La Flor de Limón: la puesta en valor de los limones de Novales
Lidia Mena y Emilio Cuesta acaban de lanzar su primera cosecha de limones ecológicos y caviar de limón
Aunque los cítricos son frutas más propias del clima mediterráneo, los limones de Novales nada tienen que envidiar a los crecidos en Levante. Se habla de microclima, aunque también de las grandes cantidades de hierro que tiene la tierra de este pueblo, con dos siglos de explotación minera a sus espaldas. Se calcula que hay unos 11.000 limoneros en esta pequeña localidad de apenas 500 habitantes. El matrimonio formado por Lidia Mena y Emilio Cuesta ha querido aprovechar esta circunstancia para sacar a la venta ‘La Flor de Limón’, una marca para estos cítricos, que cultivan en ecológico, y sus productos derivados.
La Flor de Limón es el nombre la empresa recién creada para cultivar, de forma ecológica, el popular limón de Novales, un cítrico con 400 años de historia en este pueblo, capital del municipio de Alfoz de Lloredo.
Se trata de un proyecto empresarial de Lidia Mena y su marido Emilio Cuesta, dos vecinos de esta localidad.
El nombre de la empresa es un guiño la barca con la que el abuelo de Lidia salía a pescar, en la misma costa a la que ya arribaban los marinos de los siglos XVI y XVII procedentes de Inglaterra, Flandes y Francia para surtirse de este cítrico que les permitía combatir el escorbuto durante las travesías, ya que los limones aguantan largo tiempo a bordo sin deteriorarse.
Una gran apuesta
Aunque acaban de sacar al mercado su primera cosecha, esta aventura empresarial se inició a principios de 2018, cuando el matrimonio decidió aprovechar un terreno familiar para plantar los primeros 250 árboles.
Poco después, su confianza en el proyecto les llevó a adquirir otra finca –entre las dos suman 12.000 m2– para aumentar la plantación y construir la nave de 200 m2 que acoge el almacén, sus oficinas, la tienda y la zona de tratamiento del producto.
Actualmente, cuentan con 450 árboles de la variedad Cuatro Estaciones, capaz de dar fruto durante prácticamente todo el año.
“Se estima que un limonero puede dar entre 100 y 200 kilos de limones, por lo que, cuando todos nuestros árboles estén a pleno rendimiento podremos producir unos 60.000 kilos de limón ecológico de Novales al año”, apunta Lidia.
Además, cuentan con 50 plantas de caviar de limón, un arbusto originario de Australia que da un fruto pequeño y alargado que contiene en su interior una especie de perlas similares al caviar, pero con un sabor cítrico muy especial, que se sitúa entre la lima y el limón.
Su intención es introducir pronto otro cítrico más, el árbol de lima kaffir –comúnmente llamado lima tailandesa–, cuyas hojas se utilizan para cocina. “Será algo experimental, para ver cómo se da en Novales”, advierte Lidia.
Un limón diferente
La situación de Novales en un pequeño valle rodeado de montañas origina un microclima que permite cultivos de tipo mediterráneo. El suelo ferruginoso de la localidad –originado por los afloramientos de minerales que durante más de dos siglos explotaron la Real Compañía Asturiana y AZSA– le da personalidad propia a estos cítricos.
Los limones de Novales se diferencian mucho de los del Levante, por su mayor tamaño, un color más vivo y una corteza mucho más gruesa, especialmente la parte blanca, que en Novales se conoce como el pan del limón, que hace que se conserven mejor.
“Nuestros limones dan menos zumo que los de Levante pero aportan una mayor intensidad de olor y sabor, lo que les hace perfectos para su uso culinario”, asegura rotundamente la emprendedora, defendiendo el valor del producto de la tierra que le ha visto crecer.
Diversidad de productos
Además de vender los limones ecológicos frescos y el caviar de limón, la compañía ha salido al mercado con otros productos elaborados con este cítrico, como la mermelada de limón –”un producto que funciona muy bien en otros países de Europa”– y el liofilizado de limón, tanto en rodaja como en polvo. Se trata de un condimento que se usa en alta cocina y coctelería similar al limón deshidratado, pero que, al formarse por congelación, preserva mejor las propiedades del cítrico.
Y ya que “el limón tiene mucho que exprimir”, el matrimonio tiene idea de ampliar su oferta con el primer limoncello de Novales. “Queríamos elaborarlo más adelante, pero son muchos los que nos preguntan por este producto y esperamos sacarlo al mercado en pocos meses”, adelanta la productora.
Su andadura no ha hecho más que empezar, por lo que por el momento sus productos pueden adquirirse en la tienda situada en su propia nave y en su página web, pero ya están iniciando los contactos para introducir la Flor de Limón en varios establecimientos.
El objetivo por el momento es ir situándose en comercios regionales y conseguir visibilidad a través de las ferias locales, pero confían tanto en el producto que su intención es acceder rápidamente al mercado nacional e, incluso, al internacional.
La creación de la empresa La Flor de Limón abre un nuevo horizonte a este cultivo, singular en Cantabria, que necesita dar algunos pasos más para obtener un reconocimiento oficial. El Ayuntamiento lleva años intentando que los limones de Novales dispongan de una certificación de denominación de origen pero aún no lo ha logrado. “Nosotros intentaremos, al menos, conseguir la IGP”, confía Lidia.
María Quintana