El Gobierno impulsa la creación de la Red Cántabra de Tecnología para la competitividad industrial
La Consejería de Industria, Turismo, Innovación, Transporte y Comercio está impulsando la creación de la Red Cántabra de Tecnología para la competitividad industrial (TCNIC, TeChnological Network for Industrial Competitiveness), con el objetivo de lograr un ecosistema industria-tecnología-ciencia «coordinado» que aproveche al máximo los fondos europeos de recuperación para la transición digital y verde de nuestra industria.
El departamento que dirige Javier López Marcano ha sacado a consulta pública el proyecto de decreto que regulará la constitución y funcionamiento de esta red para recabar la opinión de la ciudadanía y las organizaciones afectadas.
El consejero ha explicado que el objetivo de esta iniciativa es desarrollar una infraestructura tecnológica «inteligente» que trabaje en red de forma complementaria, coordinada, y que sea capaz de ofrecer una oferta tecnológica «integral, sofisticada y especializada» al tejido industrial cántabro.
«Es un paso decisivo para aunar el tejido productivo industrial con nuestro sistema ciencia y tecnología, de forma que pasemos a una economía basada en el conocimiento y que los productos y servicios de nuestras empresas compitan en mejores condiciones en un entorno globalizado e internacional», ha dicho.
En este sentido, ha recordado que la pandemia del Covid ha provocado una crisis socioeconómica «singular», por su alcance global, su gravedad y su combinación de impactos sociales y económicos, a la que se suman los retos de transición digital y verde de nuestra industria.
Para afrontar este contexto, según el consejero, es «decisivo» lograr asentar la economía de Cantabria sobre bases «más sólidas» de competitividad y con mejores perspectivas de futuro, lo que requiere reforzar la colaboración entre el sector científico, tecnológico e innovador y el industrial, y «conectar mejor» las capacidades científico-tecnológicas con el mercado.
López Marcano ha destacado que Cantabria cuenta con un tejido productivo con dimensión y capacidad de tracción, pero con algunas «debilidades» que hay que abordar para orientar los esfuerzos en la línea de las directrices derivadas del contexto globalizado y el marco estratégico industrial europeo.
En este sentido, ha subrayado la necesidad de reforzar la capacidad de inversión en I+D+i industrial en la región, mejorar la capacidad de retener y atraer personal de alto conocimiento especialmente entre la población laboral juvenil con altas capacidades técnicas y digitales, coordinar nuestro ecosistema industria-tecnología-ciencia aún demasiado fragmentado, y reducir la brecha digital de nuestro sector industrial.
Según ha dicho, para aprovechar «al máximo» los fondos de recuperación europeos destinados a que la industria se digitalice o se haga más sostenible, Cantabria debe disponer de un ecosistema tecnológico e innovador que esté «suficientemente coordinado» para lograr retornos en un contexto competitivo.
Por otro lado, la planificación industrial de Cantabria recoge de manera reiterada la conveniencia de desarrollar una infraestructura tecnológica inteligente tomando como referencia experiencias de éxito de otras regiones, que trabaje en red de forma complementaria, coordinada desde la perspectiva del mercado y de la proximidad al cliente, y que sea capaz de ofrecer una oferta tecnológica integral, sofisticada y especializada al tejido empresarial cántabro.
Se pretende, por tanto, llegar a disponer de una oferta tecnológica que integre dentro de un diseño global a agentes tecnológicos de excelencia, como medio para alcanzar el nivel de conocimientos necesarios que responda a esas demandas.