Amica amplía su perímetro industrial con la fábrica de Columbia

La transformará para el reciclado de plásticos y textiles

En los últimos años, Amica ha recibido una gigantesca finca de más de 400 hectáreas en Valencia y la fábrica Columbia, de Reinosa, que se añade a sus lavanderías y talleres de confección. Con estos nuevos activos, la asociación de personas discapacitadas también podrá formar a sus asociados en materias agrarias y turísticas y en nuevas formas de reciclaje. La fábrica de Reinosa, en la que recuperará plásticos industriales y fibras textiles, llega cuando España acaba de aumentar las exigencias de reciclado de envases y de textiles.


En el panorama empresarial de Cantabria hay un grupo difícil de encasillar. No es una sociedad con ánimo de lucro, no tiene como objetivo los rendimientos sino el empleo y después de formar a sus trabajadores busca que sean contratados por otras empresas… Y no para de crecer. Se trata, sin embargo, de la asociación de personas con alguna discapacidad Amica, que acaba de quedarse con la fábrica reinosana de Ilunion (filial de la ONCE) por un euro. La Organización Nacional de Ciegos hace años que buscaba un comprador para esta planta de reciclaje de cartuchos de tóner, a la vista de que el mercado de los consumibles de impresión ha pasado a estar controlado por los propios fabricantes de las máquinas y las impresiones han disminuido radicalmente desde que se ha impuesto la digitalización documental.

La Asociación confía en el empuje que va a dar la nueva ley al reciclado de envases

Cinco años han durado las negociaciones hasta que la ONCE ha aceptado entregar la factoría a cambio, únicamente de que Amica garantice la continuidad en los empleos de 21 personas, que ahora están en ERTE y se irán incorporando a la planta antes de acabar el año. Es cierto que con ello la asociación asume un importante compromiso de gasto, pero cree que los riesgos son bajos. “No vamos a hacer nada que no sepamos ni que no estemos haciendo”, recuerda el gerente de Amica, Tomás Castillo. En realidad, sí, porque una de las actividades previstas va a ser el reciclaje de las fibras textiles, una actividad en la que hasta ahora no participaba, aunque Amica solo abordará esta parte del proyecto si obtiene los fondos europeos que ha solicitado para ello.

La operación fortalece su solvencia financiera, dado que añade un patrimonio cercano a los 2,5 millones de euros (el valor de la fábrica). Eso sí, tendrá que invertir otro tanto en nueva maquinaria y en el acondicionamiento de esta planta de 5.000 metros cuadrados de superficie, aunque su estado general es bueno, para las nuevas actividades.

El momento más oportuno

La operación llega en el momento exacto. Pocos días después de firmarse, el Gobierno de la nación aprobaba la nueva Ley de Envases que, entre otras cosas, exige aumentar sensiblemente los residuos plásticos recogidos, y esa va a ser la principal actividad de la planta a partir de ahora. El Gobierno también implanta esta exigencia de economía circular para los textiles, la otra pata del negocio que la asociación tiene prevista y en la que lleva tiempo haciendo ensayos junto a Textil Santanderina.

Castillo cree que la ley va a dar un empujón muy importante a su sector, ya que “la responsabilidad de reciclar no será solo del consumidor, sino también del fabricante”, que pagará un canon para garantizar la recogida y el reciclaje, algo que ya está estipulado para el vidrio y otros productos.

En pocos meses no solo vamos a ver como se añade el contenedor marrón (el de orgánicos) a los ya existentes en las calles, sino que se generalizarán los de textiles. Solo en ropa llegan al vertedero de Meruelo cada año 10.000 toneladas, que allí no tienen otro destino que la incineración. Al recuperarse sus componentes no solo se va a reducir el consumo de fibras naturales, como el algodón y la lana, sino también las derivadas del petróleo, como el poliéster o la poliamida.

A día de hoy, no existe ningún sistema de recogida de ropa usada industrial, hospitalaria, de hostelería o procedente de la uniformidad de las empresas y ese es el ámbito en el que pretende actuar Amica.

La racionalización de esa recogida permitirá volver a introducir en el mercado la ropa en buen estado, a través de tiendas de segunda mano, que existen desde hace mucho tiempo en otros países, y obtener materia prima del resto. Las fibras sintéticas usadas se convertirán de nuevo en granza de los distintos plásticos y Amica integraría un proceso más en su cadena de producción, ya que tiene talleres de fabricación de uniformes laborales, que podrían usar estas fibras recicladas.

La asociación también produce ropa de cama y mesa para hospitales y restaurantes, que suelen contratársela en régimen de alquiler, además del lavado y planchado.

Recuperación de plásicos industriales

El grueso de su negocio en Reinosa va a estar, no obstante, en los plásticos industriales y agrarios. La sociedad tiene dos décadas de experiencia en esta actividad (desde que abrió la planta de separación de residuos de Candina, en Santander) y sus trabajadores distinguen casi sin mirarlos los distintos polímeros que se recogen sin diferenciar en los contenedores amarillos. Este proceso de separación es crítico y no admite errores, porque cada material plástico ha de ser procesado por separado y tiene distintos usos.

Castillo defiende que la Ley del Reciclado va a ser una oportunidad para la economía española. “Va a generar muchos miles de puestos de trabajo si lo hacemos bien, exactamente igual que debe ocurrir con la custodia de los territorios”, otro objetivo de la UE en el que Amica también pretende tener un papel, a través de su Campus Diversia, de Valencia.

