Hermanas Ruigómez (Hostería de Arnuero y VIBE): ‘Buscamos el placer de lo natural’
En una sociedad que vive tan deprisa, las hermanas Ruigómez siguen apostando por el valor de la naturaleza y de las pequeñas cosas. Con esta filosofía acaban de poner en marcha VIBE, tres cabañas turísticas de lujo en Arnuero, el mismo pueblo donde regentan La Hostería desde hace 26 años. Sin anuncios y pese a un verano de climatología inestable, nada más abrir han colgado el cartel de completo porque son muchos los que buscan desconectar en un entorno natural sin renunciar a las comodidades.
P.- ¿Qué os ha animado a montar estos alojamientos de lujo?
R.- Queríamos poner en marcha unas viviendas que se entendieran bien con el entorno y se amoldaran a él para que los huéspedes pudieran conocer el verdadero encanto de la zona. Se trata de una finca de diez hectáreas que nos parecía el lugar perfecto para disfrutar de la tranquilidad y poder desconectar en plena naturaleza. VIBE para nosotras es vivir el lujo, pero de una forma humana, responsable y ética.
P.- ¿Por qué en Arnuero?
R.- Porque es una zona llena de posibilidades, con algunas de las mejores playas de la costa oriental de Cantabria, acantilados, marismas, montañas… Es un auténtico museo a cielo abierto con bosques frondosos y preciosos atardeceres. Además, las conexiones son buenas porque estamos a solo diez minutos en coche de Ribamontán al Mar, un paraíso surfero; a 30 minutos de Santander y a tan solo 45 del aeropuerto de Bilbao.
P.- ¿En qué se diferencia vuestra propuesta de otros alojamientos turísticos de la zona?
R.- El principal valor añadido es su compromiso con la naturaleza. Buscamos el placer de lo natural y apostamos por la sostenibilidad y la inclusión. Algunas de las medidas que hemos tomado en ese sentido son aprovechar la energía solar para reducir la huella de carbono o poner cargadores para los coches eléctricos.
P.- La decoración de las cabañas también es muy especial. ¿En qué se inspiraron?
R.- El interior de los alojamientos evoca los tres principios de aire, agua y tierra. Aunque cada una es distinta, en todas ellas tienen presencia estos tres elementos y los ventanales van desde el suelo hasta el techo para que la naturaleza ocupe todo el espacio. Las cabañas disponen de cocina, baño privado, camas king-size, bañeras junto a los ventanales y un patio privado que, en dos de ellas, cuenta con una minipiscina.
P.- ¿Disponéis de servicio de restauración?
R.- Sí, existe la posibilidad de reservar un catering para las comidas y desayuno elaborado con productos locales y de proximidad. Y, si lo prefieren, los clientes pueden llenar su despensa eligiendo entre un listado de productos selectos de Km 0. Los compran en el momento de hacer la reserva y a su llegada se encuentran con un surtido de productos de la zona de gran calidad.
P.- ¿Qué otros servicios ofrecéis?
R.- Nos amoldamos a los gustos y necesidades de los huéspedes, por ejemplo, podemos añadirles un escritorio para hacer teletrabajo o acoger a sus mascotas. Queremos que sea un servicio personalizado para que se olviden de sus preocupaciones. Además, les asesoramos sobre las actividades y lugares de interés que pueden encontrar en la zona, ya sea cultura, gastronomía, enoturismo o cualquier tipo de actividad deportiva, como buceo, pádel surf, rutas a pie, avistamiento de aves, etc.
P.- ¿Este proyecto supone una continuidad de La Hostería de Arnuero, que fundasteis en 1997?
R.- Tanto La Hostería como VIBE son un reflejo de nuestra forma de entender la vida y de todo aquello en lo que creemos. Siempre nos ha movido la pasión por el detalle y el gusto por la belleza. El hecho de ser un equipo formado solo por mujeres también imprime carácter a nuestras propuestas. La clave es mezclar calidez y calidad, ser muy profesionales y, al mismo tiempo, ofrecer un trato muy cercano en un lugar donde vienes a disfrutar. De hecho, nuestro lema en La Hostería es “un lugar que invita a quererse”.
P.- ¿Es que nos queremos poco?
R.- Nos cuesta encontrar tiempo para nosotros, por eso, lo que planteamos en ambos establecimientos es despertar sensaciones y crear experiencias para que sean lugares a los que siempre estés deseando volver; descubrimientos que te arrepientas de no haber conocido antes. En el fondo, es encontrar lo extraordinario en cosas tan sencillas como contemplar un cielo estrellado, desayunar con calma en el porche, adentrarte por los rincones de la finca, sumergirte en una lectura o cerrar el día alrededor de una hoguera.
P.- Y vosotras, ¿habéis conseguido disfrutar en un sector tan duro como la hostelería?
R.- Efectivamente, vivir la hostelería como se concebía antes es muy duro, así que nosotras, pasados los primeros años, decidimos apostar por un formato distinto. Si no te cuidas a ti mismo, no puedes cuidar de los demás; si no disfrutas, no puedes ofrecer disfrute. En definitiva, no entendemos la hostelería como el resultado de una moda o de una acción de marketing sino como una filosofía de vida a la que somos fieles y nuestros clientes lo aprecian.
P.- ¿Qué es lo que más os gusta de vuestro trabajo?
R.- La verdad es que todo lo que hacemos nos aporta a nivel profesional, pero sobre todo a nivel humano. Es un trabajo en el que das mucho, pero también lo recibes ya que nos permite vivir grandes experiencias y conocer a personas maravillosas.
P.- ¿Cómo os influye el hecho de ser una empresa familiar?
R.- Somos un gran equipo, una gran familia. Por supuesto que existen momentos difíciles en los que se mezcla trabajo y familia, pero después de 26 años podemos decir que hemos sabido lidiar ese asunto muy bien porque nos conocemos profundamente y sabemos que cada uno, siendo diferente a los demás, siempre aporta lo mejor que tiene. Juntos no solo sumamos, sino que multiplicamos. Y eso hace que todo funcione de maravilla.
P.- ¿Han cambiado mucho las cosas desde que empezasteis?
R.- El mundo cambia muy rápido y nosotros nos hemos preocupado por reciclarnos e innovar. Hay que escucharse a uno mismo en las distintas etapas de la vida, así que nuestra empresa también ha ido evolucionando con el tiempo, creemos que siempre a mejor. El contexto juega a nuestro favor porque las personas aprecian, cada vez más, el clima que hay en Cantabria, la riqueza de su entorno y los servicios que ofrecemos.
P- ¿Qué esperáis de este nuevo proyecto?
R.- Lo más importante es que se entiendan nuestros valores, ese lujo de las cosas más sencillas, la sostenibilidad y la desconexión. Que podamos aportar a nuestros huéspedes una experiencia maravillosa que se grabe en la memoria y que nosotras sigamos disfrutando del placer que nos produce que la gente viva todas estas sensaciones.
Patricia San Vicente