ASV: La fábrica cántabra de las señales de tráfico

La empresa de seguridad vial de Los Corrales de Buelna ha producido unas 10.000 señales e indicadores

Una buena red de carreteras evita muchos problemas de tránsito de vehículos y de seguridad pero sería absolutamente ineficaz sin señales y cartelería. Cualquiera de nosotros se puede plantear quién se encarga de fabricarlas y de colocarlas o a qué especificaciones están sometidas. Una de las pocas empresas especializadas es la corraliega ASV Cantábrico. Desde que inició su andadura, en 2009, ha producido algo más de 10.000 señales.


La red de carreteras de España tiene 166.284 kilómetros, según datos del Ministerio de Fomento. Comenzó a construirse a mediados del siglo XVIII sobre los caminos romanos y, en estos siglos, las vías y su señalización han ido evolucionando para una mayor comodidad y seguridad de los usuarios.

Roberto García es ingeniero de Obras Públicas. Su carrera profesional se desarrollaba en empresas de la construcción hasta que en 2009 decidió dedicarse específicamente al mundo de las carreteras y, asociado con un grupo madrileño, puso en marcha una empresa de señalizaciones que por entonces se denominaba Teva Cantábrico y tenía seis trabajadores. En 2014 compró la participación de sus socios y la rebautizó como ASV Cantábrico (de Actividades de Seguridad Vial).

Aunque la señalización vertical y horizontal sigue siendo su actividad principal, ASV ha ido abriendo nuevos campos. “En 2017 entendimos que teníamos que darle un valor añadido a la empresa, por lo que decidimos montar la fábrica de señales”, recuerda García.

En marzo de 2018 remodelaron toda la nave y en junio comenzaron a fabricar sus propias señales, en lugar de comprarlas como venían haciendo hasta entonces, cuando solo se encargaban de rotularlas e instalarlas. “Era la forma de ser más autónomos, menos dependientes de terceros, y eso nos ha permitido ejecutar las obras con más libertad y en plazo” explica el empresario.

Fabricación de señales

La fábrica de señales ocupa prácticamente la mitad de la nave de ASV, mientras que el resto se destina a montaje. Allí, las máquinas de impresión y laminado trabajan con archivos digitales, lo que les permite imprimir toda la imagen de una vez, en lugar de tener que hacer los pictogramas uno a uno, como anteriormente. Esto no solo facilita que las señales resulten perfectas (antes había que colocar cada pegatina a mano, lo que provocaba imperfecciones y que algunas de ellas se despegasen); también son más duraderas.

El proceso de laminado es una de las fases de la fabricación de las señales de tráfico.

Una vez impresa la lámina reflectante que recubre el soporte metálico de la señal, han de pasar doce horas antes de laminar. En ese proceso se aplica un protector de rayos UVA y antigraffiti, que alargará su vida útil.

La lámina se lleva a la mesa de corte, donde queda perfectamente troquelada para un ajuste exacto en la chapa de metal.

En el punto donde se juntan impresión y chapa se colocan también los herrajes que aferran la señal a la estructura y las pegatinas con los datos de fabricación, que permiten la trazabilidad total de cada una. Así quedan listas para ser instalada.

Cada señal tiene diez años de garantía, aunque ASV ofrece doce, gracias al tipo de impresión utilizada y al tratamiento de protección frente a los rayos UVA. Una mejora que el empresario lamenta que no sea tenida en cuenta por las administraciones en los concursos.

Nicho de mercado

A pesar de ques existen varias empresas de este tipo en el territorio nacional, la mayoría de ellas más grandes, la compañía cántabra ha conseguido posicionarse en este mercado.

En 2011, “un momento en el que la obra pública, la de carreteras, se paró en Cantabria”, el propietario decidió ampliar su radio geográfico de actuación para sobrevivir. En aquel momento empezó a trabajar en las comunidades vecinas de Asturias y Castilla y León. “Llegó un momento, en torno a 2016, que el 80% de nuestro trabajo procedía de fuera de Cantabria”, recuerda García.

Aunque esa zona de influencia se ha ampliado al País Vasco y La Rioja, la comunidad de origen vuelve a ser su principal ámbito de trabajo (en torno al 70%), porque los desplazamientos elevan sustancialmente los costes, en detrimento de los márgenes.

Diversificación

La compañía también ha diversificación sus servicios. El pintado de vías les ha abierto un mercado de industrias e instalaciones deportivas que requieren pavimentos con una fuerte resistencia al impacto o a la abrasión.

En 2017 incorporaron otro servicio muy relacionado con la colocación de señales, el diseño, cálculo, fabricación e instalación de pórticos y banderolas, las estructuras metálicas en las que se colocan los carteles y paneles informativos. “Ya que fabricábamos el cartel, esto nos permitía ofrecer el montaje completo”, justifica el empresario.

