Nosolorutas: Un hotel sobre ruedas para disfrutar de Europa

La empresa creada por el santanderino David Gutiérrez atrae a clientes de todas las generaciones y países

Disfrutar de una escapada por un país europeo requiere mucho trabajo previo de planificación sobre alojamientos, conexiones de transporte, lugares de interés, restaurantes y actividades a realizar. David Gutiérrez ha conseguido evitar todo eso con Nosolorutas, un hotel rodante a bordo de un autobús que elimina todas las preocupaciones de golpe y con un catálogo de destinos en los que el protagonista es la naturaleza. Él y su compañero de trabajo, Carlos García, mueven grupos de 14 personas por Islandia, Noruega e Islas Feroe, entre otros destinos, y conviven con ellos entre 8 y 15 días


Si a los integrantes de  la empresa Nosolorutas les preguntasen qué tal  su hotel, responderían de forma mecánica que ‘sobre ruedas’, porque tanto en sentido literal como figurado es así. El santanderino David Gutiérrez abandonó hace varios años un empleo como ingeniero técnico industrial para convertir su pasión por viajar en un negocio. Lo hizo con una apuesta arriesgada: impulsar un hotel a bordo de un autobús y organizar viajes por Islandia, Escocia, Noruega y las Islas Feroe, entre otros lugares de Europa.

Quizá a los más escépticos les cueste imaginar un hotel dentro de un autocar, pero lo cierto es que cabe. El vehículo dispone de dos plantas en las que están habilitadas 14 literas individuales distribuidas en dos alturas con ventana exterior para disfrutar de los parajes que van quedando atrás a su paso, luz individual, terminal USB para cargar el móvil y una cortina, que permite cierta intimidad. También cuenta con mesas, aseo, cocina, neveras, congelador, secador del pelo e incluso una pequeña biblioteca. Lo imprescindible para embarcarse en una peripecia por Europa con una autonomía casi total.

Antes de lanzarse a la aventura, David Gutiérrez probó la viabilidad de su idea con un camión. “Junté a varios amigos con precios muy atractivos y, al ver que funcionaba, di el paso a algo más serio”, recuerda.

El emprendedor santanderino trabajó solo durante dos años, en los que tuvo que enfrentarse a una pandemia tan inesperada como frustrante. En aquel 2020 su actividad fue casi inexistente y aunque al año siguiente no consiguió remontar la situación, decidió apostar de lleno por su idea y contrató a Carlos García como compañero de viaje. “Dar con alguien con las mismas inquietudes y forma de trabajar y conseguir que nos complementemos bien es complicadísimo”, reconoce, “pero yo tuve mucha suerte con él”.

Los miembros de Nosolorutas con algunos de sus grupos durante sus viajes.

García, un jienense licenciado en Ciencias Ambientales, había trabajado como guía de safaris en parques nacionales de Kenia y Tanzania. “Desde el principio fue sencillo. No hubo que explicarle cómo funciona esto porque ya lo había vivido”, explica Gutiérrez.

Carlos García es consciente de que la gente piensa que su trabajo consiste en viajar, pero deja claro que implica muchas cosas más. La actividad de Nosolorutas se concentra en cinco meses, de mayo a octubre. En ese tiempo encadenan los viajes en grupo, uno tras otro sin prácticamente días libres, y han de hacer frente a todas las necesidades: “Nosotros cocinamos, conducimos, limpiamos, atendemos a la gente y hacemos de guía”, enumera.

Es un trabajo que requiere “mucho sacrificio” porque han de renunciar durante cinco meses a sus familias, al tiempo libre y a cualquier tipo de privacidad, ya que conviven con los clientes 24 horas al día.

Perfil de cliente

Este formato turístico parece dirigido a jóvenes mochileros y aventureros, pero las intuiciones engañan. La agencia de viajes tiene clientes de todas las edades, desde adolescentes hasta mayores de 70 años, y la media está en torno a los 50 años. “Aquí coinciden todas las generaciones y personas de muchos países. Nos ha llegado gente incluso de Latinoamérica, con todo tipo de experiencias personales y culturas distintas”, asegura David Gutiérrez. Lo que todos tienen en común es que acostumbran a hacer varias escapadas, aunque no tan largas, al cabo del año. De hecho, algunos de ellos repiten la experiencia. “Hay clientes que ya han hecho tres destinos con nosotros. Por eso, ampliaremos el catálogo”. Entre esas novedades podrían estar Marruecos o Senegal.

Carlos y David están convencidos de las bondades de su propuesta empresarial. “Si organizas un viaje por tu cuenta te va a salir muchísimo más caro. Aquí, si quieres moverte por Islandia, te olvidas de tener que alquilar un coche, gastar dinero en combustible y recortas muchos gastos que de otra manera tendrías”.

El hotel rodante de Nosolorutas es el único que opera en España, sin incluir los que utilizan los cantantes en sus giras. Eso sí, en Europa hay más. “Este modelo de negocio no lo hemos inventado nosotros”, concede el emprendedor. Fue creado por una empresa alemana con la que en ocasiones coinciden en los campings, ya que tiene una flota de unos 30 autobuses.

David Gutiérrez vaticina un futuro lleno de éxito a su negocio, pero subraya que tampoco desea un crecimiento desmedido que le obligue a adquirir nuevos vehículos y contratar más personal, ya que eso le obligaría a afrontar nuevas responsabilidades que no desea asumir. “Soy feliz con lo que hago. Cuando algo funciona, mejor no tocarlo. Además, nos encanta viajar por nuestra cuenta cuando estamos fuera de temporada, algo que no podríamos hacer si tuviésemos más autobuses”, reflexiona.

David Pérez

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