Proyecto Kulto: Productos de agricultura ecológica a golpe de click

La agricultura ecológica apuesta por la utilización óptima de los recursos naturales, sin emplear productos químicos ni organismos genéticamente modificados para abono o para combatir las plagas. Su demanda crece de forma continuada. A nivel mundial, el mercado de los alimentos ecológicos ha superado los 97.000 millones de euros, de los que 40.000 se consumen en Europa y 1.900 en España. Pablo Quintero y Pablo Kaperotxipi han creado Kulto, una web que intermedia entre agricultores ecológicos y clientes, con un doble objetivo: acercar la agricultura ecológica a la ciudadanía y que los productores reciban un precio justo.

Pablo Kaperotxipi y Pablo Quintero comparten mucho más que el nombre. Ambos son los fundadores del proyecto Kulto, una web que pretende acercar la agricultura ecológica a la población y fomentar que se pague un precio justo a los agricultores por el trabajo que realizan. Su empresa nació en Cantabria, algo que probablemente ninguno de los dos hubiera imaginado hace unos años, ya que Kaperotxipi es natural de Eibar (País Vasco) y Quintero de Tenerife (Islas Canarias), aunque hijo de madre pejina.

Los Pablos se conocieron mientras estudiaban la carrera de Nutrición y Dietética en la Universidad de Navarra y, posteriormente, continuaron su formación en Madrid, donde hicieron su segunda carrera, la de Tecnología de los Alimentos.

Luego, sus caminos se separaron. Por motivos de trabajo, Kaperotxipi se mudó en 2011 a Cantabria, donde ha formado su hogar. Por su parte, Quintero, ha vivido en diferentes lugares, incluida Australia, donde trabajó hasta 2019, cuando vino a vivir a nuestra comunidad, con idea de empezar un nuevo proyecto junto a su amigo.

En agosto de 2019, durante los múltiples paseos que daban por Liencres ­–donde reside Kaperotxipi– pensando en la idea que llevarían a cabo, conocieron a Casilda, una vecina de 85 años que les obsequiaba con hortalizas de su huerta ecológica. “Así decidimos que queríamos acercar esa experiencia a todo el mundo”, rememoran.

Empezaron a considerar diversos modelos de negocio “que tuvieran cierto carácter social”, lo que, tras muchos días de trabajo, les condujo a lo que ahora es Kulto, una plataforma online en la que el cliente puede seleccionar su huerta más cercana y elegir los productos ecológicos que desea comprar.

Los emprendedores definen su proyecto como “una ayuda, para dar visibilidad a los pequeños agricultores ecológicos”, prestándoles un servicio de comercialización y distribución que les permite llegar directamente al consumidor. Las huertas que deciden trabajar con ellos pagan un porcentaje en función de lo que venden, “para evitar que estén sometidas a una carga fija mensual incluso teniendo pocas ventas, como ocurre con otros servicios”, explican.

Tras múltiples contactos con diversas huertas ecológicas, Kulto comenzó a trabajar con una. En la actualidad ya comercializan los productos de tres y próximamente empezarán a ofrecer los de otras comunidades, como Madrid, Extremadura o Castilla y León, lo que dará al proyecto una dimensión suprarregional.

Ambos emprendedores destacan que su objetivo principal es “fomentar el consumo de cercanía, sostenible y ecológico, pero, sobre todo, eliminar intermediarios y favorecer los ingresos del agricultor, que es el que muchas veces saca menos rendimiento de su producción”.

De la huerta a casa

El funcionamiento de Kulto es sencillo: el consumidor entra en la web y elige su huerta más cercana, bien mediante geolocalización o a través del listado en el que figuran las que forman parte del proyecto.

El cliente selecciona los productos que desea comprar –siempre ecológicos– y decide si los recibe en casa (por un precio de 4,95 euros) o los recoge por sí mismo en la explotación agraria, lo que no conlleva ese coste.

Todas las huertas que ofrecen sus productos en la web tienen el certificado de agricultura ecológica y la caja en la que se entregan las frutas y verduras también lo es. Diseñada por los Pablos, está fabricada con un cartón reciclado y embalada sin ningún tipo de plástico.

Cada huerta tiene una oferta determinada y unos días en los que se recolecta el producto, algo de lo que se informa en la web a los clientes para que sepan cuándo recibirán sus pedidos.

Un buen camino

Aunque Kulto inició su andadura antes de Navidad, sus creadores se encuentran satisfechos con lo que han ido consiguiendo hasta el momento y por el constante aprendizaje, que les permite mejorar el servicio.

Gracias a la publicidad que realizaron en redes sociales desde el principio, se dieron a conocer entre los cántabros y, desde entonces, el número de clientes ha ido creciendo semanalmente. Muchos de ellos ya están fidelizados. El boca a boca también les ha ayudado.

En este tiempo han podido comprobar cuál es el perfil medio de su comprador: una mujer de entre 35 y 55 años, trabajadora y concienciada con el producto ecológico y de proximidad (lo que se conoce como ‘kilómetro cero’).

Eso no quiere decir que no atraiga a otro tipo de clientes muy distintos, como una empresa cántabra que pide semanalmente cajas de frutas para que sus empleados dispongan en el trabajo de desayunos sanos y con alimentos cultivados de forma sostenible.

De cara al futuro, estos emprendedores tienen en mente algunas mejoras, como la posibilidad de que en una caja lleguen productos de varias huertas diferentes o el lanzamiento de una app, pero, por el momento, quieren centrarse en asentar su negocio y crecer en número de huertas, tanto en Cantabria, como a lo largo de la geografía española.

María Quintana