En la imagen superior, un trabajador de ASV Cantábrico diseñando una de las señales que fabrican. A la derecha, el mismo empleado durante la impresión de esa señal.

A esto servicios se le añaden la instalación de barreras y balizamientos para todo tipo de vías o la rotulación de vehículos, especialmente aquellos que tienen que cumplir una normativa, como los policiales o los de emergencias.

ASV Cantábrico factura anualmente cerca de dos millones de euros y se ocupa de toda la señalítica provisional (desde la pintura amarilla que se utiliza para los desvíos, hasta las señales verticales o las que indican los cortes de carril y los desvíos) y la señalización definitiva: pintura, señales, pórticos y colocación de pantallas acústicas).

Empleo y materias

En los años de más trabajo y con encargos tan importantes como la señalización del tramo de autovía Unquera-Llanes, ASV llegó a tener 24 personas en su plantilla. Ahora, con menos obras y más dificultades para encontrar trabajadores, son doce. Eso no le ha impedido asumir la señalización de la variante de la autovía entre Barreda y Sierrapando, aunque le ha ayudado que la obra va despacio.

La falta de personal no es el único inconveniente que padece ASV, sensiblemente afectada por los incrementos de precios en los suministros y las materias primas: “El año pasado, la tarifa de pintura subió seis veces y ahora cuesta un 40% más. Las barreras metálicas se fabrican con acero, y cada vez que se hace un encargo hay que pedir precio, porque ha subido en torno a un 200%. Las lamas de las señales antes costaban en torno a 14 euros el metro cuadrado y ahora ya son 25…”, enumera el empresario.

El precio del combustible también ha elevado sus costes, puesto que sus vehículos se desplazan cada día hasta los puntos en los que se va instalando la señalización, y si ha podido amortiguar el de la electricidad es porque en 2019 decidió poner placas solares en sus instalaciones.

Unos problemas muy comunes en una de esas empresas locales que defiende un nicho de mercado en un entorno cada vez más difícil para las compañías independientes.


Visión artificial para pintar las carreteras, señales de plástico…

Varias señales de ASV en proceso de fabricación.

Aunque los coches sean cada vez más inteligentes Roberto García no cree probable que a corto plazo también se pueda disponer de carreteras inteligentes y que vehículos y calzada se comunique entre sí. No obstante, él mismo ha tomado una iniciativa para tecnificar las tareas de pintado que realiza. Se trata de un proyecto en colaboración con el Centro Tecnológico de Cantabria (CTC) para desarrollar un prototipo dotado de un sistema inteligente de visión para el pintado de carreteras sin necesidad de realizar el premarcaje manual actual.

“Las máquinas pueden ser más grandes o más modernas, pero el sistema de pintado y los tipos de pintura que usamos no han cambiado al menos en 30 años, que es el tiempo que hace que yo conozco este sector”, se lamenta el empresario.

Se trata de un proceso muy manual, ya que en una carretera “en negro”, los operarios deben calcular determinados puntos y marcarlos con la ayuda de una cuerda. Estas referencias sirven luego como guía para pintar las líneas.

“Nosotros queremos mejorar este proceso, pero esto no significa eliminar la mano de obra, sino realizarlo en menos tiempo y cambiar el perfil del trabajador, para que sea un poco más técnico –que pueda manejar un GPS, un joystick o incluso un dron–, aportándoles, además, una mayor seguridad en la realización de su trabajo”, explica Garcia.

El proyecto aún es incipiente, ya que se encuentra en la fase de estudio previo. Para ello, personal del CTC está acompañando a los trabajadores de ASV en varios marcajes, para conocer de primera mano la forma de proceder y valorar qué tecnología podría llegar a utilizarse y cómo adaptar las máquinas que se utilizan actualmente.

Otros proyectos

Quizá esté en su doble ADN de ingeniero y empresario, pero no es la única idea innovadora que tiene el gerente de la empresa de Los Corrales, aunque prefiere ir paso a paso. Las señales viales son metálicas, una materia que se ha encarecido mucho en los últimos tiempos. Por ello, García no descarta tratar de fabricar señales viales de plástico en una impresora 3D, aunque sea solo para su uso en espacios urbanos.

Utilizar plástico reciclado no solo resultaría positivo para el medio ambiente sino que tendría otra serie de ventajas, como unos daños mucho menores en caso de impacto. “Parece algo absurdo, pero a menudo se producen colisiones con señales por parte de peatones, motoristas, ciclistas y gente en patines eléctricos y no es lo mismo un poste de acero que de plástico…” apostilla.


María Quintana

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