Sobaos Arce: repostería cántabra tradicional con receta familiar
Las hermanas Raquel y Ana Fernández elaboran sobaos, quesadas y otros productos con las recetas de su madre
Sobaos Arce surge de la voluntad de tres hermanos por mantener vivo el legado de su madre, Cioni Arce –la que para muchos es “la señora de los sobaos de Torrelavega”–, y honrar el negocio que sostuvo a su familia durante 30 años. El pasado agosto su pequeño obrador abrió sus puertas, con una renovada imagen y nuevos productos, que hacen las delicias de muchos torrelaveguenses. Ahora preparan su tienda online.
En 1987, Cioni Arce puso en marcha en Torrelavega, junto a una socia, un modesto obrador tradicional, Casa Carral. El negocio prosperó, y se convirtió en el sustento principal de las dos familias vinculadas a él, hasta que, en 2017, Cioni se vio obligada a jubilarse por enfermedad. Fue entonces cuando sus hijos comenzaron a idear el nuevo obrador de sobaos y quesadas que daría continuidad al legado familiar.
La familia disponía del local, en un callejón de la comunidad de vecinos de la Avenida de España, 13 (Torrelavega), y Javier, ingeniero de profesión y con amplia experiencia en el diseño de tiendas, logró encajar en un espacio de apenas 40 metros un obrador tradicional y un local de venta moderno.
Raquel (administrativa de formación) y Ana (técnico informático), están al frente del nuevo negocio. Ana es la única que había pasado en varias etapas por Casa Carral, por lo que conocía todas las elaboraciones.
A pesar de no ser expertos en la repostería tradicional, los hermanos destacan su variedad de perfiles profesionales como “una de nuestras mayores fortalezas”. Gracias a Javier se pudo poner en marcha la tienda; Ana es la que lleva la voz cantante en la producción y en el proceso de compra de materias primas, y Raquel, además de trabajar en el obrador, es la encargada del control financiero.
El equipo también tiene el apoyo de los maridos de las hermanas. Esteban, marido Raquel, se encarga del control del packaging y de las soluciones de almacenamiento (algo vital con tan poco espacio, mientras que Juan, marido de Ana, gestiona la comunicación y el marketing de la marca. Incluso el logo –obra del diseñador local Saúl Ceballos– es 100% familiar, ya que está inspirado en una foto de la hija de Raquel con las gafas de su abuela.
Buenos comienzos
Aunque los hermanos Fernández tenían claro su deseo de abrir su obrador desde 2017, la idea no se ha materializado hasta el pasado mes de agosto. “El proceso ha sido muy largo y la pandemia no nos ha ayudado. Hemos pasado meses en los que los avances no se veían y parecía que estábamos parados, cuando no era así”, se lamentan.
También recuerdan como difíciles los momentos previos a la apertura, cuando realizaron las pruebas de producto. “Buena parte de la maquinaria es nueva y el resto llevaba años sin utilizarse”, explican. Además, Ana y Raquel tenían que acoplarse dentro del obrador y estudiar la forma de racionalizar las tareas. En ese sentido, las hermanas recalcan que la supervisión de su madre ha sido de mucha ayuda.
A pesar de estos comienzos duros, en los que han invertido muchas horas de trabajo, los hermanos destacan la parte positiva: “Torrelavega y sus vecinos nos han recibido con los brazos abiertos”, señalan agradecidos. Coinciden en atribuirlo a su madre, una figura que sigue arrastrando a mucha gente, incluso a clientes de otras comunidades que visitan la ciudad. Para muchos, Cioni Arce es “la señora de los sobaos de Torrelavega”, aseguran con una sonrisa.
También constatan los efectos de la campaña de promoción que realizan en redes sociales de forma continua, algo que consideran “fundamental” en estos días.
“La avalancha de cariño que hemos recibido desde que abrimos ha sido tan grande que en algunos momentos hemos estado un poco sobrepasados”, confiesan.
Repostería tradicional
A pesar de la moderna estética del obrador y de su presencia activa en redes sociales, la elaboración es del todo tradicional. “Nuestros productos son 100% artesanales y 100% naturales. Amasamos a mano, lo que convierte cada producto en único y con un sabor inconfundible”, recalcan las hermanas. “Ahora bien, con tan solo cuatro manos, muchas veces nos vemos obligadas a multiplicar las jornadas laborales para atender las peticiones de nuestros clientes”, reconocen.
Además de los sobaos y las quesadas, que son los productos estrella, utilizan las recetas de su madre para elaborar pastas, magdalenas y pastel con nueces, “uno de los grandes tesoros del obrador”.
La nueva generación ha incrementado su carta con pastas con chocolate y dos variantes de productos típicos: los sobaos premium y la quesaduca, en formatos más pequeños que los originales, para satisfacer a todos los públicos.
Además de atender presencialmente y vender por teléfono y a través de redes sociales, Sobaos Arce pretende disponer de una tienda online propia, para ampliar su rango de acción y demostrar que lo tradicional y lo moderno pueden ir de la mano si se conjugan adecuadamente.
María Quintana