La circunvalación de Santander, por fin
Desde que el 3 de marzo de 2008 se abrió al trafico el primer tramo de la Ronda de la Bahía hasta que en este mes de agosto entren en servicio los dos restantes ha pasado bastante más tiempo del calculado, pero el escenario económico ha cambiado mucho en estos años y los trabajos se han resentido de la escasez de dinero público. Esa tardanza ha acabado por reducir la expectación pública ante la mayor obra realizada nunca en el entorno de la capital, un cinturón que por fin va a unir las dos grandes autovías de Santander, la del Este, hacia Bilbao, con la del Oeste, hacia Torrelavega, y que además va a servir para conectar todo el perímetro metropolitano.
Sus tres tramos han costado 210 millones de euros o, lo que es lo mismo, 35.000 millones de pesetas, una cantidad muy elevada para los 12 kilómetros que suman y mucho más si se tiene en cuenta que Álvarez Cascos, mientras era ministro de Fomento, pretendió que saliese gratis. Propuso a las constructoras que hiciesen la Ronda a sus expensas, a cambio de los rendimientos que supuestamente iban a obtener con la adjudicación de la autopista de peaje entre Zurita y Parbayón, de la Autovía del Cantábrico. Vana ilusión porque no se presentó ni un solo licitador, ni siquiera cuando aceptó financiar con fondos públicos hasta el 40% del importe conjunto de ambas obras. Su sucesora, la socialista Magdalena Álvarez, optó por pagar el 100% las carreteras del erario público y olvidarse de los peajes, que hubiesen sido muy mal aceptados en Cantabria, una comunidad donde no hay ninguna carretera de pago.
Los dos tramos de la Ronda de la Bahía que restaban por abrir (Cacicedo-Parbayón y Parbayón-San Salvador de Heras) han costado 170,2 millones de euros, por tener que abordar algunas dificultades técnicas costosas, como el Alto de la Morcilla, que se ha salvado con un túnel, el falso túnel de Piedras Blancas, o el gran viaducto que acompaña a la Ría de Solía, donde los lodos acumulados durante milenios no hacen sencillo encontrar firme.
El tramo San Salvador de Heras-Parbayón fue adjudicado en octubre de 2007 a una ute formada por Dragados y Ascan, en 46,7 millones de euros, y debía estar acabado en 20 meses. Al final, ha costado 69,8 millones y ha tardado casi tres veces más, pero no por culpa de las concesionarias sino por las dificultades financieras del Ministerio de Fomento que le forzaron a ralentizar la obra.
Cuando apenas se habían iniciado los trabajos en ese tramo, la ministra Magdalena Álvarez ya acudía a Cantabria a inaugurar el primero de los adjudicados, el que une la S-20 (Bezana-El Sardinero) con la A-67, cuatro kilómetros que costaron 40 millones de euros y que no habían tenido continuidad hasta ahora, en parte porque el tramo intermedio iba más retrasado que el tercero, lo que hacía imposible llegar a conectar con la Autovía hacia Bilbao.
Ese tramo intermedio, Cacicedo-Parbayón, atraviesa los municipios de Camargo y Piélagos y ha costado 100,9 millones de euros (fue adjudicado en 91,1). Construido por Sacyr y Cavosa, tiene algo menos de seis kilómetros, con 1.015 metros de túneles y cuatro viaductos, además de cinco pasos superiores y tres inferiores. La intención era ponerlo en servicio en tres años, es decir, que estuviese finalizado en 2010, pero los recortes de Fomento provocaron sucesivos retrasos y serios problemas de las concesionarias para cobrar las certificaciones de lo ejecutado.
El tramo que cierra la Ronda y conecta con la Autovía de Bilbao en Heras tiene cuatro kilómetros, pero incluía la construcción de un tercer carril de seis kilómetros en la Autovía con Bilbao, en dirección a Solares. Atraviesa la Ría de Solía mediante una estructura de 200 metros y cruza la Autovía con otro viaducto de casi 400 metros.
Durante la ejecución de este tramo final, la obra se encontró con enormes dificultades de firme a la altura de Heras, hasta el punto que finalmente el Ministerio acabó por descartar el tercer carril de la Autovía de Bilbao, lo cual no ha impedido que los trabajos se hayan demorado mucho más de los 20 meses previstos cuando fueron adjudicados, en 2007, y que hayan salido mucho más caros.