Nuevas leyes rediseñan los seguros
Tan maduro como cambiante, el mercado asegurador no pierde tiempo para adaptarse a nuevas realidades sociales como el futuro sistema de dependencia o la inminente entrada en vigor del carnet por puntos, que ya se aplica con éxito en otros países europeos. La consecuencia es la aparición de nuevos seguros o el rediseño de otros ya existentes, como el del coche que pasará a cubrir, también, la posible retirada del carnet ya que la Dirección General de Tráfico estima que lo perderán unas seis mil personas al año.
Pero, la remodelación del mundo de los seguros no sólo depende de la coyuntura externa. Internamente, el sector también está a la espera de una autorregulación, la ley de Mediación de Seguros y Reaseguros Privados, que puede aumentar la transparencia y aclarar aspectos que nunca hasta ahora habían sido legislados.
La futura ley ha dado muchas vueltas hasta ahora y el último proyecto reconoce nuevos canales y profesionales asociados a la venta de seguros y fija las condiciones de cobro de los corredores, aunque no concreta los requisitos de formación de un colectivo que necesita un alto grado de profesionalidad y especialización. Y es que la competencia sigue aumentando pese a que cada vez hay menos aseguradoras y los expertos preven fusiones para los próximos años.
Retirada del carnet
Hace años que existen coberturas para soslayar los efectos económicos que puede tener la retirada del carnet de conducir, sobre todo, para taxistas o camioneros. Pero la llegada a España del permiso por puntos el próximo mes de julio ha extendido la demanda a todo tipo de conductores, que han comenzado a acudir a las aseguradoras para interesarse por pólizas que les garanticen una ayuda económica hasta la recuperación del permiso, ya que también a ellos puede afectarles en su modo de ganarse la vida.
Por lo general, las aseguradoras están optando por incorporar una garantía opcional de retirada del carnet al seguro del automóvil que el dueño del vehículo ya tiene contratado, es decir, ampliar la póliza con coberturas adecuadas a la nueva legislación que incluyan, además del subsidio durante el periodo de retirada, otras prestaciones como el importe de los cursos de reeducación vial, las tasas del examen para la rehabilitación de los puntos o el asesoramiento jurídico ante las infracciones cometidas. Otra alternativa es contratar una póliza independiente, y varias compañías –Arag, Axa y Euromutua– han diseñado seguros específicos para el carnet por puntos.
No se trata de beneficiar a los infractores y, por eso, las pólizas no suelen cubrir accidentes provocados por conductores ebrios, drogados o imprudentes. Y es que, debido a las malas prácticas en la conducción, el año pasado murieron más de 3.300 personas en España y las aseguradoras hubieron de pagar unos 3.500 millones de euros en indemnizaciones. El Colegio cántabro de Mediadores de Seguros reconoce que una de sus principales preocupaciones es frenar la siniestralidad en el ramo del automóvil y luchar contra el fraude.
Seguros de dependencia
Por su parte, las aseguradoras dedicadas al ramo de vida o salud también preparan nuevos productos ante otro cambio legal. Aunque la ley de Dependencia no tendrá efectos hasta mediados de 2007, en el mejor de los casos, y el marco legal y fiscal todavía no se han clarificado, un estudio de la patronal del sector ICEA revela que la cuarta parte de las compañías ya han diseñado una póliza de dependencia o, al menos, tienen un esquema de las que van a lanzar.
El pistoletazo de salida lo ha dado el sistema de atención con financiación pública y privada que el Gobierno pondrá en marcha a principios de año para ayudar a más de un millón de españoles que no pueden valerse por sí mismos por ser ancianos, discapacitados físicos o disminuidos psíquicos.
A su amparo, las aseguradoras se plantean productos privados con el mismo fin, dirigidos a personas de entre cincuenta y setenta años –la edad límite suelen ser los 71– que ofrecen residencia, ayuda a domicilio, teleasistencia o centros de día. El importe de las primas varía en función de los servicios disponibles, la edad del asegurado, el sexo y, si la cobertura es económica, la cuantía de la indemnización.
