El Parque Tecnológico pega otro estirón

Aunque el objetivo más ambicioso del PCTCan, que es la atracción a Cantabria de empresas de nuevo cuño, está todavía por cumplir, el Parque se ha mostrado muy eficaz a la hora de reubicar empresas tecnológicas dispersas por Santander, Torrelavega y otros puntos de la geografía regional, como Cabezón de la Sal.
A facilitar esta reordenación del mapa de las nuevas tecnologías ha venido la última iniciativa del Grupo Sodercan, la construcción de un edificio de oficinas para albergar empresas de medianas dimensiones y que no necesitan un edificio completo para desarrollar su actividad.
Seis son las compañías de base tecnológica que van a dar vida a este edificio, con actividades que van desde la consultoría en telecomunicaciones al desarrollo de aplicaciones informáticas o los servicios electrónicos. Pero el nuevo inmueble también va a cumplir otra función, la de servir de incubadora para la puesta en marcha de proyectos científicos y tecnológicos de iniciativa privada, alojándolos mientras se fortalecen lo suficiente como para caminar solos. Una semillero del que pueden salir futuros ocupantes de los terrenos del PCTCan.

Un espacio flexible

Para adaptarse a los diferentes requerimientos de espacio que podían plantear las empresas interesadas, el Edificio 3.000 ha sido concebido como una estructura diáfana en torno a un eje central de hormigón. De esta manera se eliminaban pilares intermedios, facilitando la creación de espacios a la medida de las necesidades concretas de cada ocupante. El diseño permite que cada planta pueda albergar una sola empresa o ser dividida en hasta cuatro oficinas, con accesos independientes desde el núcleo de servicios que hay en cada nivel.
El edificio, de unos 6.600 m2, tiene cinco plantas tres de ellas sobre rasante. En su diseño se han tenido en cuenta factores ambientales y de eficiencia energética, por lo que el inmueble está dotado con paneles solares, fotocélulas que regulan la intensidad de la luz dependiendo de la luminosidad exterior y un sistema de climatización con recuperación de calor.
A la eficiencia energética también contribuyen los aislamientos exteriores. Para la fachada se ha optado por dos tipos de soluciones: zonas de grandes ventanales con lamas en voladizo en la fachada sur, para evitar el exceso de soleamiento en verano, y zonas cerradas de fachada ventilada con acabado en pizarra natural de color negro y aluminio.
Al final, los 2.850 m2 disponibles para oficinas se han distribuido entre las seis empresas que van a ocupar el inmueble, con superficies individuales que van desde los 1.000 metros cuadrados de Eurocastalia, que ocupará una planta, a los 260 de AT Medtra. Con estas seis firmas se completa la ocupación del edificio, salvo los mil metros cuadrados reservados para la incubadora.

Un sitio para emprendedores

La planta destinada a las empresas en embrión se ha dividido en 21 pequeños módulos, de los que el 80% ya están adjudicados. Los criterios seguidos para la elección de los candidatos han dado prioridad a las empresas que reunían ciertas condiciones de partida, especialmente a los emprendedores que han elaborado su plan de empresa dentro del Programa Emprecan, que promueve el Grupo Sodercan. También se ha tenido en cuenta a aquellas empresas que han surgido como una start up desde la Universidad de Cantabria.
Si lo precisan, las empresas albergadas en la incubadora pueden contar con el asesoramiento y el apoyo técnico del Grupo Sodercan mediante tutores personalizados.
Además de disponer de sus módulos, también podrán hacer uso de las tres salas de reuniones y el office con que cuenta el edificio.
Las instalaciones de comunicación son propias de un espacio tecnológicamente avanzado, como la conexión WiFi o la telefonía IP. A ello hay que añadir los servicios básicos que presta el Parque, como el control de accesos o las tareas de limpieza y mantenimiento. Además, el edificio dispone de 78 plazas de garaje subterráneas y 20 más en el exterior.
En cualquier caso, la mayor ventaja con que van a encontrarse los ocupantes son las sinergias derivadas de la proximidad entre empresas con actividades complementarias, la auténtica razón de ser de parques empresariales tan especializados como el PCTCan.
De hecho, el aumento de espacio disponible, la adquisición de nuevos equipamientos y la mayor vinculación con la Universidad y otros organismos de investigación está permitiendo a las empresas del Parque desarrollar nuevas líneas de negocio. Esto, a su vez, ha repercutido en una mayor demanda de trabajadores cualificados y son ya alrededor de mil las personas que trabajan en ese entorno. Una cifra que se puede triplicar cuando se llene.

Más de la mitad del Parque ocupado

Ccinco años después del comienzo de las obras de urbanización, la ocupación del Parque supera el 60%; un 20% está ya en funcionamiento y otro 40% en construcción o en fase de tramitación. En la actualidad hay diez edificios operativos: las sedes de Apia, Acorde, TTI, Semicrol, Soningeo, Cesoin, CIC, Quiter y los dos inmuebles del Grupo Sodercan. Pero esta cifra se va a incrementar en breve cuando se culminen las obras del Instituto de Hidráulica Ambiental, la sede de la empresa Ámbar y el telepuerto de Erzia-MNT. Las nuevas incorporadas aportarán al Parque cerca de 500 trabajadores más, con lo que, en pocas semanas, estarán trabajando en el PCTCAN unas 1.500 personas.
Para este verano se espera, además, que esté concluido y a disposición de las empresas el segundo de los edificios promovidos por la sociedad gestora del Parque, el Salia, al que más seguirá un tercer inmueble, el Bisalia, destinados ambos a albergar empresas, siguiendo un modelo parecido al empleado en el Edificio 3.000.
Se trata de inmuebles de cinco plantas habilitados para oficinas y de similar superficie, unos 3.800 metros cuadrados cada uno.
A final de año, el Parque recibirá otro empujón, y en este caso cualitativo, con la apertura del Instituto de Biotecnología. A todo ello hay que añadir que recientemente se ha formalizado la venta a E.ON de una parcela de 3.000 metros cuadrados para construir sus nuevas oficinas. Son dos ejemplos de la proyección que empieza a tener este recinto empresarial destinado a las nuevas tecnologías. Un espacio que quiere seguir creciendo con la ampliación contemplada en el nuevo Plan de Urbanismo de Santander y que se ha convertido en una pieza clave en la estrategia de desarrollo de la comunidad cántabra.

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