Appark.me saca al mercado las plazas de aparcamiento vacías de los hoteles
La empresa cántabra ya ha llegado a acuerdos con varias cadenas nacionales
La empresa cántabra Appark.me ha creado una aplicación móvil que permitirá aprovechar las plazas de aparcamiento de hoteles, comunidades de vecinos o de cualquier particular cuando sus propietarios no las utilicen. Tan importante como la idea o la tecnología para llevarlo a cabo era conseguir el volumen suficiente de plazas como para seducir a los potenciales clientes y Appark.me ya ha llegado a acuerdos con grandes cadenas hoteleras implantadas en toda España.
La ciudad y los coches llevan camino de ser incompatibles, al menos en sus calles más céntricas, pero mientras se hace realidad un modelo de movilidad sostenible en el que los vehículos privados vean restringido su acceso, como ocurre ya en algunas grandes capitales europeas, aparcar sigue siendo una necesidad básica para los automovilistas. Y el deseo de todos es hacerlo lo más cerca posible del lugar al que nos dirigimos. También, con el menor coste posible.
Una empresa cántabra ha ideado la manera de multiplicar la oferta de plazas de aparcamiento sin ocupar más espacio urbano. Simplemente, gestionando las que ahora tienen un uso parcial. Mediante una aplicación móvil, Appark.me pondrá en contacto a los automovilistas con plazas de aparcamiento dispersas por toda la ciudad que no están siendo usadas en ese momento por sus propietarios.
Su aplicación convierte en plazas de rotación las privadas que sus propietarios no usan en ese momento
Aunque el proyecto ya cuenta con algún precedente en el País Vasco, el modelo de negocio estaba aún por desarrollar en un ámbito nacional y es aquí donde la iniciativa de los cántabros Alfonso Tomé y José María Martín-Abad está demostrando una gran agilidad para poner este producto en el mercado con una dimensión suficiente como para triunfar. Ya han formalizado acuerdos con grandes cadenas hoteleras para gestionar las plazas de aparcamiento que no tienen ocupadas en cada momento y su propuesta empezará a aplicarse en establecimientos de varias ciudades españolas.
Un carrera contra el tiempo
Como ocurre con los modelos de negocio basados en las posibilidades que ofrecen las aplicaciones móviles, la clave no está tanto en la autoría de la idea como en la capacidad para desplegarla comercialmente. Appark.me tuvo claro muy pronto que debía concentrarse en quienes poseen un gran número de plazas de aparcamiento, como son las cadenas hoteleras. Además de ofrecerles la posibilidad de sacar una rentabilidad a unos recursos desaprovechados, negociar de una sola vez un gran volumen de plazas simplificaba el desarrollo comercial de su proyecto y permitía arrancar con una importante oferta en toda España.
La otra pata del negocio es el modelo aplicado: “Nuestro activo es la tecnología, el saber hacer”, señala José María Martín-Abad. “Nosotros no alquilamos a las cadenas hoteleras las plazas; nosotros las gestionamos”.
Los contactos hechos en la última edición de Fitur ratificaron el interés que suscita este enfoque, basado en la confianza que generan los socios que se han sumado a este proyecto, entre ellos un conocido banquero.
El inspirador del proyecto y coordinador es Alfonso Tomé que, en la pasada legislatura fue concejal del Ayuntamiento de Santander y colaboró en el desarrollo de Smart Santander, en el que han tenido cabida muchos proyectos tecnológicos públicos y privados destinados a mejorar la funcionalidad urbana y los servicios públicos. El desarrollo técnico de la aplicación lo ha realizado la empresa Codelse.
Un modelo en tres fases
Las cadenas hoteleras son solo el primer paso en la estrategia comercial de Appark.me, porque otro sector que cuenta con un gran número de plazas de aparcamiento desaprovechadas son los centros comerciales, especialmente los ubicados dentro de los casos urbanos. De día están aprovechados por el flujo continuo de clientes, pero cuando cierran sus puertas sus parkings se convierten en enormes hangares vacíos. Además, son espacios que cuentan con videovigilancia, lo que añade seguridad a los propietarios de coches residentes en la zona que puedan estar interesados en alquilar estas plazas para que su vehículo pernocte. De nuevo, se trata de aprovechar recursos infrautilizados y de que sus propietarios (en este caso, los centros comerciales) puedan obtener unos ingresos que ahora no perciben.
Este mismo argumento vale, incluso, para quienes pueden ver a la nueva empresa como un competidor, los operadores de parkings, porque también ellos cuentan con un gran número de plazas que permanecen vacías muchas horas al día, las de residentes.
Tomé y Martín-Abad no descartan tampoco sumar a su plataforma a los propietarios de plazas privadas, ya sea a través de comunidades de vecinos o del propio titular. Su modelo de gestión es lo bastante flexible como para adaptarse a cualquier situación, y su aplicación móvil da respuesta tanto al acceso del usuario a la plaza (a través de sensores de reconocimiento y códigos) como a los requisitos de seguridad.
“Es un sistema favorable para todos”, resume Alfonso Tomé. “El que ofrece la plaza de aparcamiento la alquila con un rendimiento que antes no tenía, y el que busca aparcamiento y lo encuentra a través de esta aplicación ahorra en el precio, en combustible y en tiempo, porque antes de salir de casa ya sabe dónde va a aparcar”.
Uno de los grandes atractivos que pueden impulsar esta fórmula es el bajo coste para el usuario. Aparcar en estas plazas improvisadas va a resultar un 20% más barato que hacerlo en los espacios de la OLA, sin las restricciones que ésta. El propietario de la plaza se quedará con el 50% del ingreso neto.
Un negocio a exportar
Appark.me estará operativa en pocas semanas, una vez que concluyan las pruebas con la aplicación. “Primero lo vamos a implantar en Santander, como ciudad piloto –señala Martín-Abad– y nos gustaría contar con todos los hoteles, aunque estamos teniendo más reticencias o inconvenientes que con las grandes cadenas nacionales y que con los hoteles de cinco estrellas”.
Según sus cálculos, el porcentaje de plazas ocupadas a diario en los hoteles de Santander es del 20%, y prevén arrancar con unas 150 plazas. Le seguirán varias capitales españolas y no descartan hacerlo en alguna europea, donde las grandes cadenas hoteleras también disponen de establecimientos. Eso puede abrir las puertas a la internacionalización de un modelo que encaja como un guante con la movilidad sostenible que persiguen todas las ciudades.
Jesús Polvorinos