Pon un anuncio en tu copa
Publivaso lanza una franquicia para insertar publicidad en los vasos de los establecimientos de hostelería
Los vasos de cualquier bar pueden ser un buen soporte publicitario. Una empresa cántabra, Forefront, se ha propuesto convertirlos en algo más que un recipiente y sus vasos con mensaje se distribuyen de manera gratuita en los bares y restaurantes elegidos para cada campaña. La idea ha tenido buena acogida en las pruebas realizadas, y la compañía la ofrece ahora como franquicia.
Con los anuncios publicitarios asumidos desde hace mucho tiempo como un elemento más de nuestro entorno, parecía que el único debate abierto se limitaba a cómo gestionar su presencia en la red. Sin embargo, no se ha agotado la búsqueda de nuevos soportes físicos para los mensajes comerciales.
Siguiendo el modelo ideado por Publipan, que patentó una bolsa de papel que, regalada a las panaderías, servía de vehículo para la publicidad, tres emprendedores cántabros decidieron emplear para el mismo fin los vasos en que se sirven las bebidas en bares y restaurantes.
La idea, que mereció el premio UCem otorgado por la CEOE-CEPYME de Cantabria, se ha concretado en la creación de una empresa, Forefront Publicidad, que ya ha puesto en marcha campañas experimentales para comprobar la aceptación de una propuesta que encierra un gran potencial.
Vasos gratis y un diseño atractivo
El proyecto, que lleva el nombre de Publivaso, empezó a gestarse hace dos años, y buena parte del tiempo transcurrido hasta su puesta en marcha el pasado verano se empleó en diseñar y fabricar un vaso que soportase sin desgaste los espacios publicitarios. Asegurar la permanencia era imprescindible antes de plantear una propuesta que resultase atractiva para los establecimientos hosteleros.
El modelo es sencillo: se ofrece a las empresas anunciarse en los vasos de bares o restaurantes cuya clientela responda al perfil que pueda interesarles. Los bares –ocho en cada campaña– reciben de forma gratuita los vasos (unos 30 por cada establecimiento) impresos con los espacios publicitarios contratados. La campaña publicitaria dura dos meses, al cabo de los cuales los vasos se retiran y se sustituyen por otros nuevos. Si el vaso se usa al menos diez veces al día en cada uno de los bares, Publivaso garantiza a los anunciantes un mínimo de cinco mil impactos por campaña.
Salvo algún caso aislado, los establecimientos se han mostrado receptivos a la propuesta, ayudada seguramente por el cuidado que se ha puesto en el diseño de las inserciones publicitarias. También ha sido positiva la respuesta de los clientes de los establecimientos en los que se han realizado las campañas de prueba, unos quince hasta ahora. No solo no ha habido rechazo sino que la originalidad del vaso se convierte en muchos casos en motivo de conversación. Una de las claves de esta propuesta es precisamente el contexto en que se realiza el anuncio: “Estás recibiendo el impacto publicitario en un momento en que te encuentras relajado y eres más receptivo” –señala uno de los socios, Germán López–. “Y el vaso lo vas a tener en la mano durante 20 minutos; no es como una valla publicitaria, que la ves de pasada, o un anuncio en prensa, que pasas la página”, subraya.
Aprovechando las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, el vaso también se convierte en un vehículo interactivo, ya que los usuarios pueden escanear el código QR impreso en el cristal y participar en promociones y regalos.
Una página web, en la que cada uno de los establecimientos que participa en la campaña puede anunciarse, completa el modelo publicitario ideado por Publivaso.
El reto de la fabricación
Uno de los problemas que estos emprendedores tuvieron que resolver fue encontrar un fabricante de vasos que aceptase pedidos pequeños. Además, había que buscar un modo de impresión que soportarse los sucesivos lavados sin desgaste. Tras probar y descartar los vinilos, Publivaso se decantó por la impresión a cinco colores vitrificada. El vaso se cuece a 800 grados de forma que la tinta penetra en el cristal y se vitrifica, convirtiéndose en una impresión permanente. Como se regalan a los anunciantes después de finalizar la campaña, su duración es prácticamente indefinida.
Los vasos se fabrican en dos medidas, una pequeña, tamaño zurito, y otra más polivalente, que sirve para combinados, refrescos o cerveza. También son dos los tamaños de los módulos publicitarios, con precios que van desde los 360 euros a los 599 del formato más grande.
Un modelo de franquicia
El objetivo de los promotores de Publivaso no es gestionar este nuevo soporte publicitario en el ámbito local. Antes de su lanzamiento consiguieron patentar la idea como un modelo de utilidad, y lo que ahora persiguen es extenderlo por toda España vía franquicia. “Lo bueno para el franquiciado –explica Germán López– es que no necesita tener local ni stock; solo tiene que buscar a los anunciantes y mandarnos la orden de pedido para que nosotros le fabriquemos los vasos”.
Son las ventajas de un proyecto que ha logrado descubrir un vehículo publicitario nuevo en un sector en el que parecía todo inventado. Y que proviene de profesionales que, salvo en uno de los casos, no proceden del mundo de la publicidad, sino de la ingeniería ambiental. Un buen ejemplo de cómo innovar y reinventarse en tiempos de crisis.
Jesús Polvorinos