Teledetección a vista de dron

La empresa Edrónica diseña sensores fotónicos avanzados para vehículos no tripulados

Un grupo de investigadores de las universidades de Cantabria y Alcalá han creado Edrónica, una empresa que diseña sensores fotónicos para la teledetección desde drones y otros vehículos no tripulados. Con este sistema ya no será necesaria la utilización de satélites para la toma de imágenes y datos que permitan la prevención de incendios forestales o la agricultura de precisión, entre otras muchas aplicaciones.


La evolución en los sistemas capaces de fotografiar e interpretar las imágenes obtenidas desde un satélite han convertido la teledetección en la mejor manera de evaluar la salud medioambiental del planeta. Y en una herramienta muy versátil, aplicable tanto en la elaboración de cartografía como en la vigilancia y prevención de riesgos naturales, o en estudios sobre gestión agrícola y los usos del suelo.

El elevado coste que tiene la obtención de esas imágenes suele restringir su uso. Sin embargo, tal y como ha ocurrido con la fotografía aérea, el desarrollo de los drones ha abierto la posibilidad de que esos aparatos no tripulados sean el vehículo perfecto para aplicar la teledetección a una escala mucho más pequeña y más económica. Sólo falta diseñar y construir los sensores adaptados a las características de esos minúsculos aviones.

Para aprovechar ese nicho de mercado, cinco investigadores, procedentes en su mayor parte del Grupo de Ingeniería Fotónica de la Universidad de Cantabria, han creado Edrónica, un proyecto empresarial con el que han obtenido el premio UCem de Economía y Empresa. Un proyecto que nace de la colaboración que venía manteniendo este grupo con Complutig –una spin off de la Universidad de Alcalá especializada en tecnologías de la información geográfica–, para el desarrollo de sensores avanzados en drones.

El paso dado con la creación de esta nueva empresa es un ejemplo más de cómo tender puentes entre los trabajos de investigación en el ámbito universitario y las aplicaciones concretas de esos avances tecnológicos.

Un campo inédito en España

El principal problema para montar los sensores en los drones está en la limitación de peso, para que no limiten demasiado la autonomía de los aparatos.

En España la teledetección o radiométrica con drones es todavía un territorio sin explorar, no solo por ser una tecnología en desarrollo sino también por la debilidad de la demanda privada. En California, Australia o Francia se ha empezado a aplicar por agricultores para el estudio de sus cosechas, ya que los sensores instalados en drones pueden detectar desde la cantidad de clorofila o de humedad que tiene una planta hasta si una plantación ha llegado al momento óptimo para su cosecha. Sin embargo, en nuestro país el pequeño tamaño de las explotaciones y su baja productividad limitan la demanda privada, por lo que Edrónica no piensa únicamente en el mercado nacional.

El ámbito agrícola y medioambiental es uno de los de mayor aplicación de esta tecnología –y la prevención y evaluación de incendios forestales es un buen ejemplo–, pero hay otros campos en los que también cabe su uso, como en la elaboración de cartografía de detalle en el ámbito del urbanismo, la ingeniería civil y el catastro. También se ofrece para la inspección de infraestructuras y el estudio de las costas, entre otras muchas aplicaciones.

En realidad, su potencial está por explorar. Cada vez son más evidentes las posibilidades de la teledetección a partir de vehículos no tripulados, (tanto los pequeños aviones como los submarinos o los vehículos terrestres) y cada día aparecen nuevas utilidades. “Antes para obtener imágenes necesitabas lanzar un satélite, ahora puedes tomar tus datos a una escala de trabajo y con una resolución mucho mayor” –señala Daniel Reinoso, director de Complutig y uno de los socios de Edrónica–. “Desde un satélite no puedes ver el contenido en azúcar de una uva para saber si se puede vendimiar o no”, añade.

Un diseño adaptado

En el caso de los drones para usos civiles, las limitaciones que hay que salvar en el diseño de los sensores tienen que ver con las características de estos pequeños vehículos. Como explica el director de Edrónica, Luis Rodríguez Cobo, “estás muy restringido, tanto en costes como en autonomía y, sobre todo, en las condiciones de operación. El sensor tiene que pesar poco y tiene que consumir poco, por eso es difícil de implementar en un dron”.

Aunque los avances en las capacidades de estos pequeños aviones son constantes, su limitada autonomía todavía es un obstáculo para el uso generalizado de la teledetección. En el caso de la agricultura de precisión se recurre a vehículos capaces de levantar cinco kilos de peso, ya que el sensor o bloque de sensores para los drones puede llegar a pesar dos kilos, y con autonomía de vuelo suficiente para cubrir cinco o seis hectáreas. Cuando se trata de evaluar una gran superficie de terreno, como en el caso de los estudios forestales, se utilizan drones capaces de recorrer 90 kilómetros en una hora, pero eso les hace incompatibles con estos sensores fotónicos, porque solo pueden levantar un kilo y medio de peso. Afortunadamente, el aumento de las capacidades de estos pequeños vehículos es solo cuestión de tiempo.

Construcción bajo demanda

El objetivo de Edrónica no está en la fabricación industrial y en serie de sensores avanzados. Competir con los fabricante chinos o indios en la electrónica dirigida a mercados amplios no es el camino. Lo que persigue la empresa es el desarrollo de proyectos bajo demanda para el equipamiento de vehículos no tripulados con la tecnología para la toma y el tratamiento de imágenes, diseñando el sensor o integrando varios sensores en una plataforma. Un buen ejemplo es el proyecto del Instituto Español de Oceanografía, en el que están trabajando, para equipar un submarino no tripulado con esta tecnología de teledetección.

Es en este terreno de la investigación y el diseño de sensores fotónicos y ópticos avanzados donde pretende abrirse paso Edrónica y en el campo de la radiometría con drones, en el que es pionera en España.

Jesús Polvorinos

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