Los titulados mercantiles renacen como ‘empresistas’

El reconocimiento profesional no siempre es fácil cuando el común de los mortales no identifica la profesión. Eso han pensado muchos de los antiguos titulados mercantiles y de los actuales diplomados en Empresariales. Y puestos a buscar una forma de presentarse en sociedad, han ideado la palabra “empresista” que ya empieza a utilizarse en algunos colegios profesionales y tiene visos de poderse consolidar.
Francésc Ferrer, presidente del Colegio de Gerona, y padre de la idea, reconoce que los tiempos han corrido en contra del colectivo que representa. Hace cuarenta años, los profesores mercantiles eran los expertos por excelencia en el mundo de la empresa. Las cosas cambiaron en 1970 cuando la Ley General de Educación incorporó a la Universidad la licenciatura en Económicas y dejaron de impartirse las titulaciones mercantiles, lo que convirtió a estos profesionales en una raza a extinguir cuyo papel quedaba cada vez menos definido. Afortunadamente para el Colegio, más tarde han llegado las diplomaturas en Empresariales que le han abren un nuevo campo. Pero algunos de los Colegios estaban ya en condiciones muy precarias, como el de Cantabria, cuya actividad era casi inexistente.
El pasado mes de junio, un grupo de colegiados decidió romper con esta dinámica y sacar de la UVI la institución, convencidos de que puede tener un futuro mucho más brillante si es capaz de atraer a los centenares de jóvenes que han salido diplomados de la Universidad de Cantabria. Dámaso López de la Atalaya, un conocido asesor santanderino, fue nombrado presidente y convirtió su propio despacho en sede provisional del Colegio, que anteriormente vivía de prestado en la sede del Colegio de Economistas.
Desde entonces, los acontecimientos se han sucedido muy deprisa. El Colegio ha organizado algunos actos, ha creado una bolsa de trabajo que ya ha permitido veinte colocaciones de jóvenes diplomados, y se ha presentado en sociedad con una fiesta multitudinaria en la que daba a conocer el nuevo término empresista, con el que este colectivo espera ser conocido en el futuro.
La plataforma de lanzamiento es un premio anual, el de Empresista del Año, con el que el Colegio pretende reconocer a uno de sus miembros y popularizar este nombre. El primer galardón, concedido por unanimidad, ha sido para Ricardo Bilbao, director de Negocio de Caja Cantabria, una persona con una trayectoria profesional brillante y variada, y con un talante humano reconocido dentro y fuera de la entidad.

Buscar una denominación

Francésc Ferrer promueve desde hace tres años la denominación empresista para los titulados mercantiles y diplomados en empresariales y ya ha conseguido que le secunden una decena de colegios provinciales, entre ellos el de Cantabria. Ferrer compara su pretensión con otros colectivos que se presentan por la profesión que ejercen y no por su titulación. Un abogado no se presenta como licenciado en derecho, si ejerce como tal, y un corredor de comercio no se identifica como licenciado en Económicas o en Derecho.
En España, los titulados mercantiles que han ejercido como profesionales liberales tradicionalmente se han conocido como consejeros o asesores pero esta denominación es demasiado ambigua y el colegio gerundense buscó en otros países una denominación más exacta. El extranjero ofrece varias posibilidades: contador en Latinoamérica; accountant, en el ámbito anglosajón; experto contable en Francia y commerzialista en Italia. Pero si las primeras parecen demasiado reduccionistas (la contabilidad sólo es una de las posibles ocupaciones), la última se confunde claramente con los comerciales.
Al entender que ninguna era adecuada, los colegiados gerundenses optaron por buscar una denominación nueva que les definiese colectivamente y acabase con la fragmentación profesional que vive este colectivo. Una marca que aportase prestigio y defendiese del intrusismo, dado que al estar registrada por el Colegio sólo podría ser utilizada por sus colegiados. El resultado fue empresista, una sola palabra, que evita el genérico empresarista, imposible de registrar.
Los titulados mercantiles y diplomados confían en que antes o después esta denominación cale en la opinión pública y se basan en otra experiencia anterior. Muchos de ellos, que hasta 1988 eran conocidos como censores de cuentas, ahora son universalmente reconocidos por la nueva denominación: auditores.
En estos momentos hay 20.000 titulados mercantiles y diplomados en Empresariales colegiados en toda España. En Cantabria son 250 pero nadie sabe cuántos más podrían optar a la colegiación. Dámaso López de la Atalaya hizo gestiones para tratar de conseguir de la Facultad de Económicas la relación de diplomados que de ella han salido, para invitarles a colegiarse, pero la ley de Protección de Datos impide a la Universidad entregar esta información. Por tanto, el Colegio sólo podrá ensayar vías indirectas para atraerlos.
López de la Atalaya reconoce que la mayor utilidad inmediata del Colegio será para los ejercientes libres, dado que “en los últimos tiempos se están produciendo auténticos cambios volcánicos en la legislación con la que nos movemos: mercantil, fiscal, concursal –que tenía más de un siglo–… y hace falta mucho apoyo a los colegiados”. Son tiempos de cambios y refundación para los que, curiosamente, son los colegios más antiguos de España.

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