Lo que diferencia a estos seguros de las rentas vitalicias, que garantizan una cantidad mensual mientras el asegurado permanezca con vida, es que no establecen una edad para percibir la renta sino el momento en el que el cliente se convierte técnicamente en ‘dependiente’, es decir, que necesita de otra persona.
Silvia Rodríguez, directora de Segurcantabria, afirma que los productos financieros para complementar la renta de los pensionistas comienzan a estar en boga y, entre ellos, la hipoteca inversa, que sirve para convertir la vivienda propia en un flujo de rentas de por vida y para obtener un ingreso adicional que permita contratar una residencia o los servicios de una tercera persona. Silvia Rodríguez explica que así los mayores se benefician de la revalorización de la casa en la que viven y, al alcanzar una determinada edad o fallecer, los herederos conservan la opción de comprar y después venden con la correspondiente plusvalía. La correduría de seguros de Caja Cantabria aún no dispone de este tipo de productos en cartera pero admite “tenerlos en la recámara” porque, al unirse la doble condición de entidad financiera y aseguradora, son un canal idóneo para su venta.
La falta de experiencia del mercado español provocará que la aceptación de los seguros de dependencia sea lenta. Pero, el envejecimiento de la población es tan poco discutible como el éxito de esta vía de negocio.
Ley de Mediación de Seguros
Aunque parece que su aprobación ya es inminente, la nueva Ley de Mediación de Seguros se está retrasando. No es que el sector, en plena madurez, espere grandes cambios legales de la transposición de la directiva comunitaria que pretende regularlo, pero unos cuantos aspectos están suscitando más de un desencuentro.
De momento, el proyecto recientemente aprobado por el Senado admite la posibilidad de que los mediadores de seguros cobren honorarios por los servicios que prestan al cliente y, al mismo tiempo, comisiones por la venta de pólizas de una compañía. Parece que, al final, no tendrán que elegir entre un sistema de remuneración y otro y podrán percibir comisiones simultaneas de las aseguradoras y de los consumidores, por su doble función de redistribución de los seguros de las compañías y de asesoramiento a los clientes. Con este régimen mixto, el mediador será quien decida de quién o de quienes cobra.
El proyecto de ley reconoce la actividad de los operadores que distribuyen pólizas a través de oficinas bancarias y que, según el último borrador, pueden adscribirse a la figura de agentes exclusivos si trabajan para una sola aseguradora o a la de agentes vinculados si lo hacen para varias compañías.
Hilario Pesquera, presidente de la Asociación cántabra de Corredores de Seguros entiende que tanto la figura del operador bancaseguros como la del agente vinculado son innecesarias ya que sólo deberían existir corredores y agentes exclusivos. De mejor o peor grado, la banca ha sido aceptada como un competidor más en el gremio de los seguros, siempre que reconozca su obligación de informar al consumidor sobre su libertad para elegir la compañía y el mediador que le represente, algo que, en opinión de Pesquera, no sucede en la actualidad: “Hubiera sido un buen momento para frenar la coacción ejercida por muchas entidades de crédito que, como condición a la concesión de un crédito, imponen la contratación de uno o varios seguros en su aseguradora”, dice.
La figura del agente vinculado tampoco convence a Pesquera porque “puede crear confusión en el mercado y supone premiar al que no ha cumplido la legalidad (agente multicontrato) en lugar de perseguirlo”. Por todo ello, preve una caída sustancial del número de corredores que, forzados por estos cambios, pasarán a convertirse en agentes vinculados.
Y si en un lado están los corredores y en otro los agentes, en el tercero están los operadores bancarios que celebran que, a partir de ahora, tienen una identidad propia dentro de la mediación, además de respaldo legal para poder trabajar con distintas aseguradoras, lo que potenciará su crecimiento.
En lo único que todos coinciden es en la necesidad de regular la formación para poder operar en un mercado tan especializado y competitivo. A la espera de que la Dirección General de Seguros establezca, en colaboración con el Ministerio de Educación, los requisitos de una nueva carrera universitaria de grado medio para la acreditación del mediador, Jaime Acebes, miembro de la junta de Gobierno del Colegio de Mediadores de Cantabria, dice que la titulación es imprescindible. Lejos han quedado aquellos tiempos en los que cualquiera vendía seguros.