LAS FUNERARIAS TAMBIÉN PIERDEN CON EL COVID
En un año en el que va a morir mucha más gente de lo habitual, a las funerarias no les salen las cuentas. Frente a todo lo que cabía imaginar, en el primer semestre les ha ido francamente mal, y no por falta de actividad. Han trabajado más que nunca, pero la facturación ha caído en 400 millones por la enorme reducción de gastos que han hecho las familias en los sepelios. Además, han incurrido en costes mucho mayores, por las medidas de prevención impuestas y las muchas horas extras que han tenido que pagar a su personal, especialmente en Madrid, donde se acumulaban los cadáveres y no bastaban las 24 horas del día, hasta el punto que también tuvieron que alquilar camiones frigoríficos para guardarlos hasta poder gestionarlos. Y este es el único sector al que aparentemente le estaba yendo bien…