Rafael Sagardi (Country Manager del grupo COMSA en Brasil): ‘Es muy fácil presumir de Cantabria en cualquier esquina del mundo’

El ingeniero de caminos santanderino Rafael Sagardi Lavín dirige las operaciones de la constructora COMSA en Brasil desde hace más de tres años. Firme defensor de la reputación de los profesionales cántabros en empresas de todo el mundo, cree que el talento regional en el exterior, en combinación con el teletrabajo, puede jugar un papel importante en el desarrollo futuro de Cantabria.

Rafael Sagardi me recibe virtualmente en su casa de São Paulo, donde reside desde junio de 2019. Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad de Cantabria en 2005 y con un Máster en Dirección y Gestión Integral de Empresas Inmobiliarias y de la Construcción, este santanderino ejerce como country manager de la constructora española COMSA en Brasil, a donde llegó como director de operaciones.

Su preocupación por el futuro de la región le ha llevado a entrar en contacto con varios colectivos de cántabros en el extranjero. Cree que la internacionalización de las empresas regionales puede ser apoyada por la acción de los profesionales cántabros que residen o han residido en otros países.

La vida fuera de Cantabria no es una novedad para el ingeniero santanderino. “Ya en la universidad, realicé uno de los cursos de la carrera en la Universidad de Miami gracias a un programa de intercambio. Después, hasta el salto a Brasil, he llevado a cabo toda mi actividad profesional fuera”, explica.

Acciona le reclutó en el último año de estudios universitarios para un programa especial que seleccionaba 50 ingenieros de Caminos de entre todas las universidades españolas. Esto le permitió integrarse en la plantilla y tomar parte en la rehabilitación del antiguo Seminario Metropolitano de Zaragoza y su posterior conversión en centro administrativo municipal, una de las obras más relevantes que la empresa tenía en ejecución en aquel momento.

En 2007, buscando nuevos retos profesionales, aceptó la propuesta del Grupo COMSA, que estaba ejecutando para la Expo del Agua de Zaragoza. “Me inicié como jefe de producción y desde entonces he ido asumiendo más responsabilidades hasta llegar a mi actual cargo”.

COMSA es una empresa de infraestructuras, ingeniería industrial y servicios con presencia en veinte países y más de 5.200 empleados, y Rafael Sagardi es responsable de los negocios de la empresa en Brasil. Sus obligaciones abarcan desde el desarrollo de nuevas actividades a la estrategia con clientes, negociaciones de contratos o alianzas con socios estratégicos. También gestiona el Área de Licitaciones, es responsable del cumplimiento de contratos en los sectores público y privado, director ejecutivo en varias joint ventures en las que participa su compañía, y lidera los equipos técnicos de construcción.

Entre los contratos que COMSA tiene en Brasil, destacan la segunda fase de la Línea 4 del Metro de São Paulo; la construcción del puente atirantado sobre el río Araguaia que unirá los estados de Matto Grosso y Goiás; la duplicación de 78 km de la carretera BR-101 en el estado de Alagoas, y la puesta en marcha del sistema integrado de transporte en las ciudades de Belém y Brasilia.

Pregunta.- ¿Qué le llevó a trabajar fuera de España? 

Rafael Sagardi.- Creo que, en el fondo, era un deseo que tenía desde muy joven. Siempre he sido una persona inquieta y nunca me ha dado pereza salir de mi zona de confort. El año que cursé en la Universidad de Miami durante la carrera y unas prácticas que realicé en Brasil me ayudaron a dar el salto con seguridad.

Siempre tuve claro que, si quería crecer profesionalmente, no podía anclarme a un territorio concreto. Los proyectos van surgiendo y hay que estar dispuesto a asumir esos retos como oportunidades para el crecimiento, aunque a veces suponga renunciar a otros aspectos de tu vida personal. En ese sentido, mi mujer y mi hija siempre me han apoyado mucho; por mi parte, intento esforzarme para que el tiempo que paso con ellas sea de calidad. En el fondo, se trata de encontrar el equilibrio adecuado para cada uno.

P.- ¿Mantiene el contacto con Cantabria?

R.S.- Pienso que algo compartido por la mayoría de los expatriados es que cuanto más lejos nos encontramos de nuestros orígenes, más orgullosos nos sentimos de los mismos, llegando a relativizar e incluso obviar los motivos por los que tuvimos que irnos.

Aunque parezca contradictorio, quizá porque tuve que salir de Cantabria muy pronto, siempre he sentido un vínculo muy especial con la región. Para mí, es una tierra maravillosa de la que es muy fácil presumir en cualquier esquina del mundo.

P.- ¿Cuáles son los pros y los contras de la vida en São Paulo?

R.S.- Como ingeniero de Caminos, Brasil es un país muy interesante donde, a diferencia de lo que sucede en Europa, todavía hay grandes infraestructuras por construir. Poder participar desde mi posición en la ejecución de algunas de ellas, como la segunda fase de la Línea 4 del Metro de São Paulo, es muy motivador y altamente enriquecedor tanto en el plano profesional como en el personal.

