Las explotaciones de ‘Carne de Cantabria’ se duplican
En la última década
Las explotaciones con Indicación Geográfica Protegida ‘Carne de Cantabria’ han crecido un 88% en la última década, al pasar de las 251 que había en 2008 a las 474 de 2018. Este crecimiento contrasta con un pequeño retroceso del 0,8% en el último año, el primero que se registra en una década de aumento constante, y que no ha repercutido en el número de animales sacrificados.
En concreto, el año pasado pasaron por el matadero 2.885 reses con la IGP ‘Carne de Cantabria’, un 8% más que en 2017. Hace diez años los animales sacrificados con la IGP fueron apenas 890.
En Cantabria hay tres mataderos para la IGP ‘Carne de Cantabria’ (llegó a haber cinco en 2010) y tres salas de despiece.
Para que la carne de una res pueda venderse con esta acreditación, el animal debe ser de la comunidad autónoma y de las razas tudanca, monchina, asturiana, pardo-alpina o limusina. Su alimentación debe estar adaptada a las normas tradicionales de aprovechamiento de pastos, incluidos los periodos de pastoreo en el monte.
Además, los animales deben estar mamando de sus madres un mínimo de tres meses y deben consumir al menos un 50% de sus necesidades alimenticias en forma de forrajes producidos en Cantabria. La carne puede ser de ternera, añojo, novilla o buey.