‘Un centro comercial tiene que cambiar todos los días’
P.- Lleva dos décadas vinculada a Valle Real que, para muchos cántabros, es muy especial porque fue el primer centro comercial en llegar…
R.- Mi vida profesional empezó al día siguiente de acabar la carrera de Económicas. Algo de lo que ahora me arrepiento porque me hubiera gustado tener algo más de margen para seguir estudiando. Por entonces, en el año 89-90, el paro era muy alto pero tuve la suerte de encontrar trabajo desde el principio. Eso sí, pasé por muchos sectores hasta dar con el que me apasionaba; por banca, auditorías contables, fui profesora de Economía…
P.- ¿Qué tiene este centro comercial para que le apasione tanto?
R.- Mi mayor fortuna ha sido trabajar con gente excelente. Siempre he tenido jefes que me han tratado de forma maravillosa y he aprendido mucho de todos ellos y de los compañeros que he tenido a mi lado. Actualmente somos unas 40 personas, entre el personal de gestión, mantenimiento y limpieza. Con ellos he compartido grandes momentos. Al principio, porque la empresa que gestionaba el centro era nueva y nos tocó aprender juntos, y ahora porque en Sonae Sierra [la compañía copropietaria y gestora] además de ser expertos en este sector, son muy innovadores y ponen pasión en todo lo que hacen.
P.- ¿Cuál es el principal reto de su día a día?
R.- Es un trabajo en el que no paras. Después de tanto tiempo ya tendríamos que estar un poco más acomodados, pero cada año es distinto. El sector de los centros comerciales es tan cambiante que tienes que estar adaptándote continuamente a los tiempos y a lo que quieren tus clientes que, por un lado, son los compradores y, por otro, las tiendas que nos alquilan espacios. Ahora, por ejemplo, tenemos siete negocios de telefonía móvil y hace años no había ninguno, porque es lo que los clientes demandan.
P.- ¿Recuerda el primer día?
R.- Sí, recuerdo perfectamente el día en que lo inauguramos. Por entonces no existía ninguna rampa mecánica en Cantabria y la gente estaba impresionada por la plaza central. De aquellos inicios también recuerdo las gigantescas colas que se organizaban en la entrada de las salas de cines, que ahora ya no existen.
P.- ¿Cuáles han sido los principales hitos del centro en estas dos décadas de vida?
P.- Fue clave la ampliación de 1999, porque ganamos 9.000 m2 y entraron el Grupo Inditex y Mango, lo que supuso un cambio increíble. Hasta ese momento teníamos alguna firma nacional pero casi todas eran locales. A partir de entonces, la situación se invirtió y pasamos a tener un modelo más parecido al de los centros de las grandes ciudades. Otro momento importante lo estamos viviendo ahora, desde que en 2010 decidimos modificar la planta superior para que albergara tiendas de moda, además de negocios de ocio y restauración. Hemos tenido la suerte de que grandes operadores nacionales como C&A, Jack & Jones o Primark hayan participado en nuestro proyecto.
P.- Los años que menciona han sido los más graves de la crisis. A ustedes, ¿cómo les afecta?
R.-Valle Real sigue teniendo una ocupación plena de sus locales y los precios no se han resentido, quizá por haber tenido capacidad de reacción. Además, hace años, la base de los centros comerciales era el hipermercado en torno al que se creaba la galería de tiendas y ahora ya no es así. El éxito está en el conjunto.
P.- ¿La clave está en elegir bien las firmas a las que alquilan sus locales?
R.- Está claro que no aceptamos al primero que llega, porque hay negocios poco viables y otros con resultados comprobados. Antes de alquilar un espacio hacemos encuestas a los clientes para preguntarles qué echan en falta. También tenemos en cuenta el sitio más adecuado para instalarse o la superficie con la que se cuenta.
P.- Ahora que ya tienen un árbol de Navidad decorando la plaza, adornos y luces, ¿qué falta? ¿Gente con ganas de gastar?
R.- Cada vez se percibe más alegría, aunque es difícil calcular cómo va a ir la campaña sin tener datos. No obstante, como las navidades cada vez se adelantan más, tenemos muy buenas sensaciones porque las ventas de noviembre fueron excelentes.
P.- A partir de esta Navidad, ofrecen a los clientes la posibilidad de comprar en las tiendas pero con descuentos obtenidos por internet…
R.- Sonae Sierra, la empresa copropietaria y gestora de este centro y otros en España, ha lanzado una aplicación digital llamada Promofans, válida para distintos soportes (ordenador, teléfono o tablet) que ofrece precios especiales, ofertas de última hora e incluso subastas. Ahora acabamos de instalar wifi en todo el centro y nos vendrá bien para estar al día.
P.- Unirse al enemigo (la compra online) parece una curiosa forma de vencerle…
R.- En realidad, la diferencia de este sistema respecto a la simple compra electrónica es que puedes ver y tocar el artículo en directo. Con la aplicación, lo que obtienes es un descuento que luego te servirá para comprar físicamente en la tienda, después de probarte la prenda, si quieres, y con la posibilidad de quedártela o no, lo que evita compras impulsivas de las que luego uno se puede arrepentir.
P.- Los demás, cuando queremos relajarnos nos vamos de tiendas. Usted, que se pasa aquí la vida, supongo que no hace lo mismo.
R.- Aprovecho para estar con mi familia y, como tengo niños pequeños que juegan al baloncesto, me recorro todas las canchas de juego de la región. Soy una persona muy activa pero, si puedo elegir, me quedo con la lectura. Cuando era pequeña, que me trajeran libros me parecía lo mejor del mundo y devoraba todo lo que caía en mis manos, ya fuera Robinson Crusoe o Concha Espina.
P.- Una última curiosidad. ¿Llamándose Marién Garmendia hay alguien que se crea que es cántabra?
R.- (Ríe) Todo el mundo piensa que soy vasca, pero soy de aquí. En realidad, Marién viene de María Encarnación y, pese a apellidarme Garmendia, nací en Solares y mis padres son de Cabárceno y de Laredo. Estoy orgullosa de ser de pueblo y, de hecho, elegí vivir en el mío.