‘Nuevo Futuro no es solo un Rastrillo’
MARTA GONZÁLEZ-ESTÉFANI, PRESIDENTA DE NUEVO FUTURO EN CANTABRIA
Hay quien dice que la crisis está dando sus últimos coletazos, pero lo cierto es que en el último año ha aumentado el número de familias que no llegan a fin de mes y cada vez hay más niños en situación de extrema pobreza. Para salvar a estas víctimas inocentes de unas circunstancias que no eligieron y devolverles las oportunidades trabaja Marta González Estéfani. Ella, como los más de 400 voluntarios y colaboradores de Nuevo Futuro en Cantabria, quieren que la imagen de esta veterana ONG deje de asociarse a eventos sociales y se identifique con lo que realmente es: una institución transparente que presta ayuda diaria e inmediata a niños, mujeres maltratadas con hijos pequeños y jóvenes que quieren emanciparse.
P.- No nos engañemos. Muchas personas no conocen la labor diaria de Nuevo Futuro y lo relacionan con eventos sociales para clases altas en los que se recaudan dinero para niños pobres. ¿Qué hay de cierto en esto?
R.- Esa no es la vida real de Nuevo Futuro. Es cierto que muchas personas solo nos identifican con el Rastrillo pero la nuestra es una ONG que trabaja duro los 365 días al año. Uno de mis objetivos es precisamente romper con esa imagen. La gente debe saber que el Rastrillo y otros eventos como las cenas o los pases de modelos son medios para conseguir fondos pero no es, ni mucho menos, lo único que hacemos. Ayudamos a 70 niños de Cantabria en seis centros y siempre se necesita más.
P.- Explíqueme, a grandes líneas, qué labor desarrollan esos centros de Nuevo Futuro en Cantabria
R.- De los seis centros que tenemos abiertos en la región, dos son pisos tutelados para menores que nos remite el Gobierno de Cantabria; dos están gestionados en colaboración con el Ayuntamiento de Santander y destinados a mujeres con hijos que se encuentran en riesgo de exclusión social por haber sufrido situaciones de maltrato o similar y otro es un piso de emancipación para chicos que quieren estudiar pero han dejado de estar tutelados por el Gobierno de Cantabria por tener más de 18 años. A todo ello se une el Centro de Día para niños que acabamos de abrir hace dos meses en la Colonia de Los Pinares de Santander y del que me siento muy orgullosa.
P.- ¿En qué consiste un centro de día para niños?
R.- Es un espacio al que los niños de entre 6 y 16 años en situación de extrema pobreza o en riesgo de exclusión social pueden venir en invierno y en verano como si se tratara de su propia casa. Aquí, entre otros programas, les proporcionamos alimentos, tanto a ellos como a sus familias. En mayo hemos inaugurado el Centro de Día María Negrete y estamos muy satisfechos de cómo ha quedado. Es un legado de los fundadores de Nuevo Futuro a la ciudad y sucesor de otro centro más pequeño que estaba situado a dos manzanas. Hemos pasado de un local de 60 metros cuadrados a otro de 200, con un gran almacén y una decoración muy acogedora.
P.- Nuevo Futuro lleva funcionando en Cantabria desde los años noventa. En todo ese tiempo habrán visto casos muy duros pero también cientos de experiencias positivas. Cuéntenos alguna.
R.- Efectivamente, hay casos tremendos pero otros esperanzadores como el de un chico que hoy en día trabaja en una gran empresa de Cantabria. En realidad, se trata de tres hermanos que llegaron a nosotros desde el Gobierno de Cantabria. Los tres son muy brillantes y dan el mejor testimonio de cómo se pueden aprovechar estos recursos para que un niño salga adelante y no sea víctima de circunstancias que no ha elegido. Hoy en día, la mayor de los hermanos es educadora social en el mismo piso en el que vivió, por lo que conoce mejor que nadie la realidad a la que se enfrenta; el segundo ha obtenido Matrícula de Honor en Bachillerato y hoy es enfermero en Valdecilla, y el tercero, que ha estudiado diseño gráfico, trabaja en una gran empresa tecnológica del PCTCan.
P.- ¿Cuánto tiempo lleva vinculada a Nuevo Futuro?
