La imaginación no se agota

Si alguien pensó que en España faltaba capacidad para trasladar la capacidad de improvisar soluciones al campo de la técnica se equivocó. La feria de los inventos organizada por el Ayuntamiento de Camargo ha demostrado que hay un sinfín de particulares dispuestos a poner sus neuronas al servicio del avance de la sociedad, ya sea para solucionar problemas domésticos o industriales.
Desde un ajedrez para jugar en equipo, un problema que llevaba 2.500 años sin encontrar una respuesta válida, a pesar de los muchos intentos que se habían hecho, al motor de agua, con tantas invenciones como decepciones o a un aparato de música electrónica que interpreta el sonido de un artista imprevisible, las gotas de agua al caer.
Los más de cien inventores que han expuesto sus innovaciones en la discoteca Aqua de Raos representan un abanico muy amplio de edades y de formaciones. Desde el joven que ha creado un pequeño tractor de oruga para sacarse su moto de agua o su embarcación desde la orilla del mar hasta el remolque del coche, al ingeniero que sigue dispuesto a superar el ya centenario motor de explosión convencional, con pistones giratorios o con un sistema rotativo, pasando por el sanador rural que promete dormir como un tronco o aliviar dolores musculares y óseos con su manosanta, una almohada rellena con trozos de corcho.
Sólo algunas de las innovaciones están patentadas, pero todos los inventores defendieron con igual ardor las bondades de la suya ante el público que se detenía, aún a sabiendas de que los visitantes eran simples curiosos y sólo un milagro iba a hacer que entre ellos deambulase el responsable de alguna multinacional que pudiese cambiar el curso de su historia personal. Para la mayoría, suscitar el interés de otros, ya es una recompensa por su trabajo.
Lo tienen más fácil aquellos que presentan mecanismos sencillos y cuya utilidad es fácil de entender por cualquiera, como unos pequeños soportes flexibles de nailon que, insertados por las asas de cualquier bolsa de plástico comercial, permite que se adapte al cubo de la basura como si fuese hecha con este fin.
El reciclaje doméstico y las nuevas energías, dos campos relativamente recientes donde la innovación tiene aún mucho que aportar, es un terreno muy sugestivo para los inventores, que han presentado varios sistemas de aprovechamiento de la energía marítima, tanto de las corrientes como de las olas o de las diferencias de temperatura en la columna de agua.
Otro problema moderno, el de la falta de espacios para el aparcamiento en las ciudades también excita la mente de los inventores, con soluciones de apilamiento, a través de montacargas automáticos que permiten colocar al menos dos coches por plaza en los parkings públicos y privados.
Las necesidades domésticas cotidianas han sido atendidas por otro sinnúmero de expositores, que se han preocupado por crear una correa de perro con recogedor de excrementos; un secador para que quien salga de la ducha no necesite ni siquiera toalla, presentado por la inventora santanderina Belén Salas; un peine para aplicarse el tinte de cabello; un cuchillo jamonero con el que es imposible cortarse y que empezará a venderse al público en enero; una sencilla bola de corcho que colocada en el interior de un nudo de corbata y fijada con una alfiler impide que se mueva o unos palillos chinos que, insertados entre sí a través de una pequeña muesca, pueden flexionarse en forma de pinza para facilitar que cualquiera coma como un oriental con relativa soltura.
El Ayuntamiento de Camargo, que ha organizado esta segunda Feria de Inventos, puede sentirse satisfecho con el resultado. De la primera, celebrada hace ya más de una década, surgieron empresas que se asentaron en el municipio y aún siguen activas. En esta ocasión, tres de los premiados tendrán la misma oportunidad, ya que se les facilitará un local para desarrollar su idea. Son Benjamín Torres, que ha creado un seguidor solar para reorientar permanentemente los paneles de captación de la luz del Sol; Emilio Reboul, con su distribuidor de corriente eléctrica y Humberto Canotti, que presentó un modelo de silla elevadora. Quién sabe si alguno de ellos puede conseguir que su invento se convierta en el futuro en un objeto de uso común. Ninguna lo tendrá fácil, pero al menos, esta feria le habrá puesto en la pista de salida hacia el éxito.

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