Endesa vuelve a adquirir las centrales de Nansa que le vendió a Acciona
Las centrales de los años 40 y 50 aportan 48,7MW
Los negocios llevan caminos tortuosos, tanto que a veces vuelven al punto de partida. Acciona Energía ha alcanzado un acuerdo con Endesa para venderle el 100% de su Corporación Hidráulica por 1.000 millones de euros, con una plusvalía de 620. Dentro del paquete van las centrales de Saltos del Nansa, que Endesa había vendido a Acciona en 2008 y ahora retornan a su propietario de entonces.
Acciona Hidráulica estaba formada por 34 centrales hidroeléctricas, con 626 MW de potencia total, situadas en Aragón, Soria, Valencia, Navarra y Cantabria.
En ese paquete de centrales se encuentran las cuatro de Saltos del Nansa que suman 48,7 MW, capaces de suministrar energía limpia a unos 52.000 hogares.
Se trata de centrales hidráulicas sucesivas que fueron puestas en funcionamiento entre 1945 y 1952 para tratar de aprovechar todo el potencial hidroeléctrico del Nansa, un río corto pero con un descenso muy rápido, ya que salva un desnivel de 1.500 metros desde las cumbres de Peña Labra y Peña Sagra, donde nace, hasta el mar, en apenas 53 kilómetros de recorrido.
El primer salto, de pie de presa, es la central de Peña Bejo, que regula toda la cadena posterior. Las tres centrales restantes están en Rozadío, Celis y Herrerías y son fluyentes.
El Río Nansa atraviesa los municipios de Polaciones, Tudanca, Rionansa, Herrerías y Val de San Vicente, y forma una cuenca de 420 km2 que riega junto a sus afluentes, el Lamasón o Tanea y el Vendul.
El río llega al Embalse de La Cohilla a la altura de Puente Pumar. Esta presa, construida en 1950, aprovecha la Hoz de Bejo para retener las aguas y mover las turbinas del primer aprovechamiento eléctrico. Tras salir de este valle escarpado, llega a una vega amplia, entre los pueblos de La Lastra y Tudanca, donde se vuelve a represar en el Embalse de La Lastra, que alimenta a otra pequeña central que opera desde 1955.
Sigue el curso hasta llegar a Cosío, donde se une al Río Vendul, y las tierras fértiles y llanas se van ensanchando hasta Puentenansa, donde entronca el Río Quivierda. Las aguas vuelven a quedar retenidas a la altura de Celis en el Embalse de Palombera, el último aprovechamiento hidroeléctrico del Nansa, que data de 1953, y recibe las aguas del Río Lamasón justo antes de la presa.
Continúan su camino entre pueblos como Cades y Bielva, y, mucho más sereno, forma amplios meandros hasta la Ría de Tina Menor para desembocar en el Cantábrico.
La sociedad Saltos del Nansa fue fundada en 1941 para abastecer de electricidad a la industria local, y construyó estas cuatro centrales.
La generación se realiza por derivación. El agua mediante una tubería hasta las instalaciones, para ser devuelta al cauce a través de un desagüe. Los canales de derivación y las instalaciones se encuentran en la margen izquierda del río, con excepción de la última, que tiene la central a la derecha, por lo que la tubería hace una especie de puente medieval sobre el río que se aprovecha para soportar un paso peatonal.
De mano en mano
Saltos del Nansa ha tenido una vida societaria movida. Nacida por impulso del ingeniero Santiago Corral, cotizó en bolsa hasta que en 1988 el Banco Central se hizo con todo el capital, del que en 1991 vendió la mitad a Unión Fenosa y a la entonces pública Endesa. Más tarde, Endesa lanzó una OPA para asegurarse el control y cuando el Banco Santander le vendió Viesgo, adquirió el resto de las acciones de Nansa.
Finalmente, Endesa acabaría por absorber a todas sus filiales pero, antes de que el Gobierno de José María Aznar decidiese privatizarla, Saltos del Nansa fue segregada y vendida a Acciona.