El desafío de Gijón y Pasajes

El Puerto de Santander se situó en el 2004 en el umbral de los seis millones de toneladas de tráfico de mercancías, lo que supone la cifra más alta alcanzada en su historia. Tan positivo como este dato es el papel jugado en la consecución de este récord por mercancías como el automóvil, pieza clave en el planteamiento estratégico diseñado por la Autoridad Portuaria para reforzar la competitividad del puerto santanderino. El pasado año, pasaron por sus muelles 303.800 vehículos, un 14% más que en el 2003, y en los planes del puerto cántabro se dibuja un futuro en el que Santander adquiere aún mayor protagonismo en este tipo de tráfico, de alto valor añadido. El objetivo confeso es convertirse en plataforma para la distribución de automóviles japoneses en Europa. De lograrlo, la cifra de vehículos importados y exportados desde Raos podría duplicarse en pocos años.
Sin embargo, la tarea no va a ser fácil ya que, además del macropuerto que se ultima en Bilbao, Pasajes y Gijón tienen proyectos muy ambiciosos con los que el puerto cántabro tendrá que competir.

El Musel se duplicará

En Gijón se va a iniciar la obra pública de mayor envergadura que se haya hecho nunca en el puerto asturiano. El Ministerio de Fomento ha adjudicado a una UTE encabezada por Dragados la construcción, a mar abierto, de la ampliación del puerto de El Musel. La obra costará 580 millones de euros (96.000 millones de pesetas), y permitirá duplicar la capacidad portuaria de Gijón, gracias a un nuevo dique de abrigo de 3,8 kilómetros de longitud y a la ampliación de la superficie para usos portuarios en 140 hectáreas.
El nuevo puerto exterior contará con calados que oscilarán entre los 22 y los 29 metros, lo que permitirá el atraque de buques de mayor tonelaje que en Raos, limitado por los 13 metros de calado de la canal de entrada a la Bahía. Las obras del superpuerto asturiano serán financiadas en un 50% con fondos europeos y durarán hasta el 2009.

Silo vertical en Pasajes

Si Gijón puede ser un duro rival para el puerto santanderino en el tráfico de graneles, el puerto guipuzcoano de Pasajes va a amenazar mucho más directamente sus tráficos de vehículos y mercancías sobre ruedas (ro-ro). Esta competencia será mucho más evidente cuando, a finales de este año, se encuentre plenamente operativo el silo de coches en altura, con 90.000 m2 de superficie, que la naviera noruega UECC va a construir allí para potenciar ese tipo de tráfico. Con el almacenaje en plantas pretende solventar la falta de espacio que padece el puerto, ya que al construir en altura duplicará su capacidad para el tráfico de automóviles.
El silo costará 18 millones de euros y tendrá tres plantas, con una altura total de 12 metros. La planta inferior se dedicará fundamentalmente a la mercancía ro-ro y tendrá una altura de cinco metros, mientras que las dos superiores se utilizarán para la carga y descarga de vehículos, ya que quedan a la altura de las bodegas del barco y, de esa forma, se reducirá la duración de las operaciones.
UECC comenzó a trabajar con el Puerto de Pasajes en 1982, sobre todo con el tráfico de automóviles, aunque las mercancías ro-ro han adquirido cada vez más importancia en los intercambios entre el puerto guipuzcoano y los de Bristol (Gran Bretaña) y Zeebrugge (Bélgica), las rutas que realiza esta compañía.

Proyecto de puerto exterior en Pasajes

Con ser esta obra importante para el puerto de Pasajes, mucho más ambiciosos son los planes de su Autoridad Portuaria, que proyecta la construcción de un puerto exterior como solución radical a las limitaciones que le impone su ubicación, similar en muchos aspectos a la de Raos. El Puerto de Pasajes se encuentra situado al fondo de una bahía en la que no pueden entrar barcos de más de nueve metros de calado; sus muelles no pueden acoger buques que excedan los 140 metros de eslora y, al estar en un entorno muy urbanizado, padece también una notable escasez de espacio para depositar mercancías. A pesar de todas estas limitaciones, mueve cada año más de cinco millones de toneladas.
El objetivo a largo plazo es liberarse de este entorno. Si prosperase el proyecto de su Autoridad Portuaria, que cuenta con el respaldo de la Cámara de Comercio de Guipúzcoa, Pasajes pasaría a contar con un superpuerto en Jaizkibel de dimensiones similares al que se construye en Bilbao, con el riesgo que eso supondría para determinados tráficos del puerto santanderino. Sin embargo, el Gobierno vasco no se muestra demasiado partidario de una obra que, además de tener un notable impacto ambiental, sobredimensionaría las infraestructuras portuarias de la comunidad vecina, y se inclina más por trasladar a Bilbao gran parte de la actividad que tiene lugar en Pasajes. Además de racionalizar el tráfico de mercancías, esta solución permitiría la regeneración de la bahía de Pasajes y la reconversión de los espacios portuarios para usos residenciales.
El debate entre los partidarios de ambas tesis sigue en pie, y desde la Diputación Foral de Guipúzcoa se defiende la importancia del puerto de Pasajes como una infraestructura básica para esa provincia.

Nuevos rellenos

El recurso a la construcción en altura para el almacenamiento de automóviles es la fórmula que se está aplicando para solventar la falta de espacio que empieza a aquejar a muchos puertos. El paso dado por Pasajes ha sido ya ensayado en Barcelona, que ha recurrido a esta solución para poder crecer en el tráfico de automóviles.
A los fabricantes de coches, el almacenamiento en altura no les entusiasma porque hace más complejas las maniobras de carga y descarga y eso repercute en el índice de daños a los vehículos, un riesgo que desciende en las campas abiertas, como las que posee el Puerto de Santander. Esta es una de las mejores bazas de Raos para la captación de nuevos tráficos de automóviles. Sin embargo, la superficie con la que cuenta no sería suficiente para la expansión proyectada por la Autoridad Portuaria. El millón de metros cuadrados de Raos puede acoger hasta 500.000 vehículos, pero debe ser compartido por otros tráficos, como el de maquinaria pesada, por los que también apuestan los responsables del puerto santanderino.
No habría otra solución que hacer una planta superior de aparcamiento o realizar nuevos rellenos en la bahía, la opción preferida por el Puerto y que parece contar con el respaldo de la Cámara de Comercio. Su presidente, Modesto Piñeiro, solicitó en su discurso de fin de año que el Puerto de Santander sea ampliado hacia el sur de Raos para hacer frente al crecimiento de las instalaciones portuarias que se está acometiendo en comunidades limítrofes.
Eso significaría rellenar la lámina de agua que separa la campa de coches del polígono de Raos, lo que permitiría ganar medio millón de metros cuadrados. Sin embargo, recurrir de nuevo a los rellenos como única forma de ganar espacio para actividades portuarias, generará a buen seguro una intensa polémica, ya que causaría daños irreversible a una bahía que históricamente ha sido demasiado maltratada.

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