Debo admitir que, en un comienzo, me sorprendieron gratamente los altos niveles de formación y profesionalidad que me encontré en la construcción en Brasil. Como contrapartida, opino que existe un exceso de burocracia y que se abusa de los procesos judiciales tanto en el ámbito laboral como en el civil.

En cualquier caso, creo que, tanto en São Paulo como en cualquier otro lugar de destino, desarrollar tu vida profesional en el exterior te obliga a estar más activo y a ser más flexible, puesto que te encuentras en un entorno diferente al tuyo y que no dominas. En cierto sentido, vivir en el extranjero te obliga a realizar una serie de esfuerzos extra, un proceso del que sales más capaz y fortalecido.

“Vivir en el extranjero te obliga a realizar una serie de esfuerzos extra, un proceso del que sales más capaz y fortalecido”

Por otro lado, mencionaría que, aunque tienes la oportunidad de conocer a mucha gente diferente, lo cual es muy enriquecedor, estar lejos de tu familia y de tus amigos de siempre no resulta fácil. Es algo que noté especialmente en estos dos últimos años, ya que la pandemia hacía imposible viajar para estar cerca de los que más quieres en momentos importantes de la vida.

P.- ¿Qué opinión tiene de iniciativas como la Red C2030 de CEOE-CEPYME y Cantabria Overseas? ¿Siente que le ayudan a estar más cerca de la región?

R.S.- Me parecen iniciativas muy interesantes y que pueden tener un gran alcance. El talento que está en el exterior es mucho y debe tener voz propia dentro de Cantabria. A nivel personal, ver como otros cántabros que nos encontramos fuera de la Tierruca intentamos aportar valor allí donde nos encontramos es muy gratificante y da ánimos para continuar.

P.- ¿Ese talento tiene cosas que aportar a Cantabria a día de hoy?

R.S.- ¡Por supuesto! En mi caso, tengo el privilegio de haber estudiado Caminos en la Universidad de Cantabria, de donde han salido muchos ingenieros que hoy se encuentran repartidos por España y por el mundo, lo que es señal de que somos muy valorados en nuestra profesión. Hay muchos grandes profesionales cántabros que viven fuera de nuestras fronteras y que son verdaderos expertos en sus sectores.

Creo que tenemos mucho que aportar en ámbitos muy distintos. Hoy vivimos en un mundo global y los cántabros, al vivir en una región pequeña, estamos acostumbrados a pensar en el extranjero como un lugar en el que encontrar oportunidades. Desde mi punto de vista, es una gran ventaja que la sociedad cántabra debería aprovechar.

“Los cántabros siempre hemos tenido que estar preparados para salir en busca de retos”

P.- ¿Qué es lo más positivo que le ha traído vivir y desarrollarse profesionalmente en el exterior?

R.S.- Vivir fuera y trabajar con personas de muchos lugares diferentes, con un trasfondo cultural distinto al tuyo, te ayuda a abrir la mente y a desarrollar la empatía, la tolerancia y el respeto, unas cualidades fundamentales tanto en la vida profesional como en la personal; hay que verlo como un aprendizaje continuo.

Por otra parte, hoy en día, empresas de todos los tamaños tienen la necesidad de internacionalizarse, y los profesionales que tenemos experiencia en otros continentes y ya hemos demostrado nuestra capacidad de adaptación somos a menudo mejor valorados en el ámbito profesional.

P.- Si tuviera que ofrecerle un consejo a alguien que está dándole vueltas a la posibilidad de salir de Cantabria y de España, ¿cuál sería?

R.S.- Le diría que no lo dude. Como explicaba antes, vivir fuera es una experiencia extremadamente enriquecedora a todos los niveles. No conozco a nadie que se arrepienta; si acaso, conozco casos de lo contrario. Siempre hay tiempo de volver si de verdad se quiere.

“Cantabria debería aprovechar el teletrabajo para fijar población y generar más empleo de calidad”

P.- ¿Tiene pensado asentarse de nuevo en Cantabria en algún momento?

R.S.- En mi caso, es difícil que surjan oportunidades laborales para un perfil como el mío en Cantabria. Esto hace que no me plantee volver a corto plazo. Además, mi trabajo requiere cierta presencialidad, ya que muchas veces tengo que reunirme con el cliente, ya sea público o privado, y supervisar los proyectos de los que soy responsable.

¡Quién sabe si a medio o largo plazo el teletrabajo me permitirá pasar a un modelo mixto! Imagino que incluiría desplazamientos más o menos frecuentes a los proyectos, pero pasando temporadas más largas en la Tierruca mientras hago el mismo trabajo que ahora llevo a cabo sobre el terreno.

P.- Ya para terminar, ¿cómo ve el panorama social, laboral y económico cántabro desde fuera?

R.S.- Cantabria es un lugar maravilloso para vivir, con una calidad de vida envidiable y conectado por infraestructuras terrestres, aéreas y marítimas con las principales ciudades de España y, a partir de ahí, con el mundo.

Con la llegada del teletrabajo, Cantabria debería aprovechar estas cualidades y darlas a conocer a un número mayor de personas para fijar población y, poco a poco, generar más empleo de calidad. Creo que estamos en un muy buen momento para potenciar el desarrollo social y económico de la región.

José María Sainz-Maza del Olmo