La fundición Faed amplía sus instalaciones de Requejada
Aumenta su capacidad de producción en un 40%
Faed, la fundición creada en 1996 por la familia Dasgoas, ha dado el paso de convertirse en grupo empresarial, potenciando la autonomía de su empresa auxiliar Eurofucan, que ha trasladado a una nave próxima en el polígono de Requejada, y que le permitirá aumentar en un 40% su capacidad de producción. Faed puede hacer piezas de muchas dimensiones distintas, que van dirigidas a sectores tan diversos como el naval (para el que, entre otras cosas funde hélices de acero inoxidable), la automoción o la generación eléctrica.
Una plataforma para seguir creciendo. Así define Tomás Dasgoas, la conversión de Faed (Fundición de Aceros Especiales), la empresa familiar que dirige, en un grupo que integra la empresa auxiliar Eurofucan y la comercializadora Metcoex, que comparte con Talleres Mecaprec. Un giro estratégico con el que se busca una gestión más integrada de las tres sociedades que, tras el incendio en 2006 de las instalaciones que tenían en Argomilla de Cayón, se trasladaron al polígono de Requejada (Polanco).
La fundición creada por la familia Dasgoas en 1996 (aunque su vinculación con el sector se remonta a los años 80) no solo ha crecido en Requejada, a pesar de las negras expectativas que la competencia asiática arrojó sobre las fundiciones europeas, sino que ha ampliado sus instalaciones. Con el asentamiento en una nave contigua de Eurofucan, esta firma auxiliar consigue espacio para atender a otros clientes, y la propia Faed recuperará el que le tenía cedido en sus instalaciones, lo que permite aumentar en un 40% su capacidad de producción.
La tercera pata es la oficina de comercialización Metcoex, fundada en 2005 por cinco socios de varias especialidades metalúrgicas –desde la fundición a la calderería y al mecanizado– para exportar productos semielaborados, de mayor valor añadido.
El hecho de que más del 80% de la oferta que se canalizaba a través de esta oficina procediese de las piezas que funde la empresa de Polanco y mecaniza Mecaprec ha animado a estas dos empresas a adquirir las participaciones de los otros dos socios que se mantenían en el accionariado (Newtesol e Incalyme). “Faed necesitaba un departamento comercial, por el crecimiento que esperamos y, en vez de crear otro paralelo, lo lógico era potenciar el que ya existía”, justifica Tomás Dasgoas.
Esta alianza con Mecaprec no es nueva, porque la fundición y la mecanizadora vienen trabajando juntos desde hace muchos años, hasta el punto de que su relación puede considerarse como la de aliados más que como la de cliente y proveedor.
Para todas las demás tareas de apoyo a la fundición que no tienen que ver con el mecanizado, la familia Dasgoas creó en 2001 Eurofucan. En esta filial se llevan a cabo las tareas de rebarbado y se prestan los servicios de mantenimiento y de inspección de calidad a la empresa principal. La carga de trabajo que les proporcionaba la propia fundición era suficiente como para que Eurofucan no necesitase más clientes.
Con el incendio que destruyó ambas naves de Argomilla de Cayón fue necesario acomodar Eurofucan en las nuevas instalaciones que Faed construyó en Requejada, aunque su sede oficial continuó en Argomilla.
Era cuestión de tiempo que los propietarios de ambas empresas dotasen a la auxiliar de unas instalaciones propias y la oportunidad surgió cuando una firma de calderería contigua, Montajes Camargo, entró en concurso de acreedores. Su nave fue adquirida por Faed que, tras remodelarla, la ha utilizado para Eurofucan, lo que abre nuevas posibilidades para su desarrollo.
Hélices de acero inoxidable
Faed está presente desde hace años en el mercado de matricería para automoción. A través de la actividad internacional de Metcoex, los troqueles que funde –y que Mecaprec mecaniza– son utilizados por marcas como BMW, Volkswagen, Audi o Porsche.
La fundición de Polanco también se está abriendo paso en el mercado de la propulsión naval, con una propuesta innovadora, las hélices de acero inoxidable, un nicho de mercado pequeño pero que está en pleno crecimiento.
La inmensa mayoría de las hélices de barco son de una aleación de bronce y aluminio, y Cantabria es uno de los mayores proveedores de Europa, con cuatro empresas especializadas en hélices. Pero las de acero inoxidable que fabrica Faed presentan ventajas notables para embarcaciones que navegan entre hielos o por ríos muy caudalosos, ya que ofrecen más resistencia frente a los golpes y soportan mejor las duras condiciones que deben afrontar los barcos en esos escenarios. La apertura, a consecuencia del deshielo, del Paso del Noroeste, en el Ártico, como alternativa al Canal de Panamá para el transporte marítimo de mercancías, y el auge de los cruceros por zonas cercanas al Polo Norte han hecho surgir una demanda de hélices más resistentes.
De la fundición cántabra también salen piezas de válvulas y bombas o los álabes de las turbinas que aprovechan los saltos de agua para generar electricidad.
La empresa de Polanco confía, además, en el repunte que están viviendo la minería y las perforaciones petrolíferas y no desaprovecha ninguna oportunidad para descubrir nuevos nichos de mercado. Para ello ha creado un departamento de desarrollo de negocios, a cuyo frente está Javier Fraile.
Tras la compra de la nave que ocupaba Montajes Camargo, Faed cuenta ahora con 20.000 m2 de suelo en el polígono de Requejada, de los que la fundición ocupa 3.200 y la nueva nave de Eurofucan otros 3.000, a los que hay que añadir 900 m2 de oficinas.
Durante los dos últimos años su facturación ha sido de unos 14 millones de euros, de los que tres fueron aportados por Eurofucan y Metcoex, y este ejercicio prevé un crecimiento del 5%, a la espera de asentar las iniciativas que ha ido introduciendo.
Fundición de piezas grandes
Si descartamos a las grandes acerías, como Sidenor, Faed es la fundición con mayor capacidad del país para fundir una pieza de gran peso (hasta 13 toneladas) y lo puede hacer tanto en acero al carbono como en inoxidable, una versatilidad que no poseen otras similares.
La mayor pieza que ha fabricado hasta ahora pesaba 11 toneladas y ha ido destinada al proyecto Magallanes, un generador de energía basado en el aprovechamiento de las corrientes marinas que está financiado por la Unión Europea.
Esta especialización en piezas de gran tamaño y en series cortas es su elemento diferenciador y la flexibilidad en el tamaño de las piezas otra de sus ventajas competitivas. Con ellas pretende ampliar aún más sus mercados, que ya van desde el automóvil a la minería y desde el sector naval a la energía.
Jesús Polvorinos