Asfin desmonta su planta asfáltica y la traslada a Reocín

Hacer realidad la sentencia de derribo de una vivienda cuya licencia ha sido declarada ilegal no es una empresa fácil a tenor de la experiencia acumulada en la región en los últimos quince años. No ocurre lo mismo con las instalaciones industriales, donde la justicia ha demostrado ser mucho más contundente. La planta asfáltica que Asfin abrió en La Verde (Herrera de Camargo) en 2002, no sólo ha sido desmantelada del lugar que ocupaba, sino que ya está reconstruida a treinta kilómetros del emplazamiento original. Tras agotar los recursos en contra de la sentencia que la declaró ilegal, la empresa ha reaccionado con rapidez para limitar los daños.
Se pone fin así a un litigio que ha durado cinco años y en el que han acabado triunfando las tesis de los vecinos de La Verde que se oponían a la planta de Asfin Cantabria por entender que las molestias originadas por su funcionamiento eran incompatibles con su proximidad a las viviendas de la zona.
La instalación se cerró en diciembre, fue desmontada poco después y, a pesar de sus grandes dimensiones, trasladada por carretera hasta el polígono industrial que se ha creado dentro de los terrenos de la antigua explotación minera de Azsa, en Reocín. Un lugar céntrico, puesto que está en el principal eje de desarrollo de la región, pero alejado de los núcleos habitados, tal como se exige para las actividades calificadas como molestas que, según la normativa, deben encontrarse a no menos de 2.000 metros de un núcleo urbano.

Aprovechamiento integral

Tres meses ha necesitado Asfin Cantabria (una empresa en la que participan Canteras La Verde y Fernández Rosillo) para trasladar su planta asfáltica pieza a pieza hasta el Parque Empresarial Besaya y reasentarla allí, donde pronto estará operativa. Aunque se han aprovechado todos los componentes, la reconstrucción ha requerido una importante obra civil en cimentaciones y canalizaciones.
La planta estuvo funcionando en La Verde durante cuatro años y en ella llegaron a trabajar 57 personas. Hay que tener en cuenta que fue diseñada para producir, a pleno rendimiento, 200 toneladas a la hora de mezclas bituminosas. En el año de más actividad llegaron a salir de ella más de 120.000 toneladas de aglomerados asfálticos y su facturación se aproximó a los seis millones de euros.

Piedra y asfalto

Una de las ventajas del emplazamiento en Camargo era la proximidad de los áridos para la elaboración del aglomerado. El alejamiento de la cantera de la que se aprovisionaba va a ser una de las cuestiones que deberán solventar los propietarios de Asfin Cantabria en su nueva ubicación de Reocín.
Antes de mezclarlos con el asfalto caliente, los áridos se calientan en un tambor a unos 180 grados para evaporar la humedad. El resultado de la mezcla es un conglomerado formado por gravilla de distinto tamaño, arena y asfalto, que se vierte en caliente en los camiones para su transporte hasta las carreteras, aparcamientos o pavimentaciones donde va a ser utilizado.
El asfalto debe llegar caliente al destino y esa circunstancia marca unos límites geográficos para su distribución. El fabricado por Asfin casi siempre se aplica en alguna de las muchas obras que se ejecutan en la región, pero eso no ha impedido que, en ocasiones, haya llegado hasta Vizcaya.

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