El piano como terapia
El método Sáncal de aprendizaje también ayuda a la rehabilitación de pacientes con problemas neurológicos
El tratamiento de la pérdida de capacidad cognitiva o de memoria, que suelen ir asociadas al envejecimiento, cuenta con una nueva terapia, un método de enseñanza musical que convierte el piano en un instrumento de rehabilitación neurológica. Se trata del Método Sáncal, con ejercicios específicos para diversos tipos de patologías que también tiene efectos preventivos.
Las arias de Farinelli ayudaron a aliviar la incurable melancolía de Felipe V y Bach compuso sus Variaciones Goldberg para hacer más llevaderas las largas noches de insomnio de un noble alemán. Son dos ejemplos del poder curativo que encierra la música, una cualidad que con el paso del tiempo se ha convertido en un importante recurso para los psicoterapeutas.
Pero ¿qué ocurre si en vez de un uso meramente pasivo de la música se recurre al aprendizaje de un instrumento, y especialmente a uno que conjugue tantos recursos físicos y emocionales como el piano? A dar respuesta a este interrogante se ha dedicado Marián Sánchez Calderón desde que, a finales de 2012, descubrió los positivos efectos que una alumna suya, de 70 años de edad, venía experimentando en su estado de ánimo y en sus lapsus de memoria.
“Ya no tiene que ver con unas clases de piano”
La clave de esa mejora estaba en los cambios que Marián había introducido en los ejercicios que practicaban. Porque, si bien existen métodos enfocados a la enseñanza del piano a niños, no había ninguno que tuviera en cuenta las características de los alumnos de edad avanzada, que requieren otro ritmo de aprendizaje e, incluso, otras formas de motivación.
Conforme fue aumentando el número de alumnos mayores y la constatación de la mejoría que las prácticas con el piano aportaban a su estado de salud, esta profesora y arquitecta gaditana se dio cuenta de que existía un enorme potencial en el uso de este instrumento como herramienta terapéutica. Ya no se trataba tanto de aprender a tocar el piano como de aprovechar los beneficiosos efectos que tenía para la salud el simple hecho de practicar sobre el teclado los ejercicios ideados por ella, el Método Sáncal. Porque, como explica la propia Marián, “esto empezó como clases de piano, pero ahora ya no tiene nada que ver; esto es una terapia que usa como herramienta rehabilitadora el piano. Y, como consecuencia de la terapia, es verdad que los pacientes acaban aprendiendo a tocar el piano, pero ya no es el objetivo final”.
Un instrumento idóneo
Para la finalidad terapéutica que se persigue, el piano se ha revelado como el instrumento musical más eficaz. Estimula la motricidad en todos los niveles, al exigir movimientos muy diversos, que van desde los que requieren una mayor precisión, como la pulsación de una tecla, a los más amplios de los brazos. Además, su práctica genera una confluencia de sensaciones, físicas y emocionales que explican su poder terapéutico.
“Lo que ocurre al tocar el piano es que involucramos información auditiva, visual, porque estamos leyendo una partitura, y el sistema motor”, explica Marián Sánchez. “Pero, al ser una experiencia emocional, no estamos pendientes del movimiento que realizamos”. El resultado son cambios neurológicos que explican, científicamente, la mejoría que experimentan los alumnos-pacientes en su capacidad cognitiva o de memorización.
Un equipo interdisciplinar
Para completar su método, Marián se ha rodeado de un equipo formado por una neuróloga y psiquiatra, un psicólogo, una experta en software y un desarrollador de páginas web, cubriendo así los tres pilares en que se basa el Método Sáncal: la neurociencia, la música y la tecnología.
Es en este último aspecto en donde el sistema ha dado un salto cualitativo, al crear una aplicación (un archivo MIDI que genera un gráfico) capaz de medir la evolución del paciente monitorizando aspectos como el tiempo de reacción o el de atención sostenida, entre otros. De esta manera se pueden adecuar los ejercicios a las características de cada persona. El objetivo final es que ese automatismo en la adecuación de contenidos permita aplicar el método on line.
Sáncal no está pensado solo para terapias de rehabilitación; también tiene una dimensión preventiva, para evitar o retrasar la aparición de problemas que se hacen presentes con la edad, como el deterioro de la capacidad cognitiva o la pérdida de memoria. Además tiene contenidos específicos para tratar los daños cerebrales congénitos o adquiridos (los provocados por un ictus o un accidente).
El método está basado en ejercicios y composiciones creadas por la propia autora y adecuados al tipo de dolencia a tratar. También tiene una parte lúdica y cuando el paciente ha progresado lo bastante y puede leer una partitura, se recurre a la adaptación de obras de música clásica o popular, ya que, con el fin de aumentar al máximo la motivación, se introducen en la propia terapia los gustos musicales de cada paciente. “Tratamos de que la persona se sienta realizada haciendo esta actividad y que no lo vea como una terapia”, señala Marián Sánchez.
Para conseguir resultados significativos lo aconsejable, según la creadora del método, es su aplicación durante un mínimo de seis meses, con dos sesiones por semana, para los pacientes con deterioro cognitivo, y de un año en el caso de personas con daño cerebral.
Allí donde ya se está aplicando su método, como alguna clínica en Oviedo, en Madrid, en Málaga y en la propia sede de Sáncal, en Santander, ha sido acogido con mucho interés por los neurólogos, quizá porque, como explica la propia Marián, “los pacientes que tratamos ya no tienen alternativas reales, ni farmacológicas ni terapéuticas, porque las terapias usuales tienen una alta tasa de fracaso, al ser incapaces de motivar al paciente desde el primer momento”. Algo que sí ocurre con un instrumento tan atractivo como el piano y con las virtudes terapéuticas del lenguaje musical.
Un ensayo clínico en Valdecilla
La proyección de lo que puede llegar a suponer la difusión de este método, es incalculable, porque Sáncal es una experiencia pionera en la aplicación del aprendizaje del piano a la neurorehabilitación.
Durante una reciente estancia en Estados Unidos, como una de las ganadoras del premio Yuzz para emprendedores, esta profesora de música, afincada desde hace algo más de un año en Santander, tuvo ocasión de entrar en contacto con neurólogos del UCSF Medical Center, de San Francisco, y de la Universidad de Stanford, con los que ha abierto una línea de colaboración.
También se han interesado por su método neurólogos del Hospital de Valdecilla, en donde se va a realizar un ensayo clínico en mayores con deterioro cognitivo leve. De ahí puede surgir la evidencia científica de las mejoras que esta terapia musical puede aportar a la calidad de vida de las personas, estén afectadas por alguna dolencia o no lo estén.
J. Polvorinos