Contrainer Outdoor Gym: el gimnasio al aire libre
Manuel Floranes ha desarrollado el único gimnasio ubicado en un contenedor del Norte de España
El entrenamiento funcional –aquel que se realiza en intervalos de alta intensidad– es una de las formas más efectivas para mejorar la resistencia y quemar grasas. Si a eso se le suma la ayuda de un profesional que adapte los ejercicios a cada usuario y la posibilidad de disfrutar del aire libre y de unas vistas privilegiadas, queda definido el nuevo gimnasio ideado por Manuel Floranes en Santander. Lo que nadie puede imaginar con estos datos es que se trate de un contenedor marítimo ubicado en San Martín.
Manuel Floranes acaba de cumplir 24 años y ya ha iniciado su camino como emprendedor. Tras graduarse en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la Universidad del Atlántico, realizó un máster en Gestión Deportiva y Marketing en la Universidad de Valencia, ya que la gestión de centros deportivos siempre estuvo entre sus planes. Ahora gestiona el suyo propio. Y no es un gimnasio al uso.
Inspirado en el concepto de deporte al aire libre de las playas californianas, Manuel pensó en ofrecer una forma de entrenar diferente, que permitiese disfrutar del exterior. Así, ideó Contrainer Outdoor Gym, un gimnasio… en un contenedor marítimo.
Su instalación abrió sus puertas el 22 de junio en el Promontorio de San Martín, entre el Museo Marítimo y la Playa de Los Peligros, donde continuará ofreciendo sus servicios hasta el 15 de octubre.
Un contenedor a medida
Manuel tuvo la idea de crear Contrainer en el verano de 2018. Tras casi un año de gestiones ha podido ver cómo se hacía realidad y pese a que un gimnasio al aire libre puede parecer una idea temeraria en Santander, defiende que en la vida hay que arriesgarse y sostiene que, por el momento ha tenido que suspender muy pocas clases por cuestiones meteorológicas.
El nombre de su original gimnasio, Contrainer, juega con las palabras container (contenedor) y trainer (entrenador). La infraestructura es uno de estos cajones metálicos para el transporte marítimo de 15 metros cuadrados y dos toneladas y media de peso, que le sirve para guardar los materiales y para realizar algunos ejercicios, ya que Manuel acometió ciertas adaptaciones para exprimirlo al máximo. La más notoria es la ampliación de la apertura para darle la máxima amplitud hacia el exterior, que es donde se desarrollan las clases.
Fuera hay varias barras que permiten hacer dominadas y dos ejes para colgar una cuerda y un saco de boxeo. Por dentro, unas vigas sirven como soportes para los entrenamientos de peso. “Hemos sacado toda la funcionalidad posible al contenedor”, reconoce orgulloso.
En realidad no es el único gimnasio de estas características que existe en España, aunque para encontrar otro habría que ir hasta Málaga y aquel es mucho menos evolucionado, según el emprendedor santanderino.
Su forma de uso tampoco es la de un gimnasio tradicional, sino que sigue el modelo de gym boutique o pago por uso. No hay que matricularse ni abonar una mensualidad, sino que los usuarios pagan por cada sesión que realizan o por bonos, que resulta más económico. “Este modelo también está enfocado hacia las personas que no residen en la ciudad habitualmente pero quieren entrenar. En un gimnasio tradicional es más complicado para ellos”, explica.
La forma de uso más habitual son las sesiones de entrenamiento funcional guiadas, algo muy parecido al crossfit, “pero los movimientos, técnicamente sencillos, no son de tanto impacto”. Está enfocado a tonificar y al hit, entrenamiento de alta intensidad. Como máximo participan ocho personas, lo que permite que la planificación de los ejercicios sea lo más personalizada posible.
También es posible entrenar por libre, lo que permite a los usuarios utilizar la instalación y el material disponible y ejecutar los ejercicios que deseen.
Planes de futuro
Manuel ha hecho una gran apuesta por su idea y se muestra feliz con la respuesta que está obteniendo. Gracias a su esfuerzo, Contrainer abre todos los días de la semana y su jornada laboral es de unas doce horas diarias, a excepción de los domingos, que es el único día en que descansa por la tarde. Cuando no está dando clases, se dedica a programar y probar ejercicios o a realizar labores de marketing a pie de calle, repartiendo publicidad y dando a conocer Contrainer.
De momento, él mismo gestiona las reservas por teléfono o WhatsApp, pero próximamente estas gestiones se harán a través de la página web y de una aplicación, lo que será mucho más cómodo para él y para los usuarios. “La gente podrá ver a qué hora hay una clase ya programada y cuántas plazas libres quedan y apuntarse. Los pagos también serán telemáticos”, anuncia.
Entre las novedades más inminentes están las clases de pilates, que serán impartidas por una profesora con gran experiencia.
Manuel apunta que su iniciativa, en cualquier caso, es solo “un prototipo hasta llegar al contenedor ideal, que se pueda adaptar para todo tipo de usuarios y de lugares”. Su plan de empresa, en el que ha sido asesorado por Emprecan, va dirigido a comercializar su instalación, una tarea que iniciará tras terminar la temporada de verano.
María Quintana