El grupo Cala Jóncols de Roses, primero con Residuo Cero de Girona
/COMUNICAE/
La empresa familiar que lo dirige ha impulsado un sistema innovador de gestión de residuos con tecnología puntera para lograr cerrar el círculo y avanzar en el desarrollo sostenible de la compañía
El grupo Cala Jóncols, que cuenta con un hotel, un restaurante, un pequeño viñedo y dos centros de submarinismo en Roses, ha impulsado un sistema innovador de gestión de residuos con tecnología puntera para lograr cerrar el círculo y convertirse en el primero con Residuo Cero de la provincia de Girona y en uno de los primeros de Cataluña. La gestión medioambiental es una prioridad para la empresa familiar que gestiona la compañía y constituye un elemento clave para el desarrollo sostenible de sus establecimientos. Cala Jóncols, situado en el Parque Natural del Cap de Creus, hace años que comenzó a implantar medidas para minimizar la generación de residuos y tener el máximo respeto por el entorno, pero ahora con este nuevo sistema reafirma su apuesta por continuar avanzando en esta línea y su compromiso con la calidad y la excelencia. La iniciativa garantiza la valorización de la práctica totalidad de los residuos que se generan en el establecimiento, mediante la tecnología más avanzada, a la vez que contribuye a impulsar la sostenibilidad a través de la llamada economía circular.
Autosuficiencia
Y para continuar avanzando en la línea de la sostenibilidad y de la autosuficiencia, el grupo tiene previsto la instalación de placas solares para producir la electricidad para su propio consumo y la habilitación de puntos de recarga para los vehículos eléctricos. Además, proyecta construir una bodega para elaborar su propio vino (siguiendo la metodología ecológica y de la mano de la biodinámica y ajustado a las dimensiones de la viña, que con menos de una hectárea es la más pequeña de Cataluña); y un molino para elaborar el aceite de sus propios olivos. Ambas construcciones, que estarán totalmente integradas en el entorno natural, está previsto que estén funcionando el 2022 y serán las primeras de estas características en Roses.
Economía circular
Uno de los elementos más innovadores de este sistema de gestión de residuos es la compostadora con tecnología puntera que hay instalada y que permite tratar in situ los residuos que se generan en el restaurante, tanto de origen animal como vegetal, y transformarlo en abono de gran calidad para la viña, el huerto y el jardín. Se trata de un proceso natural y que tiene un consumo eléctrico muy bajo, menor al de un microondas, según explica Bernd Fernka, el responsable de la empresa que comercializa la compostadora en España. La procesadora, fabricada por una compañía sueca, tiene capacidad para absorber hasta 26 toneladas de residuos orgánicos al año, y evita los malos olores gracias a su sistema de presión inversa.En cuanto a los envases de plástico, papel y cartón se compactan y el vidrio se desmenuza para reducir el volumen, facilitar su reciclaje y minimizar el transporte y reducir la huella de CO2.Por otra parte, el grupo hace años que ha puesto en funcionamiento también medidas para reducir el consumo de agua y reaprovechar el máximo posible. De entrada, el agua que se consume en el establecimiento proviene del pozo y es purificada a través de un sistema de ósmosis para que sea apto para el consumo humano, un sistema que también impacta en el ahorro de detergente. Además, se ha eliminado el plástico de los envases de agua y se han sustituido por botellas de vidrio reutilizables. También utiliza cantimploras individuales para el agua que ofrece para llevar a los clientes. Se calcula que con este sistema cada temporada se produce un ahorro de más de 2.000 envases de plástico. Todo ello supone también reducir a cero las emisiones de CO2 derivadas del transporte del agua y de los envases.En cuanto a la limpieza de los espacios se han eliminado todos los productos químicos y se utiliza agua hidrolizada, que es respetuosa con el entorno y muy eficaz para la eliminación de bacterias y virus y también esteriliza superficies del coronavirus. En cuanto a la colada se lava con ozono que permite un ahorro del 30% de agua y del 50% de detergente.La compañía cuenta desde hace años con una depuradora propia para filtrar y desinfectar las aguas residuales y reaprovecharlas para el riego del huerto y el jardín. El equipamiento permite recuperar 40 m3 al día.El riego del jardín se hace desde hace diez años con el aprovechamiento del agua del hotel, una vez tratadas las aguas residuales. Se ha sustituido el césped por una planta tapizante, la Lippia, que reduce en un 90% el consumo de agua; se preparó el terreno de modo que no hubiera que aplicar abonos artificiales y se han utilizado plantas autóctonas, como el agapanthus y caura, que se integran perfectamente en la cala, según explica la paisajística Mónica Martí, encargada de rediseñar el espacio para hacerlo más sostenible. Además, han introducido un rebaño de ovejas que contribuye de manera natural y sostenible a limpiar el sotobosque.
Concienciar a los clientes
«Reducir los residuos en el sector hotelero se ha convertido en algo imprescindible si se quiere ser una empresa responsable», afirman desde la empresa que gestiona Cala Jóncols. La compañía es consciente de que es necesaria la implicación de todos los agentes para que todo este sistema siga avanzando. «Hemos motivado e involucrado a nuestros equipos en este proceso hacia el residuo cero y también queremos concienciar a nuestros clientes», añaden. Por ello, instalarán en diferentes puntos del establecimiento carteles donde se explicará todo el proceso de gestión de los residuos que se sigue. Además, han creado una figura que se encargará de velar por el buen funcionamiento de este sistema.
Sobre el Grupo
El grupo Cala Jóncols de Roses es una empresa familiar. El hotel, que dispone de 30 habitaciones, abrió sus puertas en 1955, junto a un antiguo refugio de pescadores que aún se conserva en la zona; está gestionado por la familia Gómez-Fernández. La compañía, que ha destacado por sus iniciativas innovadoras en el mundo del vino y del cava envejecido bajo el mar, cuenta desde el 2015 con un viñedo (el más pequeño de Cataluña con una superficie de menos de una hectárea) que nació para recuperar el almez rojo, una variedad autóctona del Empordà y de la Cataluña del Norte. El proyecto lo completan dos centros de buceo situados: uno en Cala Jóncols, y el otro en el puerto pesquero de Roses.
Fuente Comunicae
Source: Comunicae