De residuo forestal a componente de cosmética

El eucalipto puede tener más usos que el convertirse en celulosa o alimentar las calderas de una planta de biomasa. Dos jóvenes ingenieros químicos de Cantabria pretenden utilizar sus residuos para elaborar eucaliptol, un aceite esencial presente en muchos productos cosméticos y de farmacia. Su proyecto, BioGreen Essential, obtuvo el Premio UCem de Medio Ambiente de la Universidad de Cantabria.

Cantabria no es, por sus condiciones climáticas, un territorio adecuado para cultivar plantas aromáticas. La elevada radiación solar que precisan para su crecimiento nos impide competir con otras regiones en el suministro a la industria cosmética de los aceites esenciales que se extraen de esas plantas, pero sí tenemos eucalipto, más incluso del que las asociaciones ecologistas quisieran. Y de ese árbol se puede obtener, por destilación, un ingrediente que está presente en muchos productos cosméticos y farmacológicos, el eucaliptol, el aceite esencial de esta especie arbórea.

Con esta idea, dos jóvenes ingenieros químicos, Cristina Rueda y Pablo Agudo, han impulsado el proyecto BioGreen Essential, que tiene como meta final la obtención de este aceite a escala industrial. De momento, el proyecto ha sido galardonado por la Universidad de Cantabria en la categoría de Medio Ambiente de los Premios UCem. Pero para estos emprendedores comienza lo más difícil, encontrar financiación para hacer realidad su iniciativa.

Otro uso para los residuos de eucalipto

La idea de extraer de los residuos de eucalipto un ingrediente valorado por la industria cosmética y por la farmacéutica proporciona una solución de alto valor añadido a unos restos forestales que siempre han sido problemáticos. El elevado coste que supone sacar del monte las ramas, raberones y cortezas sobrantes de la tala de los eucaliptos convirtió en costumbre la quema in situ de esos restos, con el consiguiente riesgo de provocar un incendio forestal.

La reciente aparición de las centrales de biomasa, que generan electricidad a través de la combustión de los residuos forestales ha supuesto un gran paso a la hora de dar alguna utilidad a esos restos. La planta energética levantada a finales de 2012 en Reocín es el principal exponente local de esa tecnología, pero la eliminación de las primas a la electricidad generada con energías renovables ha sido un duro golpe para sus expectativas de negocio.

El camino que quieren explorar estos dos ingenieros químicos aporta una nueva forma de sacar rendimiento a esos residuos. Lo que no les va a faltar es materia prima, porque en Cantabria, donde el eucalipto es la especie más aprovechada por la industria de la celulosa, existen unas 40.000 hectáreas plantadas. Y se calcula que la biomasa residual de las talas de eucalipto supera las 117.000 toneladas cada año.

En el plan de negocio diseñado por BioGreen Essential se calcula producir unos 110.000 kilos de eucaliptol al año utilizando solo el sobrante de la biomasa que procesa Sniace para la obtención de celulosa. Teniendo en cuenta que en el mercado el litro de este aceite esencial supera los 20 euros y que hay una demanda en alza, el proyecto parece bien encaminado.

Una planta piloto

La intención de los promotores de BioGreen Essential es construir una planta piloto en la que estudiar la viabilidad del proyecto y la calidad del aceite de eucalipto que se puede obtener. El proceso, una hidrodestilación, no es complejo, pero creen que se puede optimizar, al realizar de manera industrial lo que lo que hasta ahora se viene obteniendo a pequeña escala y de forma artesanal.

De esta manera se daría respuesta a la creciente demanda de muchos sectores, ya que el eucaliptol está presente en la fabricación de cosméticos (donde además del aroma aporta propiedades antioxidantes) y en la de dentífricos, enjuagues bucales, jarabes para la tos, vahos y chicles.

Si el proyecto llega a buen puerto y BioGreen Essential se convierte en la industria que aspira a ser, sus promotores no descartan recurrir a biomasa de otras regiones de España, como Galicia, donde la superficie arbolada de eucalipto es cinco veces mayor que la de Cantabria.

Sería el mejor modo de dar más valor a unas plantaciones denostadas por los ecologistas, por el desgaste que estos árboles de rápido crecimiento producen en los suelos, pero que son la base de la industria maderera cántabra.

Jesús Polvorinos