IMEM instala un espectacular ascensor de cinco metros de altura
La adjudicación de los elevadores se remonta a tres años atrás, cuando IMEM tuvo que batirse con las más importantes multinacionales del sector y demostrar que estaba cualificada para asumir este singular proyecto.
El ascensor principal está preparado para transportar 6.500 kilos de carga (equivalentes a 86 personas) y recibe a los visitantes al pie del módulo Este. Resulta inevitable no fijarse en las enormes puertas de cuatro metros de altura que dan acceso a la cabina acristalada, cuyo interior llega a alcanzar los cinco metros, para poder acoger sin problemas las valiosas piezas que se van a exponer, algunas de ellas de grandes dimensiones, sin tener que desmontarlas o sin el riesgo de que puedan sufrir daños.
“Era la primera vez que fabricábamos un ascensor con una cabina de una altura así”, reconoce el director de Marketing de IMEM, Antonio Pérez Luzuriaga, “y me aventuraría a pensar que no existe ninguna cabina de características similares en toda Europa”.
Las inusuales proporciones del ascensor no fueron, sin embargo, el mayor reto tecnológico que tuvo que asumir IMEM. “La otra empresa de elevación que quedó finalista para adjudicarse el proyecto presentó una solución que implicaba la construcción de un cuarto de máquinas, lo que suponía un considerable sacrificio de espacio” –señala Pérez Luzuriaga. “Nosotros decidimos arriesgar más, presentando un diseño sin cuarto de máquinas, algo que resulta casi inédito en ascensores tan grandes”, añade. Finalmente fue el proyecto del fabricante cántabro el que convenció a la propiedad, a la constructora (la empresa OHL) y al estudio de Renzo Piano.
El diseño del hueco del ascensor incluye unas aperturas al exterior cuya función consiste en posibilitar que la temperatura en su interior sea diferente a la del edificio; las puertas exteriores disponen de un sistema especial que servirá también de aislante al tránsito de aire. Además, la cabina está equipada con cristales calefactados y elementos de climatización propios.
El foso del ascensor presenta la peculiaridad de estar ubicado por debajo del nivel del mar, por lo que se ha incluido un dispositivo de detección de agua cuyo cometido es accionar unas bombas de evacuación en caso necesario.
Entre los avances tecnológicos incorporados se encuentra un sistema especial antiderivas en la cabina y otro de maniobra especial, orientados a impedir que la cabina se mueva en el momento de su carga. Las puertas también disponen de barreras electrónicas en toda su altura para facilitar la carga de obras de arte de grandes dimensiones.
El volumen Oeste del Centro ha sido equipado con otro ascensor más pequeño (de 2.000 kilos de carga) y dos de minicarga destinados al área de restauración, que, igualmente, han sido diseñados, fabricados e instalados por la empresa cántabra.
La capacidad tecnológica de IMEM para fabricar ascensores de grandes dimensiones ya ha quedado demostrada en otros edificios de referencia, como aeropuertos, centros comerciales y edificios públicos de varios continentes. El año pasado construyó un enorme ascensor capaz de transportar a 140 personas simultáneamente (10.500 kilos de carga) para el famoso Museo Victoria & Albert de Londres.