Consejos de Rentokil para retornar a la actividad y puesta a punto de los establecimientos turísticos
/COMUNICAE/
Mantener las chinches a raya, otra medida salvaguarda del turismo y la salud
Las chinches de cama son la tercera plaga más común en España, por detrás de las cucarachas y las termitas.
Tras la ausencia de actividad, Rentokil Inital recomienda a los establecimientos hoteleros que, de cara a su reapertura y para evitar que la temporada estival se convierta en una pesadilla, realicen inspecciones en sus instalaciones para evitar los problemas derivados de esta plaga.
Estos insectos son difíciles de detectar a simple vista, pero devastadores una vez se propagan, pues pueden llegar a poner hasta 500 huevos en pocos meses.
Dejando atrás un verano en nuestro país tan inusual como el del año pasado, caracterizado por la ausencia de turismo y el gran paquete de medidas restrictivas, nos enfrentamos a unos meses estivales que, aun dependiendo de la incidencia del virus y la tasa de vacunación, se prevén algo mejor para los hoteles y apartamentos turísticos.
Tras los cierres obligados, los hoteles, en su puesta a punto para recibir veraneantes y asegurarles una estancia confortable, segura e higiénica, deben adaptar sus instalaciones con todas las medidas preventivas necesarias. Además del Covid-19, el sector hotelero tiene que combatir otro enemigo capaz de convertir la temporada turística en una pesadilla: las chinches, una plaga difícil de detectar a simple vista y que se propaga de forma rápida. Aquellos que cerraron e interrumpieron su actividad por la pandemia, pudieron haberlo hecho con un problema latente de estos insectos, por lo que, para evitar reactivar su reproducción con el trasiego de los veraneantes, deberán realizar inspecciones en profundidad antes de la reapertura y, de esta manera, no incrementar un problema que es inherente al movimiento de clientes, equipajes y mercancías.
Hábitats preferidos
Las chinches, por su diminuto tamaño -6mm de largo-, tienen el poder de pasar desapercibidas; son capaces de instalarse en los lugares más recónditos sin que apenas uno se dé cuenta. El entorno de una habitación es la más propicia, por las condiciones de vida que se dan allí, para la proliferación de las chinches. Algunos de los lugares susceptibles de ser revisados antes de instalarse en una estancia son: las costuras de los colchones, el cabecero, las alfombras, los bastidores de las camas, el soporte de maletas, entre las maderas del suelo, los zócalos y rodapiés, las grietas de las paredes o entre las juntas del papel pintado, las mesillas, armarios, muebles e, incluso, los enchufes y aparatos eléctricos.
Cómo detectar su presencia
Rentokil Initial, multinacional especializada en control de plagas e higiene ambiental, establece una serie de indicios que facilitan su identificación:
– Picaduras sospechosas. Como identificarlas a primera vista no es tarea sencilla, una señal de alerta puede ser el descubrimiento de pequeñas picaduras que se manifiestas con hinchazón y comezón. El cuello, las manos y las extremidades son las zonas más propensas a recibir el ataque de las chinches.
– Manchas oscuras, casi negras alrededor del colchón y el somier, particularmente alrededor de las juntas y los listones.
– Olor desagradable, denso y denso.
– Pequeñas manchas oscuras de sangre en la ropa de cama.
– Pieles secas– pequeños restos de las pieles procedentes de las mudas.
– Chinches vivas en juntas de muebles y zócalos.
Tratamiento con calor, el método más eficaz
La imagen que tienen los clientes de un negocio es un aspecto crítico en el sector hotelero, por lo que Rentokil Inital recomienda hacer inspecciones periódicas preventivas y, en caso de haber detectado este problema de plagas, usar métodos innovadores, seguros y discretos para hacerles frente. En concreto, el Tratamiento Térmico Inteligente es uno de los sistemas más efectivos contra las chinches, pues no requiere de productos químicos y tan solo es necesaria una aplicación. El funcionamiento es a base de calor, alcanzando una temperatura entre los 49 y 62ºC donde los insectos mueren, dejando todos los elementos por los que han deambulado limpios y desinfectados.
Se instala rápidamente y cuenta con un aislamiento excelente, lo que asegura que el proceso sea rápido, energéticamente eficiente y además reduce el riesgo de que la plaga se expanda a otras habitaciones.
Sin duda, mantener los establecimientos libres de chinches es una apuesta por la seguridad y la salud de los clientes, y por la situación económica y la imagen de marca de los hoteles que, después de este annus horribilis, comienzan a ver la luz al final del túnel con la ansiada llegada de turistas.
Fuente Comunicae
Source: Comunicae