En lo que tiene menos confianza es en la reutilización de productos como los electrodomésticos, que también va a ser impulsada por la Unión Europea. “Mientras se puedan importar productos orientales sin control, es muy difícil que esta política tenga éxito, porque con el precio de la mano de obra europea es imposible competir en precios. Habría que protegerlo de alguna manera, porque de lo contrario se dará la paradoja de que el producto reparado y reutilizado será más caro que el nuevo que venga de China”. La desanimante experiencia de Ilunion en Reinosa con los cartuchos de tóner reciclados resulta una demostración de que no es posible competir.

En su opinión, la recuperación del textil tiene mucho más recorrido, pero reconoce que necesita imaginación. Amica no solo hace ensayos con estas fibras sino que también está probando con otros productos, como la rehabilitación de muebles antiguos y con libros, a través de su Librería Solidaria de Torrelavega, que acumula 60.000 volúmenes donados para su venta a un precio simbólico, gracias a la colaboración de voluntarios de la Asociación Cántabra de Escritores.

Por mucho que crezca Amica y las iniciativas que va poniendo en marcha, el problema de la discapacidad avanza mucho más deprisa, como Tomás Castillo se encarga de recordar: “No somos conscientes de que discapacitados, antes o después, seremos casi todos y los mayores son ya el colectivo de discapacitados más numeroso”. Eso ha llevado a la asociación a poner en marcha una red de hogares que atienden estas circunstancias. Por el momento, ya tiene seis viviendas dedicadas a ello.

 

EL VALOR SOCIAL DE AMICA

El pasado otoño, Amica se planteó calcular el valor de sus servicios a precio de mercado, habida cuenta de que muchos de ellos no quedan reflejados en contabilidad alguna, por la simple razón de que no resulta fácil asignarles un valor. Es sencillo contabilizar lo que ingresa por la venta de uniformes de trabajo o lo que le pagan por el lavado y alquiler de ropa los cinco hospitales de la región que utilizan sus servicios o los 48 centros de salud y cinco residencias que también atiende, o lo que ingresa de los 215 establecimientos hosteleros que se valen de sus lavanderías y talleres textiles, pero cómo cuantificar el valor de la formación laboral que genera oportunidades de trabajo a quienes no las tenían, el apoyo a las familias o el voluntariado.

La Asociación genera 37 millones al año, entre sus actividades de mercado y las no venales

La metodología de asignación de valor a acciones sociales creada por Geaccounting ha venido a resolver el problema y, de esta forma, Amica ha podido saber qué efecto económico tienen realmente sus actuaciones sobre el entorno en el que se mueve, básicamente, en Cantabria, donde cuenta con innumerables servicios de atención social, lavanderías, talleres y centros de recuperación, y Valencia, donde gracias a una donación dispone, desde hace varios años, de una finca rústica con más de 400 hectáreas en la que está realizando plantaciones ecológicas para dar otras oportunidades de empleo en el ámbito agrario a personas con alguna discapacidad. Un proyecto que, a medida que empieza a madurar, permite vislumbrar las enormes posibilidades que abre dentro de campos en los que hasta ahora Amica no estaba presente, como la agricultura o el turismo rural.

El estudio, que se inició en septiembre ha concluido ahora e indica que Amica genera cada año 10,6 millones de euros en estas actividades de no mercado, 5,7 en apoyo a las familias con personas con discapacidad y a profesionales y otros 4 millones en inclusión social. Si a estas cifras se le suma el valor de sus actividades de mercado (26,9 millones de euros, en pago de salarios, suministros, etc.) el impacto de la organización supera los 37,3 millones de euros. De acuerdo con estas cifras, Amica genera el doble de la cuantía que figura en su presupuesto y diez veces el valor de la financiación pública que recibe anualmente, lo que probablemente ayude a entender de una forma distinta el concepto de muchas de estas ayudas, que en realidad son inversiones.

A lo largo de los 37 años de existencia, Amica ha apoyado a más de 8.000 personas con discapacidad;ha formado a más de 4.000, de las que más de 2.000 han conseguido un empleo en sus centros de trabajo y, de estos, 700 han acabado colocados en empresas ordinarias.

En sus centros de atención ha conseguido que más de 200 personas con graves discapacidades hayan logrado una vida activa en su entorno y a 150 les ha facilitado un alojamiento y una vida independiente. A esta relación de beneficiarios debería añadírsele las familias que han encontrado un apoyo para sobrellevar las dificultades que plantea la discapacidad de los hijos, o las personas a las que ha integrado socialmente con acciones de ocio, deporte y participación comunitaria.

El cálculo estima que la generación de valor de la asociación multiplica por diez la ayuda pública que recibe

Además del nuevo reto que supone el recibir la fábrica que tenía Ilunion en Reinosa, Amica tiene en marcha otro proyecto motivador, un parque ecocultural que se levantará en 230 hectáreas que en su día ocupó AZSA en Reocín y Santillana del Mar, que tendrá el cuaternario como leit motiv. Amica ha presentado este proyecto a los fondos europeos y, en caso de recibir las ayudas que pretende, realizaría una regeneración de las áreas degradadas por la explotación de la antigua mina, una descontaminación en los suelos afectados, y una plantación de árboles de diversas especies para recrear en lo posible el entorno de quienes habitaron las cuevas de Altamira hace más de 15.000 años. Una vez devuelto ese aspecto histórico al lugar, instalarían algunos equipamientos para actividades culturales y de ocio y construirían los recintos donde se podrán contemplar los animales de la época, sobre todo los bisontes.

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