El conocimiento sobre la dirección de personas se reúne en Santander

Expertos en Recursos Humanos de empresas punteras del país participan en el Congreso Aedipe

Hasta hace no mucho, hablar de felicidad en el trabajo era una quimera. Se consideraba que el empleo era sólo un medio para ganarse la vida y no una forma de desarrollo personal. Sin embargo, la globalización, la competitividad y la difícil coyuntura económica han hecho que las empresas miren a sus trabajadores como aliados a la hora de conseguir sus objetivos, convertirse en los mejores prescriptores de la marca y aportar ideas que mejoren la productividad. Para conseguirlo, no hay nada más importante que fomentar el compromiso, un valor que vertebrará el congreso que este mes reúne en Santander a expertos en recursos humanos de todo el país.


La Asociación Española para la Dirección y Gestión de Personas (Aedipe) preconiza que el capital humano es uno de los factores clave de competitividad para cualquier tipo de empresa, en cualquier ámbito y de cualquier tamaño. La creadora del Instituto de la Felicidad de Coca-Cola y dircom del Grupo Adecco, Margarita Álvarez; la asesora emocional de El Celler de Can Roca y del FC Barcelona en su época más brillante, Inma Puig; los responsables de la salud de los empleados en empresas tan punteras como Nestlé o Mahou-San Miguel, Luis Miguel García y Manuel Palencia, respectivamente, y los expertos en comunicación empresarial de la agencia Llorente & Cuenca, Juan Arteaga e Iván Pino, forman parte del plantel de ponentes del 51º Congreso Aedipe que se celebra en Santander del 19 al 21 de octubre bajo el lema ‘De la Relación al Compromiso’. Será una oportunidad para que los directores de Recursos Humanos de las empresas cántabros, los profesionales con empleados a su cargo y directivos en general conozcan las últimas tendencias en este campo.

“Nos encontramos ante nuevos retos muy importantes, porque hay que gestionar la salida de esta crisis y contribuir al crecimiento, haciendo hincapié en el desarrollo de las personas que componen la organización para aprovechar todas las oportunidades”, explica el presidente de Aedipe Cantabria y ex director de Recursos Humanos de Ferroatlántica, José Manuel Palacio.

Se trata de un nuevo perfil de profesional que no sólo gestiona convenios o nóminas, sino que atiende al activo más importante de una empresa, las personas. El nuevo profesional de Recursos Humanos, además de gestionar el talento y la dirección de personas, en su acepción más moderna, tiene entre sus cometidos contagiar a cada empleado los valores y objetivos de la empresa, anticiparse a los conflictos, facilitar el desarrollo de las habilidades de cada trabajador y generar equipos de trabajo más creativos y productivos.

Un empleado comprometido y orgulloso de su empresa es más productivo

Y no sólo eso. También tiene que encargarse de asegurar la felicidad y el bienestar de la plantilla. Dos valores al alza en el mundo del trabajo porque está demostrado que un empleado que se siente motivado y contento en su puesto es más productivo, se compromete con los objetivos de la empresa y los hace suyos, reduce su tasa de absentismo y no piensa en cambiar de trabajo, con el ahorro que eso supone en la formación de un sustituto.

Al evidente aumento de la competitividad que se deriva de todo lo anterior se añade el hecho de que un empleado comprometido y orgulloso de su empresa piensa más y mejor en ella. “Los empleados se sienten miembros importantes del proyecto y parte activa de la solución a los problemas”, explica la directora de Recursos Humanos de GSW, Rosa Castrillo, que implantó en su empresa un canal de comunicación interna para que los empleados hicieran sugerencias y sólo en 2016 consiguió 830 propuestas de mejora. Las implantadas permitieron unos ahorros de unos tres millones de euros para la empresa. Un éxito económico en el que la clave fue escuchar y dar relevancia al ingenio de cada miembro de la plantilla.

Comunicar y cuidar

Para marcar la diferencia y obtener resultados importantes, la empresa tiene que ofrecer una remuneración que va más allá del sueldo, un salario emocional.

Se trata de comunicar periódicamente los resultados a toda la plantilla y fijar con claridad los objetivos, explicando qué es lo que se espera de cada miembro del equipo, y también de escuchar –porque el canal de comunicación ha de ser de ida y vuelta–, ocupándose de cuestiones como la conciliación y el bienestar.

En este sentido, hablar de una empresa saludable va más allá de la prevención de riesgos laborales. Tiene que ver con el hecho de facilitar que los empleados tengan hábitos de vida sanosd, que puedan dedicar tiempo a la actividad física, a su familia y al ocio. Sin esas premisas difícilmente estarán al 100% en sus condiciones físicas y mentales. Está demostrado que la ausencia de conciliación, el estrés y el desorden de horarios perjudican la salud y el rendimiento en el trabajo. “Velar por la salud del trabajador es una forma de invertir en la empresa”, asegura el coordinador del servicio de Prevención del Grupo Adecco, Julio Dorado, máxime en un momento en el que el absentismo laboral está en aumento, después de una significativa reducción durante la etapa más dura de la crisis. Según los expertos, la mayoría de las veces ese absentismo podría subsanarse con más flexibilidad, si los empleados pueden atender sus necesidades y, a la vez, cumplir con su trabajo.

De estos y otros muchos temas, como la inteligencia emocional o la responsabilidad social empresarial se hablará en el 51º Congreso Aedipe que se celebrará en Santander. Una oportunidad para formarse en un área en el que las pequeñas y medianas empresas de Cantabria tienen aún mucho camino por recorrer, para extender este nuevo concepto de gestión y potenciar la joya de la corona dentro de cualquier organización, las personas.

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