donde logró la reelección por una amplia mayoría. Allí consiguió tener un nutrido grupo de empresarios que le respaldaban sin fisuras pero también atrajo la inquina de sus rivales, que no le perdonaron el cese del secretario general de CEOE, Miguel Angel Castanedo, a poco de llegar a la entidad, y más tarde el de su sustituto, Yves Díaz de Villegas, después de que realizase una denuncia pública sobre las supuestas irregularidades del presidente de la patronal.
Los juzgados rechazaron aquellas denuncias contra Mirones y la batalla parecía perdida por Díaz de Villegas, que fue despedido, pero la tensión interna había llegado demasiado lejos y Mirones también se vio obligado a renunciar para apaciguar la CEOE.
No sirvió de mucho porque, después del interinaje de Alfredo Salcines, la división volvió a aflorar con la convocatoria de nuevas elecciones. Mirones estaba doblemente incomodado por la presión del sector crítico y por los paulatinos avances del inacabable proceso judicial del caso Socueva, la constructora familiar que quebró en 2003 y en la que tuvo responsabilidades relevantes hasta dos años antes.
Finalmente, trece años después de los hechos por los que fue imputado, Mirones, ha sido absuelto junto al resto del consejo de administración. No ha quedado acreditado que cuando él dejó la empresa su situación fuese ya crítica y en el proceso posterior que llevó a la quiebra los jueces sostienen que pudo haber mala gestión pero no una apropiación indebida en perjuicio de los acreedores.
El expresidente de la CEOE se desprendió de sus participaciones en julio de 2001, a un precio muy inferior al valor teórico, por lo que ya se deduce que tanto él como los otros socios compradores eran conscientes de que Socueva había perdido mucho valor como consecuencia de los problemas de liquidez por los que atravesaba. La empresa no tenía fortaleza financiera para el gran volumen de obras que había conseguido y tampoco obtenía en ellas un margen suficiente, porque lograba las adjudicaciones gracias a una estrategia de bajos precios que pronto se demostró temeraria.
Hubo un intento final de enderezar la trayectoria dejando la gestión en manos de otra empresa, Cota, a cambio de la cesión de algunas obras y derechos de cobro, pero tampoco dio resultado. Eran, precisamente, los gestores de Cota sobre los que más responsabilidad depositaba el fiscal.
Sin embargo, los magistrados afirman que no consta que éstos dispusieran fraudulentamente de los bienes de la sociedad o contrajeran obligaciones que causasen perjuicio económico a los acreeedores de Socueva.

Mirones hace carrera fuera

Después del conflicto, Mirones podía haberse replegado a su grupo de balnearios (Relais Termal), el más importante del sector, pero esa tarea no motiva suficientemente a alguien que tiene un perfil claramente asociativo y había conseguido hitos muy notables en Madrid como para abandonar esa carrera.
Con Rosell conservó sus puestos como presidente de dos comisiones de la CEOE nacional, que obtuvo en tiempos de Díaz Ferrán y en estos momentos es vicepresidente del Consejo de Turismo, en el que se concentra el lobby del potentísimo sector turístico español, ya que está presidido por Joan Gaspart (Husa) y los otros vicepresidentes son el ex ministro Abel Matutes, Sebastián Escarrer, presidente de Sol Meliá, y Rafael Gallego, de la asociación Española de Agencias de Viajes.
Mirones también es presidente del Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), que concede las Q de Calidad y fue elegido por una amplia mayoría como representante de las empresas turísticas de todo el planeta en la Organización Mundial de Turismo, la única agencia de Naciones Unidas que tiene su sede en España.
De esta forma, el empresario cántabro se ha convertido en uno de los españoles que ocupa un cargo internacional más relevante, y más que por la importancia del puesto, por la progresiva pérdida de representación que ha tenido España en los últimos tiempos. Un ejemplo es la participación en el Foro de Davos, donde solo había tres españoles, la menor representación de toda la UE, al mismo nivel que Chipre o que Kenia, mientras el Reino Unido tenía 39 miembros. España solo conserva dos comisarios europeos, ni siquiera está presente ya en el consejo de administración del Banco Central Europeo, un puesto que tenía desde su fundación, y puede que pierda la vicepresidencia del BEI por la imputación de Magdalena Álvarez.

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