Llega el transporte colaborativo de mercancías

Driveer crea una plataforma para el transporte de objetos entre particulares

Dos jóvenes economistas cántabros, Cristian Antuñano y Rafael Martínez, han creado Driveer, una plataforma digital que servirá de enlace entre quienes vayan a realizar un viaje y quienes necesiten transportar objetos o documentos a ese punto de destino. Se trata de un ejemplo más de la llamada economía colaborativa, que completa el paso dado con el transporte de viajeros en vehículos particulares.


Un nuevo modelo de negocio basado en la espontaneidad de las redes sociales amenaza con alterar el modo como se han venido realizando hasta ahora ciertas actividades profesionales.

Si Blablacar o Uber han transformado el transporte de viajeros, aprovechando la facilidad de comunicación que permiten las nuevas tecnologías para crear comunidades de usuarios, ahora es el turno del transporte de objetos entre particulares, aplicando la misma fórmula. Son dos ejemplos de lo que se conoce como economía colaborativa, que está llamada a revolucionar la forma tradicional de prestar servicios a través de las empresas convencionales.

Cristian Antuñano y Rafael Martínez, dos jóvenes economistas cántabros, se disponen a abrir una plataforma en internet –Driveer– que servirá de enlace entre quienes vayan a realizar un viaje a cualquier punto de España y quienes necesiten enviar un paquete o unos documentos a ese mismo lugar. Los promotores de esta idea llevan más de un año trabajando en ella, y aunque hay otras dos iniciativas en España que se les han anticipado (una en Valencia y otra en Galicia), el nicho de mercado es tan novedoso que ninguna de ellas ha tenido tiempo de asentarse, por lo que Driveer aspira a convertirse en el referente nacional para este nuevo tipo de negocio basado en el transporte colaborativo de mercancías.

Una plataforma de intermediación

El trabajo de Cristian y Rafael se plasma en una página web que servirá de punto de encuentro entre  conductores privados (drivers) y quienes buscan una alternativa a las empresas de paquetería o de mensajería tradicionales para hacer sus envíos (senders). Quienes vayan a hacer un viaje por carretera y quieran ahorrar un poco en los costes pueden registrarse en Driveer ofreciéndose para transportar una mercancía hasta su punto de destino. El tamaño, el peso o la cantidad de paquetes estará en consonancia con el espacio del que disponga en su vehículo.

Su web sirve de punto de encuentro entre quienes necesitan trasladar un bulto y quien tiene espacio disponible en su coche y acepta hacerlo a cambio de una contraprestación económica.

El precio se acordará entre las partes y solo se abonará cuando la mercancía se entregue de la forma convenida. El pago se hará a través de la plataforma, bien empleando una cuenta o saldo permanente –si se utiliza este servicio de forma habitual– o bien como una entrega puntual por un servicio concreto.

Conductor y remitente están en contacto permanente a través de la propia plataforma, de forma que se puede hacer un seguimiento del recorrido del paquete. Si se produce alguna discrepancia sobre cómo se ha llevado a cabo el servicio (no ha llegado en el plazo acordado o no se ha entregado en el punto convenido), Driveer actuará como árbitro y resolverá el desacuerdo. A cambio de su intermediación, la plataforma cobrará el diez por ciento del precio pactado entre las partes.

Las ventajas de esta forma de colaboración entre particulares tienen que ver con el beneficio económico que ambos obtienen, pero también con la rapidez con que se lleva a cabo ese intercambio. “Realizar un porte con las empresas tradicionales a veces supone unos costes excesivos –apunta Cristian Antuñano–, sobre todo si son envíos urgentes. Nuestra plataforma va a aportar esa solución de poder hacer un transporte urgente en el día o en 48 horas sin que te cueste un pastón”, concluye.

Cuidar la seguridad en los envíos

Al tratarse de un servicio no regulado, como sí lo están las compañías de transporte, la seguridad de los envíos y su cobertura en caso de pérdida o deterioro son cuestiones que preocupan especialmente a los promotores de Driveers. Además de crear un sistema de códigos para que el remitente pueda hacer un seguimiento de su envío a través de la propia plataforma, Cristian y Rafael han entablado ya negociaciones con algunas aseguradoras para poder dar cobertura a este servicio. “Queremos que la seguridad sea la mayor posible” –avanzan–, “que la gente confíe”.

Será el siguiente paso de una iniciativa que ahora empieza a caminar, pero que ya valora nuevas posibilidades, como incorporar el transporte aéreo o marítimo, o dedicar un apartado a profesionales autónomos que tengan huecos libres en sus furgonetas y quieran completar la carga utilizando esta plataforma.

También piensan en otras vías de ingresos, aplicando fórmulas comunes a otras páginas web, como crear una sección de clasificados que dé prioridad a determinadas ofertas o recurriendo a la inserción de publicidad en la plataforma.

Un negocio digital emergente

Esta propuesta de transportar objetos mediante acuerdos entre particulares es solo una de las muchas posibilidades que encierra la llamada economía colaborativa o compartida. Como señala Rafael Martínez, “en el futuro todo va a estar hiperconectado y este tipo de variantes de negocios digitales va a tener mucho potencial”.

A ese futuro apunta la iniciativa de estos dos emprendedores, que han incorporado ya a un nuevo socio, un inversor privado que ha sabido valorar las posibilidades que encierra una plataforma que aspira a ser el referente nacional en esta original modalidad de transporte de mercancías que, de afianzarse, puede acabar siendo un serio competidor para un sector en auge, el de las empresas de paquetería y mensajería.

J. Polvorinos

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