R.- Como presidenta seis años, pero como colaboradora, alrededor de dos décadas. Desde el principio he echado una mano en lo que hiciera falta, desde vender entradas a trabajar en el bar del Rastrillo, en las tómbolas… A Nuevo Futuro me dedico en cuerpo y alma desde que regresé a Santander después de haber vivido en Bruselas durante cinco años y después en Madrid. De mis tres hijos, los dos primeros nacieron en Bruselas y el pequeño en Madrid. Ahora son ya mayores –30, 28 y 21– y ya no me necesitan tanto porque, afortunadamente, están bien encarrilados.
P.- ¿Por qué decidió volcarse en ayudar a los niños?
R.- Siempre me han gustado mucho y creo que como sociedad debemos ocuparnos de la protección de la infancia. Como adultos responsables, tenemos que cuidar de los niños por encima de todo, porque son siempre víctimas y no culpables. Al final, lo que vives durante la infancia es lo que reflejas cuando te haces mayor, por eso es tan importante que puedan vivir en un entorno tranquilo y feliz y que lleguen a insertarse en la sociedad con los valores y las ilusiones que tiene cualquier individuo y que a ellos, en principio, se les ha negado.
P.- ¿Por qué eligió entrar en Nuevo Futuro y no en cualquier otra ONG de protección a la infancia?
R.- Lo hice para prestar una ayuda local e inmediata. Nuevo Futuro también funciona a nivel nacional e internacional pero lo bueno es que te permite colaborar en tu propia ciudad y ver los resultados. Si puedo ayudar a los que están más cerca, siento que al menos algo he conseguido. Si no empiezas barriendo tu propia casa…
Por otra parte, de Nuevo Futuro valoro mucho el equipo, que trabaja con un alto grado de compromiso, dedicación y profesionalidad, y la transparencia. Estamos acreditados por la Fundación Lealtad, una entidad que está por encima de todas las ONGs y que garantiza las buenas prácticas. Cualquier persona que haga una donación debería consultar a esta Fundación porque exige cumplir unas normas muy exigentes y superar auditorías anuales.
P.- ¿Existe mucha solidaridad entre los cántabros o en esta sociedad que tiene tan poco tiempo y tanto estrés se nos olvida ayudar?
R.- Yo creo que la gente en Cantabria es muy generosa y que hay muchas personas e instituciones que se acuerdan de nosotros a diario. De hecho, tenemos más de 400 personas entre colaboradores y voluntarios. Entre los que vienen al Centro de Día, por ejemplo, hay profesores de universidad o ingenieros de Caminos que regalan su tiempo a los niños prestándoles apoyo académico y otros que les proporcionan educación en valores. Sin embargo, a pesar de las donaciones puntuales y del apoyo que recibimos en los eventos, apenas contamos con socios que nos ayuden de forma regular. Y eso que cada uno puede aportar lo que quiera y elegir el modelo de cuota que más le convenga.
P.- Y las empresas de Cantabria ¿están comprometidas con el bienestar de los niños de nuestra región?
R.- Las hay que ayudan muchísimo pero, en términos generales, todavía hay poca cultura sobre la RSC en Cantabria. Notamos que está empezando pero, de momento, hay muy poca participación. A nosotros no nos importa el tipo de empresa que sea, ni que su contribución sea grande o pequeña. Tampoco que haga una aportación económica o que done en especie. Lo importante es que ayuden porque seguimos necesitando mucho apoyo para poner en marcha iniciativas como un centro de día para niños en cada barrio. Además de ser un buen recurso preventivo, a la larga supone un gran ahorro para los gobiernos.
P.- Además de hacer una buena obra, las empresas pueden obtener importantes ventajas fiscales…
R.- Sí, la desgravación en el IRPF es del 75% por ciento de los 150 primeros euros donados y del 30% sobre el resto. También en el impuesto de sociedades, con un 35% del impuesto de donaciones que sube hasta el 40% si se han realizado en los últimos años. Si la aportación es en especie, sería lo correspondiente al valor contable del bien y si se hacen socios también tienen una desgravación fiscal en el IRPF. En fin, los beneficios son muchos.
P.- Últimamente se escucha en la calle que la crisis se va superando ¿Han notado ustedes que la situación de las familias cántabras y de los niños en concreto está mejorando?
R.- Según los últimos datos de los que disponemos, que son de abril y proceden del Instituto Nacional de Estadística, el número de personas en riesgo de exclusión social en Cantabria ha aumentado. Hemos pasado de 1 de cada cinco cántabros a 1 de cada cuatro. Además, el 15% están en riesgo de pobreza; el 34,5% no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos y el 12,9% tiene mucha dificultad para llegar a fin de mes.