Interporc destaca el papel «clave» del sector porcino en la recuperación económica de España tras la pandemia

Las empresas del sector porcino creen que su papel será clave dentro de la recuperación económica de España, a la vista del buen funcionamiento de la industria a pesar de la crisis sanitaria, según ha declarado director de la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc), Alberto Herranz.

En el transcurso del webinario Retos actuales de la producción porcina mundial, organizado por la Universidad de Lleida, Herranz ha señalado que la fortaleza del sector porcino español radica en su «potente» estructura productiva, con más de 86.000 granjas, 2.630 industrias, 550 empresas y cooperativas.

También ha destacado que el sector cuenta con una alta capacidad de generación y mantenimiento de empleo estable, con más de 427.200 trabajadores, representando el 12,5% de todo el empleo directo agroalimentario de España y ha subrayado su «importante contribución» a las arcas públicas con más de 2.100 millones de euros anuales.

Asimismo, ha añadido, «se trata de un sector clave en la lucha contra la despoblación, un 43% de las granjas y un 45% de las industrias de porcino están ubicadas en el medio rural, donde cuenta con una alta experiencia y especialización en la generación de actividad y empleo y donde está altamente capacitado para generar nueva actividad económica y empresarial y nuevo empleo».

Por otra parte, ha indicado que el porcino es un sector en el que las mujeres tienen una «cabida imprescindible», dado que representan el 42% del empleo, «lo que contribuye a reducir la brecha de género».

Para el director de Interporc, el porcino de capa blanca es un «sector esencial», que aunque trabaja cada día bajo un modelo de producción único en el mundo, también se esfuerza para seguir avanzando en las materias en las que es un referente como la seguridad alimentaria, el bienestar animal y la sostenibilidad.

En el plano medio ambiental, ha expuesto que el compromiso del sector porcino «es firme y lo demuestra el hecho de que año tras año se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la actividad porcina.