De la discoteca al barco
ESTELA SÁNCHEZ, directora comercial de Los Reginas
Pasó de trabajar de noche como gerente de la discoteca El Divino a hacerlo durante el día como directora comercial de Los Reginas. Un cambio que, en realidad, no es tanto como parece ya que sigue dedicándose a lo mismo: organizar eventos para que la gente se lo pase bien. Tras su llegada a esta centenaria compañía de transporte marítimo, la actividad de Los Reginas se ha diversificado y sus barcos acogen todo tipo de celebraciones en el mar, desde bodas, convenciones y conciertos hasta fiestas privadas e, incluso, obras de teatro. Enamorada de la bahía santanderina y de los baños en la playa en pleno invierno, se define como una mujer temperamental y admite que su mayor valía es el don de gentes.
P.- ¿En qué consiste exactamente su labor en Los Reginas?
R.- Me ocupo de todo lo que tenga que ver con la organización de eventos. Cubro un amplio abanico de actividades, no solo el catering, también cualquier detalle relacionado con las bodas, convenciones o fiestas privadas que hacemos en los barcos, incluso gestiono el alojamiento.
P.- ¿Este impulso a la organización de eventos en los barcos se produjo a partir de su incorporación?
R.- Lo que yo he aportado es la diversificación de actividades en los barcos y la mejora de las que ya había. La compañía realiza una línea regular de transporte marítimo Santander-Pedreña-Somo. También atiende a grupos de colegios, sobre todo franceses. A partir de Semana Santa empezamos con las excursiones guiadas, que son nuestro buque insignia. Las más significativas son la visita a toda la bahía, una ruta por el Río Cubas, con observación de aves como el águila pescadora, y una visión del fondo marino en la Isla de Mouro. En verano, compartimos con Ricardo Tricio el servicio de la playa al Puntal y estamos realizando muchos eventos en los barcos. Entre otros, congresos, convenciones o bodas y eventos privados personalizados.
P- ¿Cómo valora su experiencia en este tiempo?
R.- Ha sido muy positiva y hemos organizado eventos para firmas muy importantes. Es un trabajo lúdico, muy entretenido y me mantiene en contacto permanente con la gente, algo que me encanta. A las personas tienes que inspirarles confianza porque, si no es así, no se deciden a organizar algo importante contigo. Además, tengo a mi lado a un gran equipo humano que me acompaña. Hasta Semana Santa somos 25 personas y, a partir de esa fecha, el doble.
P.- ¿Qué le atrae de su trabajo?
R.- Lo que más me gusta es el trato con los demás, la comunicación. Yo soy de las que pienso que cada uno nace con un don. No todo el mundo puede hacer de todo. Y mi valía, mi mayor plus como persona, es tener don de gentes y ser una gran comunicadora. Me atrae también la satisfacción que siento cuando un evento sale bien. Soy una persona temperamental y vivo con intensidad todo lo que hago.
P.- ¿Y qué resulta lo más difícil?
R.- Difícil no es nada (ríe). Si acaso, hablar con el hombre del tiempo para que haga sol, porque las cosas lucen mucho más.
P.- ¿Cuál es la celebración que más recuerda?
R.- El Centenario de Los Reginas, hace dos años. Fue una conmemoración de toda la historia de la empresa desde que eran ‘Los Diez Hermanos’ hasta ahora. Siempre me acordaré porque fue muy especial. De todas maneras, todos los eventos son igual de importantes para nosotros y hemos tenido, por ejemplo, bodas preciosas, con una novia llegando en yate privado al barco donde esperaban los invitados, o con toda una coral cántabra a bordo.
P.- ¿Y el evento más original que han organizado en sus barcos?
R.- La verdad es que hemos hecho de todo: comidas, cenas, conciertos… pero quizá lo más original fue una obra de teatro con Rosa Casuso y Javier Uriarte, ya que era la primera vez en España que se representaba teatro en el mar. El argumento de la obra, sobre un marinero que nunca había salido del barco, también jugaba a nuestro favor, y tuvo una gran acogida.
P.- Supongo que estará siempre pensando en cosas nuevas para sorprender a los clientes. ¿Van a ofrecer alguna novedad este año?
R.- Lo más reciente es la creación de una empresa, Clumar, con embarcaciones más pequeñas y actividades náuticas. Desde esta sociedad, lo que hacemos es chartear veleros, lanchas neumáticas o yates privados para atender a grupos más reducidos. Es como un complemento al resto de actividades, y nos ayuda a ofrecer un plan personalizado, en función del número de personas que sean y del presupuesto que manejen. Por ejemplo, un grupo que viene a Santander dos o tres días y nos pide que le organicemos todo, desde el alojamiento a las visitas turísticas y, por supuesto, el alquiler del barco.
P.- ¿Cuál sería su sueño desde Los Reginas?
R.- Lo que me gustaría es que Santander siguiera creciendo como ciudad de destino en el sector MICE [congresos y eventos] y recibiera más grupos y cada vez más numerosos. Eso nos permitiría captar grandes cuentas de clientes y organizar más eventos en la bahía, que es un lugar increíble. Pocos destinos como Cantabria ofrecen mar y montaña al mismo tiempo, ocho estrellas Michelín en gastronomía, una ciudad smart y un amplio abanico cultural bien posicionado y en crecimiento.
P.- ¿Tenía experiencia previa en la organización de eventos?
R.- Yo vengo del mundo del ocio nocturno, de gestionar discotecas y otros locales de ocio. Estuve en la discoteca El Divino desde que abrió y también tuve otro local en la Plaza de Cañadío, el Maná. Por tanto, tenía más de quince años de experiencia en la organización de eventos, y cientos de contactos con proveedores. En el fondo, no es tanto cambio. Lo que he hecho ha sido trasladar el modelo de trabajo de la noche al día y de la discoteca al barco, con el mismo objetivo de que la gente se divierta.
P.- ¿Cómo recuerda sus años como gerente de la discoteca El Divino?
R.- Fueron años muy buenos para mí y para el mundo de la noche en Santander. Estuve allí desde los 23 años hasta que cumplí 38. En aquellos años la gente salía más entre semana, se arreglaba mucho y se respiraba glamur. No tiene nada que ver con lo que ocurre ahora. Además, nosotros cuidábamos mucho la imagen y organizábamos grandes fiestas, presentaciones de empresas y certámenes de belleza. Por entonces, el Racing de Santander estaba en Primera División y eso también daba color a la ciudad. He acabado un poco cansada de la noche porque ya no me aporta nada, pero fue una época gloriosa que recuerdo con muchísimo cariño.
P.- ¿Alguna vez quiso dedicarse a otra cosa?
R.- Estudié para ser azafata de vuelo, aunque nunca llegué a volar. Nací en Torrelavega y a los 17 años comencé a trabajar de camarera en El Aire (Santillana del Mar). Me quedé en el mundo de la noche porque los negocios nocturnos me gustaban y porque, económicamente, compensan más.
P.- Díganos para terminar alguna de sus aficiones…
R.- Me encanta hacer deporte al aire libre y adoro pasear por la playa. Suelo ir a bañarme en pleno invierno y me encanta el placer de estar sola en la playa.
Patricia San Vicente