Javier García Esperanza, Liberbank: «El impacto puede ser enorme»
El director de Banca de Empresas Cantabria de Liberbank, Javier García Esperanza, vaticina una vuelta a la normalidad "muy lenta"
Una de las escasas actividades que el Gobierno central ha permitido desde el inicio del estado de alarma a la población es la de acudir al banco. Al tratarse de un servicio esencial, los empleados de las entidades financieras como Liberbank, han estado a disposición de sus clientes. Eso sí, siempre con las mayores medidas de seguridad posibles.
Según el director de Banca de Empresas Cantabria de Liberbank, Javier García Esperanza, la entidad ha reducido el número de oficinas abiertas al público y ha mantenido retenes de empleados aislados en sus domicilios, preparados para incorporarse al trabajo de forma presencial en función de las necesidades. Para evitar posibles contagios por coronavirus, cada vez que la entidad detectaba un posible caso positivo de Covid-19 en alguna de sus sucursales, procedía a su cierre inmediato, al aislamiento de la plantilla, la desinfección de las instalaciones y a la sustitución de los empleados.
Otra de las medidas implantadas por Liberbank ha sido la de garantizar que su red de cajeros esté operativa, habilitar el pago de hasta 50 euros con tarjeta sin necesidad de introducir el pin y eliminar el cobro de comisiones retirar dinero en efectivo independientemente del origen de la tarjeta bancaria.
En este periodo de confinamiento, el banco está informando y tramitando los paquetes de ayudas que el Gobierno central y regional están poniendo en funcionamiento. Para afrontar este mayor de volumen de trabajo, no solo se han mantenido los equipos en teletrabajo, sino que se han reforzado. En este sentido, García Esperanza asevera que desde el primer día de cuarentena, el banco ha conseguido mantener la actividad habitual en modo de teletrabajo «sin que haya habido incidencia alguna reseñable».
El director de Banca considera que la vuelta a la normalidad que se conocía hasta mediados de marzo va a ser «muy lenta» y que la pandemia va a suponer «un antes y un después» en las interacciones sociales. A su modo de ver, los sectores de la hostelería y el turismo serán los más perjudicados, sobre todo en el caso de autónomos y microempresas. «El impacto puede ser enorme», avanza.