Filamento cántabro para las impresoras 3D
Eolas Print produce e investiga en el material para impresión tridimensional
Los usuarios de impresoras 3D ya cuentan con un proveedor local. Eolas Print ha abierto en Reocín la primera fábrica cántabra de filamentos para la impresión tridimensional. Además de investigar con nuevos materiales para estos filamentos, la empresa también cuenta con impresoras 3D y presta apoyo en el diseño digital de los objetos.
La irrupción de una nueva tecnología suele ser un campo fértil para la aparición de una oleada de iniciativas empresariales, y pocas tecnologías recientes han causado tanto revuelo como la impresión en 3D. La versatilidad de esta nueva forma de fabricación, en la que ya se empiezan a utilizar infinidad de materiales y en campos cada vez más variados, hace de esta tecnología la avanzadilla de una nueva era. Y aunque todavía estemos algo lejos de convertir la impresora 3D en un aparato doméstico más, como ocurrió en su día con la generalización del ordenador personal, una start up cántabra, Eolas Print, ha dado el primer paso para formar parte de ese futuro que ya se adivina.
En sus instalaciones del Parque Empresarial Besaya, en Reocín, Eolas Print elabora desde la pasada primavera el filamento plástico más utilizado por las impresoras 3D, a partir de granzas de PLA (ácido poliláctico). Esta línea de negocio, a la que se añadirán nuevos tipos de filamentos en el futuro, se va a ver complementada por servicios que ya han comenzado a prestar, como la impresión para terceros de objetos en 3D y el asesoramiento a clientes en el diseño digital para que puedan plasmar mejor sus ideas. La meta final es aún más ambiciosa, ya que Eolas se plantea desarrollar una impresora 3D que vincule en una sola marca los filamentos y el equipo de impresión.
Una ‘start up’ para un mercado emergente
La creación de Eolas Print es fruto de la pasión por las nuevas tecnologías de su fundador, Luis Toribio, un ingeniero que apuesta por la universalización de las impresoras 3D en el momento en que se abarate su precio.
La empresa de Reocín es la primera que se dedica en Cantabria a la elaboración de filamento para impresión en 3D, y ha venido a unirse al reducido grupo de fabricantes nacionales (apenas cinco). Frente a las incógnitas de calidad que pueden presentar los productores remotos, que venden por internet, Eolas Print aspira a competir con un filamento de calidad y con unos servicios de atención al cliente que complementen la simple venta de las bobinas de un kilo, que es el formato elegido por esta empresa cántabra.
Nuevos filamentos
El filamento surge del PLA, un material orgánico que suele proceder del almidón de maíz y que, por tanto, es biodegradable. Además, no es tóxico y no genera gases contaminantes durante el proceso de fabricación. En este proceso, los pellets de PLA se mezclan con pigmentos de color, se trituran y han de calentarse a altas temperaturas para poder convertirlos, mediante extrusión, en un delgado hilo. Ese filamento debe ser uniforme en su redondez y en su diámetro, porque de lo contrario podría acarrear daños a la impresora.
El filamento de PLA es el más utilizado en la impresión en 3D, porque es el más polivalente y el más sencillo de imprimir, pero en la todavía corta historia de esta tecnología el número de materiales no deja de crecer. Ya se ha empleado arcilla, cerámica, caliza o carbón, y se empieza a experimentar con geopolímeros (compuestos sintéticos inorgánicos de aluminiosilicato) e incluso con materiales reciclados a partir de residuos urbanos.
Los avances han permitido que en poco tiempo se haya pasado de fabricar pequeños objetos de uso doméstico a aplicar la impresión en 3D al diseño y fabricación de mobiliario urbano, la edificación o la ingeniería civil. En la última edición del Barcelona Building Construmat, una feria enfocada a la promoción de las nuevas tecnologías en la construcción, el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña presentó varios pabellones impresos en arcilla con tecnología 3D.
Una de las líneas de trabajo que Eolas Print quiere desarrollar es precisamente la investigación de nuevos filamentos. Para final de año prevé sacar al mercado uno flexible pero menos elástico que los empleados actualmente, y otro en el que mezclarán partículas de celulosa con una base de PLA. Anuncia que, una vez impreso, la sensación táctil y visual será análoga a los objetos fabricados con madera.
Aunque cada vez aumentan más las prestaciones de las impresoras 3D, uno de los condicionantes que tiene esta tecnología es el tiempo que todavía requiere la fabricación de objetos, tanto cuando se emplea la adición de material (ahora es la técnica más común y en ella el filamento va formando capas) como cuando se hace con otras técnicas, como la fotosolidificación por láser. De ahí que no sea una alternativa a la producción industrial en serie, sino la solución para fabricar objetos peculiares que sería muy caro realizar por métodos tradicionales.
Además de las reproducciones que Eolas imprime para testar su filamento, en el poco tiempo que lleva activa ha realizado encargos muy diversos, como la impresión de joyas, la maqueta de una vivienda, unos cañeros de cerveza, palas de paddle para la campaña publicitaria de un club cercano o piezas para usos muy diversos y que no existen en el mercado.
Una parte de los trabajos de impresión tridimensional que han llegado a esta empresa han servido para mejorar la vida de personas discapacitadas, con objetos diseñados para una función específica. También son muy demandadas las férulas impresas en 3D, como alternativa a las tradicionales escayolas, ya que, además, se pueden imprimir en color carne.
Son solo algunos ejemplos de las infinitas posibilidades que se abren con esta nueva tecnología, para la que el único límite es nuestra imaginación.
Jesús Polvorinos