Oxital ampliará la planta de lixiviados de Cogersa en Gijón
La empresa cántabra también instalará una planta portátil de tratamiento mientras dure la obra
El año pasado, el consorcio asturiano de gestión de residuos Cogersa amplió la superficie de su vertedero de Serín, lo que le obligaba a incrementar también el tamaño de su planta de lixiviados, que recoge los líquidos destilados por la basura, y será la compañía cántabra Oxital la encargada de llevar a cabo las obras. Para mantener la depuración mientras duran los trabajos, Oxital ha desarrollado un sistema de ultrafiltración portátil pionero en el sector.
El Consorcio para la Gestión de los Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa), formado por los 78 municipios asturianos y el Gobierno del Principado, inició en verano del año pasado la ampliación del vertedero de Serín donde se concentran los residuos orgánicos generados en la comunidad autónoma. Esta actuación obligaba, a su vez, a aumentar la capacidad de la planta de tratamiento de lixiviados, una obra de 1,1 millones de euros que se ha adjudicado a la empresa cántabra Oxital, especializada en gestión ambiental.
La planta asturiana, que ahora tiene una capacidad de tratamiento de 800 metros cúbicos de lixiviados diarios, pretende alcanzar los 1.100. Los lixiviados son los líquidos contaminados que destilan los vertederos, procedentes de una mezcla de residuos, como materia orgánica en descomposición, sobras de detergentes, metales oxidados y otros líquidos. Se filtran entre los vertidos sólidos y, si no se canalizasen y depurasen, contaminarían los cauces fluviales y el agua subterránea.
La directora de Operaciones de Oxital, Ana Suárez, prevé que la nueva planta esté operativa en septiembre. “Será una instalación completamente automatizada, que hará los procesos más sencillos”. Dispondrá de tratamiento biológico de lodos activos, reactores atmosféricos de nitrificación y desnitrificación, una instalación de ultrafiltrado y un tratamiento a base de carbón activo.
Mientras se construye y pone en marcha, la depuración no puede paralizarse, porque no podrían acumularse durante meses los lixiviados que el vertedero produce cada día. Para solucionarlo, la compañía cántabra ha desarrollado una instalación portátil de ultrafiltración que permitirá mantener el tratamiento de esos líquidos. “Es una iniciativa pionera en nuestro sector”, asegura Ana Suárez.
Cuando la nueva planta entre en funcionamiento, el dispositivo portátil se retirará y se podrá reutilizar en vertederos que, por su tamaño o localización, no tienen instalada un tratamiento de lixiviados permanente.
El proceso de lixiviación
Los lixiviados generados en el vertedero de Cogersa se recogen en varias balsas comunicadas entre sí por gravedad y por sistemas de bombeo.
Desde las balsas de almacenamiento se bombeará el lixiviado hacia la nueva planta de tratamiento. Tras pasar por unos filtros que eliminarán los sólidos gruesos, se iniciará el proceso biológico en un reactor de desnitrificación. El lodo pasa desde este reactor a los dos de nitrificación por rebose. Allí tiene lugar la trasformación del amonio en nitrato.
Los reactores son aerobios, por lo que cuentan con un sistema de aireación que proporciona el oxígeno necesario para que puedan vivir las bacterias que intervienen en el proceso de depuración, eliminando la materia orgánica del lixiviado.
Para la desnitrificación se realiza una recirculación desde la nitrificación al reactor que debe realizarla. Posteriormente, se separa el lodo biológico del agua mediante ultrafiltración. Se trata de un sistema de membranas que impide pasar los sólidos en suspensión pero que también puede retener la mayoría de bacterias, protozoos del lodo biológico e incluso algunos virus. De este modo, se garantiza que el agua depurada esté libre de contaminantes.
El lodo retenido en las membranas vuelve al proceso biológico y acaba en una planta de compostaje y el agua resultante ya se puede verter al colector de industriales.
Optimismo económico
La responsable de Operaciones avanza que las previsiones de Oxital de cara al cierre de este año son positivas. La empresa, que tiene 150 empleados, espera incrementar su facturación pese a la pandemia, aunque no todo ha sido color de rosa en los últimos ejercicios.
A finales de 2016 iniciaron la venta de sus concesiones municipales de distribución de agua potable, una de las líneas de negocio de la compañía. “Esto produjo un beneficio extraordinario, pero también ocasionó una pérdida en la facturación, al quedarnos sin esa actividad”, señala. A raíz de la bajada en los ingresos, pusieron en marcha un plan estratégico y ahora confían en alcanzar las cifras de facturación que se pusieron como meta para 2023, a pesar de la crisis originada por la pandemia.
En estos momentos, además de ser responsable de la planta de tratamiento de lixiviados de Meruelo, de la de lodos de Guarnizo y del vertedero de Cerceña, la empresa presta servicios a 36 ayuntamientos y desarrolla todo tipo de proyectos para clientes públicos y privados en el sector de las obras hidráulicas.
Suárez califica Oxital como “un campeón dentro de Cantabria” y asegura que la industria medioambiental de la región “es muy potente”. En cualquier caso, el cántabro no es su único mercado. También opera en Asturias, Castilla y León, Galicia, País Vasco y La Rioja.
David Pérez