Las empresas eólicas proponen centrar el debate en cómo convertir el desarrollo eólico en desarrollo rural

Las empresas eólicas proponen centrar el debate público sobre cómo convertir el desarrollo eólico en desarrollo rural para Cantabria.

La Asociación Eólica de Cantabria (AEC) ha celebrado hoy en Soba, único municipio eólico cántabro, su asamblea anual en la que las empresas vinculadas al desarrollo de esta energía han compartido con representantes del Gobierno autónomo y distintos municipios y pedanías su voluntad de convertir el desarrollo eólico en desarrollo rural.

En este sentido, el presidente reelecto de la organización, Agustín Valcarce, ha considerado que los fondos que aportan las empresas promotoras a los ayuntamientos y juntas vecinales «pueden servir para proyectos contra el despoblamiento y la promoción de la Cantabria interior».

La asociación eólica considera que una vez que la Administración está dirimiendo qué proyectos son viables y cuáles no, «el debate ciudadano debería centrarse en cómo aprovechar de la mejor manera para el territorio» los fondos que generan los parques eólicos en concepto de impuestos municipales y alquileres de montes públicos.

Como ejemplo ha puesto el parque de El Escudo, cuya tramitación sigue adelante tras obtener la declaración de impacto ambiental positiva y que puede suponer más de medio millón de euros de ingresos para las administraciones locales cada año mientras funcione la instalación.

En un comunicado, la AEC ha destacado que las empresas eólicas «se sienten ya como agentes dinamizadores del entorno rural en tanto en cuanto están generando estos pingües ingresos públicos y desarrollan medidas paralelas de tipo social y ambiental en los municipios donde se asientan».

Sin embargo, también creen que es posible trabajar en red y colaborar con otros dinamizadores del territorio con el fin de conseguir proyectos «más integrales y estratégicos», enfocados al emprendimiento y a la calidad de vida en el medio rural.

En este sentido, la AEC sostiene que es posible coordinarse y desarrollar proyectos en línea con las estrategias regionales, nacionales y europeas de reto demográfico y lucha contra la despoblación.

Al respecto, las empresas eólicas se muestran favorables al diálogo abierto con los habitantes del territorio «a través de sus representantes legítimos», así como con las distintas administraciones y organizaciones con competencias en desarrollo rural o cualquier otro agente implicado en esta línea de trabajo.

Para la asociación, «es tiempo de un debate sereno y constructivo por el bien común, sin falacias sobre las empresas, sin retóricas populistas y sin discursos incendiarios antisistema».

Poner en tela de juicio la profesionalidad de los técnicos que han de velar por cumplir la ley es «inaceptable», ha remarcado Valcarce, que ha subrayado que «las empresas eólicas están del lado de la ley y si sus proyectos no están suficientemente equilibrados o preparados no verán jamás la luz».

SOBA, EL EJEMPLO

En Cantabria solo hay uno de los 1.200 parques eólicos que existen en España. «Mientras la región sigue siendo deficitaria en energía y no está contribuyendo suficientemente a los objetivos globales de descarbonización de la agenda 2030, el parque de Cañoneras es un ejemplo en todo el país de buena convivencia entre un parque eólico y sus vecinos», ha destacado la asociación.

Según la AEC, en contraposición «al relato catastrofista de los activistas antieólicos», la «realidad demuestra en Soba que la cabaña ganadera no ha dejado de crecer», se han abierto más pistas «e incluso las máquinas quitanieves del parque se ponen a disposición de los ganaderos para que puedan acceder más fácilmente a sus fincas».

Las empresas se han remitido a datos municipales según los cuales en el tiempo que lleva el parque en funcionamiento se han asentado en el valle veinte nuevos negocios de hostelería y turismo. Además, actualmente Soba tiene el precio de suministro de agua a ganaderías más bajo de toda Cantabria, ha destacado la AEC.

«Ya no podemos estar discutiendo de si las vacas abortan, las personas enferman o el ruido es insoportable porque eso es radicalmente falso y pueril. Lo lúcido y constructivo sería participar y coordinarnos con otros agentes para mejorar la calidad de vida y el desarrollo de nuestros pueblos», ha insistido Valcarce, que nuevamente ha instado a centrar la discusión sobre «cómo desarrollar el territorio con el impulso del viento. Ese es el debate», en su opinión.

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